El 17 de septiembre de 1897, FARO elogiaba en una amplia información que el Ayuntamiento hubiera adoptado la decisión de dedicar a Cánovas del Castillo, fallecido unas semanas antes, la futura avenida de enlace entre A Laxe y O Berbés. Fue un acuerdo unánime de la Corporación, adhiriéndose a la proposición formulada por el alcalde señor López de Neira. En él se señalaba que "la amplia y hermosa avenida, que ha de construirse para enlazar el puerto con la Ribera del Berbés, llevará el nombre del insigne estadista, político eminente, jefe ilustre del anterior gobierno, gloría de España como tal reconocido y proclamado por los hombres de mayor valimiento en las naciones extranjeras, Excmo. Sr D. Antonio Cánovas del Castillo".

La feliz iniciativa "ha venido a realizar un acto de justicia que honra sobremanera a esta querida ciudad nuestra, siempre pronta a rendir el merecido tributo de admiración y respeto de cariño y afecto, a los hombres que brillan o han brillado por su talento, por sus cargos, y por favorecer el desarrollo de los pueblos que, como Vigo reúnen condiciones para crecer y prosperar al amparo de su excelente situación y de la actividad incansable desplegada por sus hijos".

FARO destacaba que la elección de la vía a que se ha dado el nombre de Cánovas "no ha podido ser, en verdad, mejor hecha" y aprovechaba la ocasión para elogiar la figura de José de Elduayen, quien en los gobiernos de Cánovas había ocupado puestos de gran relevancia.

Destacaba así la circunstancia de que en el arranque de esa espaciosa avenida estuviera enclavado el monumento que esta ciudad, agradecida, "se ha servido, en un rasgo de noble proceder, significar, perpetuando la memoria del ínclito marqués del Pazo de la Merced, la veneración profunda y el cariño sincero que hacia este ciudadano insigne siente. Y al hacer esa elección, ha tenido sin duda presente el señor López de Neira lo significativo y propio que resulta enlazar de ese modo los nombres de una y otra ilustres personalidades, toda vez que son, aunque en forma distinta, igualmente acreedores a nuestra consideración y gratitud eternas".

Creía FARO que debe el pueblo de Vigo al Sr. Elduayen "la iniciativa inteligente, la actividad constante, la ambición inmoderada, si así puede decirse, de procurar para este puerto mejoras de importancia, beneficios inmensos solo realizables cuando se cuenta con apoyos tan decididos como lo han sido los suyos. Pero debe también, sin que eso disminuya lo más mínimo los méritos de esa incesante protección, análogos respetos e iguales cariño y gratitud a la memoria del Sr. Cánovas del Castillo, que fue siempre palanca poderosa puesta al servicio de los buenos deseos por el marqués del Pazo de la Merced significados y auxiliar constante de éste en todo aquello que más o menos guardaba relación con esta ciudad marítima en la que el señor Elduayen tiene depositados todos sus afectos, todas sus ilusiones y todos sus afanes".

Acto de justicia pues el realizado por el Ayuntamiento vigués que con su acuerdo último, "a la par que honraba, cual se merece la memoria del político más eminente de España, enlazaba, de modo invariable, los nombres de dos personalidades ilustres que siempre unidas, vivieron también en la más estrecha amistad y jamás en desacuerdo cuando de laborar en la gran obra del engrandecimiento de Vigo se trataba".

Si el monumento al Sr. Elduayen servía para trasmitir a las futuras generaciones "el sentimiento de respeto que se debe al hombre excepcional que tanto y tanto hace por este pueblo, el nombre de la Avenida de Cánovas, les enseñará también a respetar la memoria del varón preeminentísimo que con sus actos, dio a España gloria y esplendores y nuestra ciudad vuelos de crecimiento y desarrollo imponderables".