Las mascotas también reciben sus bendiciones

Decenas de fieles celebran el día de San Antón en la parroquia de La Soledad

Monseñor Alberto Cuevas bendice a las mascotas, ayer, congregadas en la parroquia de La Soledad.   | // JOSÉ LORES

Monseñor Alberto Cuevas bendice a las mascotas, ayer, congregadas en la parroquia de La Soledad. | // JOSÉ LORES / REDACCIÓN

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Las mascotas ya son uno más en los hogares de cientos de vigueses. Y por ello, un año más, la parroquia de La Soledad ha querido celebrar el día de San Antón, patrón de los ganaderos, veterinarios y protector de los animales con una bendición a todas las mascotas cuyos dueños se acercaron hasta la Iglesia.

Las mascotas también reciben sus bendiciones

Las mascotas también reciben sus bendiciones / REDACCIÓN

Durante toda la jornada, dos grandes paneles presidían la entrada al templo; una con la imagen del protector de los animales y la otra con una “oración por mi mascota”. Así, todos cuantos quisieron pudieron acercarse individualmente a lo largo del día con su mascota y recitar allí devotamente la oración o incluso fotografiarla y reenviarla a otras personas para que ese día den gracias por sus animales de compañía.

Ya entrada la tarde, en torno a las 18.00 horas, tuvo lugar la bendición, la oración comunitaria y la presentación de las mascotas.

Oficiada por el párroco Don Alberto Cuevas, que fue el encargado de bendecir a los perros y gatos que junto con sus dueños se acercaron al templo. Motivado por la lluvia, este acto tuvo que realizarse en la parte alta de la escalinata de acceso a la iglesia.

San Antón se convirtió en protector de los animales por haber convivido con ellos durante su vida en los momentos de una para él muy buscada soledad. “De ahí que los que en esta parroquia veneramos a la Virgen de La Soledad, queramos ayudar y tener presentes siempre a cuantas personas viven solas o se consuelan con la cercana compañía de sus mascotas; que sepan que también nosotros deseamos estar a su lado aliviando de algún modo sus grandes o pequeñas soledades”, dice el párroco Alberto Cuevas.

Este año, a diferencia de los años de pandemia, el acto ya pudo realizarse sin ningún tipo de restricción.