Veinte extranjeros buscan cada día en el Archivo Diocesano a parientes para lograr la nacionalidad

La Ley de Memoria Democrática, cuya vigencia finaliza en octubre de 2024, ha motivado el aluvión de peticiones

También obedece a razones de herencias o sanitarias para conocer enfermedades y la historia clínica familiar

Una de las trabajadoras del Archivo Diocesano de la catedral de Tui consulta un documento. |   // R. GROBAS

Una de las trabajadoras del Archivo Diocesano de la catedral de Tui consulta un documento. | // R. GROBAS / e. villanueva

¿Quién no ha tenido que hacer como deberes durante su etapa escolar un árbol genealógico? Llegar hasta los bisabuelos no parece complejo, si bien trascender de esta consanguinidad resulta poco menos que una quimera. De primeras, el órgano que por antonomasia podría ofrecer datos sobre nuestros antepasados es el Registro Civil, pero para ahondar todavía más en las raíces históricas de una familia, la respuesta solo puede ofrecerla el Archivo Histórico Diocesano. Y así lo hacen decenas de personas que todos los meses, incluso a diario, consultan estos documentos en busca de sus familiares.

Se trata sobre todo de extranjeros que procuran la nacionalidad española amparándose en la Ley de Memoria Democrática, que concede la ciudadanía a “los nacidos fuera de España de padre o madre, abuelo o abuela, que originariamente hubieran sido españoles, y que, como consecuencia de haber sufrido exilio por razones políticas, ideológicas o de creencia o de orientación e identidad sexual, hubieran perdido o renunciado a la nacionalidad española”.

Decenas de personas consultan todos los meses, incluso a diario, documentos en el Archivo Histórico Diocesano en busca de sus familiares

La vigencia de esta norma termina el 20 de octubre de 2024, lo que ha motivado una avalancha de peticiones. “Recibimos una media diaria de 20 solicitudes; se trata de descendientes de emigrantes que buscan sus orígenes para poder solicitar la nacionalidad ahora que resta menos de un año para que termine la vigencia de la Ley de Memoria Democrática”, explica Don Avelino Bouzón, canónigo responsable del Archivo Diocesano de la Catedral de Tui. A mayores de estas peticiones que llegan por correo electrónico o carta postal –a veces incluso a través de las redes sociales de la Diócesis de Tui-Vigo–, también son muchos los investigadores o interesados que se desplazan presencialmente hasta el archivo en busca de esta información.

Normalmente, suelen ser solicitudes de Argentina o Brasil, seguidos de ciudadanos de Cuba, Uruguay o Estados Unidos. Desde la Diócesis también precisan que reciben llamadas telefónicas desde otros países de Europa, como Italia, Francia o Inglaterra, porque están desplazados en esos países y quieren solicitar la nacionalidad.

Lo que procuran son certificaciones de que sus parientes nacieron en España, concretamente en alguna de las 260 parroquias que conforman la Diócesis de Tui-Vigo, la más pequeña de las cinco gallegas. Don Avelino Bouzón aprecia cierta confusión a la hora de solicitar la información, bien porque faltan datos concretos o preguntan por una zona que no pertenece al territorio de la diócesis.

Consulta en el Archivo Histórico Diocesano de Tui.

Consulta en el Archivo Histórico Diocesano de Tui. / Ricardo Grobas

La documentación que se ofrece va desde la incluida en libros sacramentales –bautismos, casamientos, defunciones o confirmaciones–, hasta libros de fábrica, cofradías, padrón vecinal, concesión de parcelas en cementerios, documentación notarial como testamentos, etc. Sobre esta última cuestión versan también algunas de las consultas al Archivo Diocesano. “Tenemos peticiones por el fallecimiento de un familiar que no ha testado y que quieren demostrar que son parientes o incluso por razones sanitarias: interesados que quieren saber enfermedades de sus antepasados o de qué han muerto sus generaciones pasadas”, amplía Bouzón.

Documentos seculares

Lo cierto es que buena parte de esta información solo puede encontrarse entre los cientos de legajos que guarda la Catedral tudenese. ¿El motivo? Lo explica el canónigo responsable del archivo. “Hay que pensar que los Registros Civiles empezaron a funcionar en 1870 por lo que solo guardan datos desde entonces; de ahí para atrás solo la Iglesia tiene esta información”, explica Don Avelino Bouzón, quien valora muy positivamente la posibilidad de la digitalización de estos documentos. “Sería muy interesante, y mucho más fácil y directo para consultar, pero ahí ya depende del Ministerio de Cultura”, precisa.

Actualmente, en este Archivo Histórico operan personas, dos voluntarios, un trabajador y el responsable. “Es un trabajo bastante intenso por la cantidad de peticiones que estamos recibiendo en estos meses”, concluye el canónigo.

La documentación que se ofrece va desde la incluida en libros sacramentales, hasta libros de fábrica, cofradías, padrón vecinal, concesión de parcelas en cementerios,etc.

La documentación que se ofrece va desde la incluida en libros sacramentales, hasta libros de fábrica, cofradías, padrón vecinal, concesión de parcelas en cementerios,etc. / Ricardo Grobas

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Una de las dificultades a la hora de dar o localizar a este antepasado es la transformación de la lengua. Y es que los documentos más antiguos datan del año 1569, donde la escritura no se ha mantenido intacta hasta la actualidad.

“Por ejemplo, nos encontramos a muchos Álbarez con B o Theresas con H… A veces es complicado dar con el nombre exacto o correcto; no siempre coinciden los nombres y los apellidos con lo que nos piden en las solicitudes los ciudadanos”, explica Don Avelino Bouzón, responsable del Archivo Histórico de la Diócesis de Tui-Vigo, que opera en la Catedral tudense.

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