La hinchada viguesa del Papa Francisco

Un centenar de jóvenes de la diócesis Tui-Vigo, junto al obispo, participan en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa y hoy tendrán la oportunidad de conocer al Pontífice

El catolicismo mundial mira estos días a Lisboa. Y es que allí está teniendo lugar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), un encuentro que se celebra cada tres años en el que jóvenes de todo el mundo conocen al Papa y que se ha convertido en uno de los mayores eventos religiosos del planeta. Precisamente ayer el Papa Francisco desembarcaba en Portugal y hoy los millones de asistentes que se dan cita en Lisboa lo podrán ver. Entre ellos el centenar perteneciente a la Diócesis de Tui-Vigo que está viviendo esta semana con la máxima ilusión.

“Estamos muy emocionados”, reconoce el vigués Carlos Estévez, de 16 años. Su historia precisamente es de lo más curiosa. Sus padres, ella vasca y él gallego, se conocieron en la JMJ de Toronto celebrada en el año 2002. Por eso, desde entonces, siempre tuvo ganas de participar en este evento. Su catolicismo, fuera de toda duda, lo demuestra en el día a día en la diócesis, participando en un grupo juvenil en el que realiza distintas actividades. Y ahora por fin le llegó el momento de estar en una JMJ. “Es fascinante pasar tantos días con personas de nuestra edad de todas las partes del mundo con las que tenemos tantas cosas en común y, sobre todo, el amor a Cristo”, asegura Carlos Estévez.

“Estamos emocionados por estar aquí, es una experiencia única”

Los vigueses Isabel Tamayo y Carlos Estévez, ayer en la JMJ en Lisboa. / Carlos Ponce

Precisamente, ese intercambio de experiencias con otros jóvenes es lo que más está marcando también a otra viguesa, Isabel Tamayo, de 19 años. “He escuchado testimonios de vida de otras personas que me han marcado profundamente. Me lo estoy pasando muy bien, porque conoces a gente con la que compartes la misma fe, y eso es muy gratificante”, asegura.

Además de acudir a las misas diarias y a catequesis, también hay tiempo para el ocio. Así, los jóvenes de la diócesis Tui-Vigo, que antes de llegar a Lisboa estuvieron unos días en Faro, también han acudido a festivales, han bailado hasta agotarse, participado en juegos populares e incluso han ido a la playa. Todos ellos están muy agradecidos con el obispo Luis Quinteiro Fiuza que, a sus 76 años, decidió liderar la expedición y acompañar a los miembros de la diócesis durante toda la semana. “Para mí es una experiencia muy importante con la vida. Estar aquí presentes es algo muy profundo, y nos están tratando maravillosamente bien. El domingo es la misa con el Papa, en la que se esperan dos millones de personas”, afirma el obispo.

Luis Quinteiro Fiuza, no obstante, no podrá asistir a esa misa porque tendrá que estar de vuelta a Vigo ya mañana, pues hay que recordar que este fin de semana se celebran los actos del Cristo de la Victoria en Vigo, que culminarán con la gran procesión precisamente el domingo y que estará encabezada, entre otros, por el propio obispo. Fiuza se muestra entusiasmado por la entrega de los jóvenes de la diócesis y cómo se han volcado para este encuentro en Lisboa, el fervor que les ha movido a acudir a la capital lusa a conocer al Papa y a disfrutar de la experiencia del encuentro mundial del catolicismo y la ilusión que mostraron ante la posibilidad de ir. Muy pocos dudaron.

Una novata en estas jornadas precisamente no es Miriam Pereira. Esta enfermera viguesa de treinta años lleva tiempo trabajando en Pamplona y es la cuarta JMJ a la que asiste, en esta ocasión como voluntaria. Lleva desde el 23 de julio en el país luso, primero para recibir formación específica para voluntarios y soporte vital básicos, y después para ejercer de enfermera en una de las carpas móviles de emergencia presentes en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa. “Hay mucha gente que viene de otros países y notan el cambio. Atendemos a personas con golpes de calor, ansiedad...”, explica. Además de estos puestos médicos, en la JMJ existen lo que se llaman “zonas de calma”, puntos a los que los asistentes pueden asistir para “encauzar sus emociones”. “Está siendo una experiencia única. Y ya todos estamos esperando el encuentro con el Papa”, reconoce Míriam Pereira.

Hoy será cuando Francisco coja el Papamóvil y se de un baño de masas entre los cientos de miles de jóvenes que están esperando a conocerlo en Lisboa. “Esperamos ese momento con la máxima ilusión, será inolvidable”, aseguran desde la delegación de la diócesis Vigo-Tui. Sin duda, el de hoy es un día que no olvidarán.

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