Un hombre y una mujer de mediana edad y con severos dolores lumbares provocados por las hernias fueron los primeros en operarse de esta patología con la nueva técnica que emplea la Unidad del Dolor de Povisa para estas intervenciones. Se trata de una cirugía pionera que llevan practicando desde hace dos semanas en el centro privado. ¿Sus ventajas? Se trata de una operación ambulatoria -a las tres horas el paciente puede regresar a su casa-, mínimamente invasiva al no ser una cirugía abierta y sin dolor postoperatorio para el paciente. "Lo cierto es que los dos pacientes que hemos operado se han ido muy bien para sus casas; es un paso muy importante pero tendremos que darle tiempo para ver cómo evolucionan. Estamos pendientes de realizarse en próximas semanas una resonancia", explica el doctor Jorge Sobrino, al frente de este equipo de profesionales.

Esta técnica, conocida como Radiofrecuencia Coablativa Intradiscal, basa su funcionamiento en una tecnología nueva de alta frecuencia, la Resonancia Cuántica Molecular, que genera la energía precisa capaz de romper los vínculos moleculares del núcleo pulposo y permite la descomprensión discal. Consiste en introducir a través de la piel de los pacientes, entró en el disco afectado por la hernia y, además de aplicar la energía descompresora, hizo una pequeña recensión del disco, extrayendo los restos de hueso a través del propio catéter. Esta técnica tiene además la ventaja, respecto a la cirugía tradicional, de que el efecto descompresor se limita a un entorno de solo un milímetro del electrodo, con lo que preserva la estructura de los tejidos circundantes.

"No es válida para todos los pacientes que padecen de esta hernia discal; calculamos que en torno a un cuarto de estos pacientes", concreta el facultativo. Y es que esta técnica no se podrá aplicar en casos donde el disco no esté roto ni la hernia desplazada, y que su dolor radicular esté directamente relacionado con la hernia susceptible de intervenirse.

Los dolores lumbares provocados por la hernia de disco son muy comunes, y tan severos que pueden llegar a ser incapacitantes. En Povisa, la Unidad de Dolor opera más de 300 casos de este tipo cada año.