La confluencia de las avenidas de Castrelos y Alcalde Portanet, una de las rotondas con más intensidad de tráfico de Vigo, está regulada desde ayer con una "turboglorieta". Es la segunda que implanta el Concello para reducir la siniestralidad.

Una patrulla de la Policía Local vigiló hasta las 14 de ayer la correcta puesta en funcionamiento de la nueva señalización, que se produjo "sin incidencias", salvo el despiste -sin consecuencias- de algún conductor que no se percató del cambio. El diseño de la turboglorieta impide cambiarse de carril una vez en su interior y su configuración facilita la salida.