Gran Vigo

La pasión por La Borriquita vuelve a llenar el centro en su versión más olívica

Más de un millar de fieles y una gran cantidad de niños celebraron el retorno de la popular imagen en el inicio de la Semana Santa

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

La rueda del calendario sigue avanzando y con ella se suceden los regresos en las celebraciones de la ciudad. La primera Semana Santa post-pandemia quedó inaugurada este Domingo de Ramos en Vigo con la celebración de la procesión de La Borriquita.

Más de un millar de fieles se congregaron en el centro urbano para revivir la entrada en Jerusalén de Cristo, una imagen no se producía desde 2019 al no poder realizarse ni siquiera el año pasado con un protocolo especial.

El deseo de que todo saliera según de forma correcta ante el esperado regreso hizo que se demorara en algo más de veinte minutos el arranque de la comitiva desde la iglesia de María Auxiliadora, en la cual a las once de la mañana se había oficiado la primera misa a la que habían asistido los más devotos.

Los balcones de todo el barrio eran testigos de la expectación que generaba el avance de los nazarenos y sus tambores por delante de la figura de Jesucristo con los dos animales.

La Borriquita recorre las calles de la ciudad

La Borriquita recorre las calles de la ciudad / Jose Lores

La presencia de mascarillas se acentuaba en la serpiente humana que seguía a la imagen en su descenso por Don Bosco, Velázquez Moreno y Príncipe. Se trataba de una jornada festiva con estrenos de conjuntos, palmas e imágenes que año tras año y generación tras generación se repiten. Ni siquiera el avance de los teléfonos móviles evitaba que algún abuelo orgulloso inmortalizara la reunión de sus nietos con cámaras de vídeo.

Entre los centenares de familias se encontraba la de Pablo e Inma, que apuntaban a que se trataba de la primera vez que sus tres hijos podrán tener un recuerdo nítido de La Borriquita. Más que destacar la vuelta a la normalidad, prefieren quedarse con el término “tranquilidad” ya que se siguen viendo mascarillas pero aprecian un cambio en la actitud de la gente respecto al coronavirus.

La Borriquita recorre las calles de la ciudad

La Borriquita recorre las calles de la ciudad / Jose Lores

Entre los presentes también turistas portugueses y británicos. Es el caso de Helen, profesora de inglés y vecina del barrio es la primera vez que está. A su lado, su amigo Fergus señala que ya conocía estas celebraciones por haber vivido en Sevilla aunque le gusta que sea diferente a la andaluza.

También con ellos, Joe y Sharay son de los primeros en unirse a la comitiva aunque les impactaba el ambiente “de fiesta”.

Sin embargo, en el ambiente destacaba una ausencia por encima de todo: las palmas se convirtieron en testimoniales. En contraste con otros años, donde su color amarillo reinaba en las fotos, este año el olivo y el laurel fueron los elegidos tanto por los vendedores ambulantes como por el público presente.

En gran parte, el mayor precio de este símbolo de riqueza y fecundidad para los judíos hace que las ramas olívicas sean las más populares. Lo que sí que no faltaron fueron dulces como las rosquillas y barquillos o los globos infantiles que después de Carnaval han vivido su segundo desfile en condiciones de relativa normalidad tras la pandemia. 

Bendición en La Farola

La apertura parcial de Porta do Sol y su nuevo adoquinado no pudo evitar el traslado de la bendición de las palmas y olivos a La Farola de Urzáiz, en donde se registró la mayor concentración de toda la mañana. Desde ella, el obispo de Tui-Vigo aseguró estar “muy por contento por estar en un acto fantástico”.

Monseñor Luis Quinteiro Fiuza enfatizó el papel de los niños en esta jornada como “los grandes protagonistas de la misma”, dedicándoles una bendición especial desde el palco improvisado en medio de la carretera. 

“Con que ilusión ven pasar a Jesucristo y lo ven en La Borriquita” señalaba el obispo, recuperando el trato más cercano con los fieles después del “tiempo duro” que supuso el COVID para la diócesis.

La confluencia con Colón y Príncipe ya reunía a decenas de personas antes del inicio de la procesión, pero fue con la bendición a la una de la tarde cuando se alcanzó el clímax de la jornada. El descenso hacia García Barbón fue menos multitudinario, pero el corte de la calzada al tráfico rodado hizo que muchos ciudadanos aprovecharan para fotografiarse con la imagen desde cerca.

Al término de la procesión y tras la interpretación del himno gallego se produjo una escena que escenifica el final de la pandemia para muchos en esta materia. Decenas de fieles se arremolinaron ante la figura para recoger alguna de las ramas de olivo que fueron bendecidas y trasladadas en su recorrido al templo.

Con la celebración de la misa solemne en su interior concluía la primera de las seis procesiones que volverán a paralizar las calles más céntricas de la ciudad durante esta Semana Santa.

Los miembros de la Banda de Bembrive se mostraban satisfechos por el resultado final de la procesión y su aportación musical de la misma, constatando que siguen “en plena forma” para una modalidad de eventos que en 2022 aspira a completar su calendario con normalidad.

Ángel Rivas fue el representante del gobierno local en la comitiva institucional detrás de la figura junto al portavoz municipal popular, Alfonso Marnotes; y la delegada de la Xunta en la ciudad, Marta Fernández-Tapias. El concelleiro de Comercio y Fiestas Especiales hacía balance al término de la misma destacando el notable deseo de los vigueses por recuperar esta tradición y el amiente festivo predominante.

El concejal socialista enumeraba los múltiples eventos que en este inicio de la Semana Santa estaban llenado las calles, ayudados en parte por una previsión metereológica que ha ido mejorando con el paso de los días.

La recuperación de procesiones como la del encuento del Jueves Santo, el ciclo de conciertos de música sacra en las iglesias, eventos deportivos como la Vig Bay y el Birraseto Fest celebrado por primera vez durante varios días en el Naútico hacen que las expectativas para hostelería y turismo sean “francamente buenas”.

Este lunes comenzará el triudo a Santiago el Mayor en la iglesia ubicada en García Barbón. El miércoles 13 de abril a las 19.30 horas se celebrará la Santa Misa cantada por el Coro Clásico de Vigo. Estará oficiada por el obispo Luis Quinteiro Fiuza con invocación a la Virgen de la Amargura a cargo de M. Carmen Arenas Villarroel.