Una crisis que “amarga” a las pastelerías viguesas

El sector se ve obligado a hacer malabares ajustando precios para salvar sobrecostes de hasta un 40% en harinas, cereales o azúcar

Sara y Leticia Pérez, ayer, en Maranatha.

Sara y Leticia Pérez, ayer, en Maranatha. / MARTA G. BREA

Carolina Sertal

Carolina Sertal

Es uno de los sectores que se ha visto afectado de lleno este año por la crisis energética en primer lugar y, posteriormente, por el repunte de la inflación. Sumado al importante encarecimiento de la factura de la luz y el transporte, el alza de los precios en materias primas como el aceite, la harina, el azúcar o los cereales ha puesto contra las cuerdas al sector de las panaderías y pastelerías que, en la ciudad de Vigo, se ven obligadas a hacer malabares para salvar unos sobrecostes que se elevan hasta el 40% en algunos casos. Ni siquiera las Navidades, una época en la que la sociedad estira el bolsillo incrementando el gasto, están dejando un buen sabor de boca a las confiterías, puesto que son conscientes de que tan solo es una “época extraordinaria, una burbuja” y que a partir del próximo mes de enero habrá que aterrizar de nuevo en la realidad.

Aldara Durán, ayer, en el mostrador de El Trigal.   | // MARTA G. BREA

Aldara Durán, ayer, en el mostrador de El Trigal. | // MARTA G. BREA / Carolina Sertal

Cándido Durán es el responsable de la emblemática panadería El Trigal y explica que “somos un sector que fabricamos y preservamos alimentos, por lo tanto consumimos mucha electricidad. Si la energía ya se ha multiplicado por cuatro y le sumamos también que los costes de las materias primas también se han disparado, al igual que el embalaje y el cartón, pues la incidencia en la facturación es muy importante. Nuestro sector está muy tocado y detectamos un enfriamiento en el consumo. No sé cómo será el año que viene, pero con esta situación y la falta de relevo generacional, muchas empresas van a encontrarse con dificultades”.

El dueño de la viguesa El Trigal señala que, en un momento determinado, no quedó otra que incrementar los precios de venta al público, lo hicieron pensando que con un aumento del 6% podrían sortear la crisis, sin embargo, Durán asegura que “pensábamos que así podríamos equilibrar los gastos a mediados de año, pero actualmente estamos vendiendo por debajo de los costes. Por otra parte, a la gente le está costando llevar esta situación, en números estamos en las mismas cifras, pero estamos perdiendo ventas”.

Los clientes ya no hacen previsiones como antes de las Navidades, van al día

En cuanto a los encargos de Navidad, Cándido Durán indica que “el concepto de consumo” en estas fechas ha cambiado radicalmente. Así, apunta que “los encargos están desapareciendo, la gente viene y compra en el día, esto supone que tienes que prever tú lo que puedes vender y jugártela un poco más en este sentido”.

Esta misma sensación es la que tiene el responsable de la pastelería El Buen Gusto, Luigi Dutto, quien comenta que, en esta temporada, “pocos encargos hemos trabajado”, a lo que añade: “Los clientes ya no hacen previsiones como antes de las Navidades, van al día, vienen directamente en el día y se lo llevan”, haciendo referencia a productos más específicos como los roscones de Reyes o los panetones.

En cuanto a la crisis actual, Luigi Dutto señala que también ha tenido que equilibrar precios, porque tal y como relata, “cuando empecé, una caja de huevos costaba 36 euros y ahora son 56. Lo mismo con el azúcar, antes eran 0,40 céntimos y ahora está a 1,70 euros. Aumentamos algo los precios, pero menos de los que se incrementaron los costes, por lo que a la larga salimos perdiendo”, concluye.

El precio de algunas harinas sin gluten se ha disparado un 40%

Si las panaderías y pastelerías tradicionales atraviesan una racha complicada, las que se dedican a productos específicos sin gluten, veganos o sin lactosa, transitan por la cuerda floja. Desde Maranatha, Leticia Pérez asegura que “las harinas sin gluten se han disparado muchísimo más que las otras, un 40% en algunos casos, y esta situación se lleva mal porque la subida de los precios tiene que ser bastante alta y el consumidor no está dispuesto a pagarla, y menos en estos tiempos”. Pérez afirma que, aunque la gente hace el esfuerzo en Navidades, “en las ventas se nota una caída importante; como también servimos comidas vegetarianas y veganas, en Nochebuena notamos un repunte, pero no tanto como el año pasado y los encargos van al día”.

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