Casi 600 gallegos piden ayuda a la Xunta para incorporarse a trabajar al campo

Se bate récord de solicitudes

En esta convocatoria se amplían las subvenciones al colectivo de entre 41 y 50 años

Noelia Pintor, en la
 explotación que
 tiene en O Pino.

Noelia Pintor, en la explotación que tiene en O Pino. / FdV

Paula Pérez

Paula Pérez

La falta de relevo generacional atenaza al campo gallego. Falta mano de obra y jóvenes que quieran hacerse cargo de las explotaciones agrarias cuando sus titulares se vayan jubilando. Para inyectar sangre nueva al sector la Consellería de Medio Rural amplió este año las ayudas para debutar en las actividades agrarias y ganaderas al colectivo de 41 a 55 años –hasta ahora se limitaban al tramo de edad de 18 a 40–. Y en esta convocatoria hubo récord de solicitudes: casi 600 gallegos optan a una subvención que puede ascender a 70.000 euros.

En la línea dirigida al grupo más joven se presentaron 413 solicitudes y se dispone de un presupuesto de 16 millones de euros. Además hubo 171 gallegos de entre 41 y 55 años que también pidieron ayuda económica para incorporarse al campo, para lo cual se han reservado otros tres millones de euros.

Las ayudas para la incorporación de jóvenes al sector agroganadero se convocaron por primera vez en 2009 y, desde entonces, se beneficiaron 4.689 personas. Con esta convocatoria de 2024 se estima que se llegará a los 5.000.

Envejecimiento

La mitad de los titulares de las explotaciones en Galicia tienen más de 65 años y apenas un 7 por ciento no rebasa los 40. Es la peor situación de España, junto a la de Valencia.

Por esta razón, facilitar el relevo generacional en el campo se ha convertido en una de las prioridades del departamento que dirige María José Gómez. Pero no solo se ayudará económicamente a quienes quieran convertirse en agricultores o ganaderos. Una de las novedades de este año es que estos jóvenes contarán con la presencia de un tutor a su disposición para orientarlos en relación al mundo laboral.

Así, la Xunta pondrá en marcha un plan de formación, asesoría y tutorización dirigido no sólo a quienes reciben las ayudas para incorporarse al campo sino también a aquellos que se están formando en materias relacionadas con la ganadería, la agricultura o la actividad forestal, así como al personal de las oficinas rurales.

Por otro lado, se colaborará con las consellerías de Educación y Emprego para aumentar las opciones de formación práctica con el objetivo de ampliar la red de potenciales trabajadores para el campo y se prestará especial atención a los gallegos retornados del exterior.

La Consellería de Medio Rural activará además este año el Banco de Explotaciones, una iniciativa que pondrá en contacto a personas que quieran iniciar una actividad en el sector con otras que se retiren de él. Se trata de recuperar no solo la recuperación de propiedades que, en la mayor parte de los casos, quedarían en desuso y abandonadas, así como permitir el asentamiento de futuros productores.

"Desde pequeña siempre quise tener vacas en casa. No lo cambio por nada"

Noelia 3

Noelia Pintor / FdV

Con solo 19 años decidió que las vacas serían sus mejores compañeras de trabajo. Junto a su hermano y sus padres decidió profesionalizar y ampliar la pequeña explotación que tenía su familia en el concello coruñés de O Pino. Ocho años después tiene claro que acertó dedicándose a la ganadería.

–¿Por qué decidiste pedir la ayuda de Medio Rural para incorporarte al campo?

–Mi padre trabajaba de encargado de una empresa de limpieza y mi madre cuidaba de una pequeña explotación, entonces teníamos solo siete vacas de carne. Pero mi hermano y yo siempre quisimos tener vacas en casa y decidimos ampliar la explotación y pedimos todas las ayudas que hubiera disponibles. Ahora tenemos entre 140 y 150 entre novillos y recría.

–¿Y te gusta dedicarte a la ganadería?

–Desde pequeña siempre quise tener vacas en casa. A veces nos escapábamos a casa del vecino que tenía una explotación. Siempre me tiraron los animales.

–¿No es un trabajo duro?

–Es un trabajo un poco atado, porque casi no tenemos días libres. Pero nos vamos repartiendo un poco entre toda la familia y para coger vacaciones nos alternamos y pillamos quince días. Yo no lo cambio por nada. Estoy muy contenta.

–¿Qué supuso la ayuda de la Conselleria de Medio Rural?

–Las ayudas se notan. Te dan la vida. Pero es verdad que tuvimos que hacer una inversión importante, hubo que comprar las vacas, maquinaria, ampliar los silos. A mi hermano le dieron unos 40.000 euros y a mi 52.000. Pero hay que tener en cuenta que el establo está valorado en casi 300.000. Solo comprar un tractor nos costó alrededor de 30.000 euros. Tuvimos que cimentar tres silos, lo que nos costó otros 18.000 euros...

–¿Recomendarías a otros jóvenes dedicarse al campo?

–Mi experiencia es buena, lo recomendaría. Pero lo pasamos mal, fueron noches sin dormir, haciendo cuentas, con los papeles en la mano, pero si aguantas esos primeros años luego la cosa se normaliza. Ahora nos va bien. Vendemos la leche a un precio bastante decente. No nos podemos quejar. En mi zona cerraron ya dos granjas y me da pena porque llegará un momento en que no tengamos de qué vivir en el rural.

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