Rías Baixas prevén un verano de récord y el sector urge medidas para evitar la saturación

La ocupación hotelera en julio crecerá hasta el 80% y en agosto hasta el 85%

Apuntan al auge de turismo por el Camino portugués por la costa y eventos como O Marisquiño

Una playa abarrotada el pasado verano en Galicia.

Una playa abarrotada el pasado verano en Galicia. / R. GROBAS

Elena Ocampo

Elena Ocampo

Las predicciones turísticas para este verano son muy optimistas para las Rías Baixas, con incrementos de ocupación que los responsables del sector estiman entre el 2% y el 5%; lo que equivale a que ocho de cada diez plazas se auguran reservadas en la costa pontevedresa y las principales ciudades ya en julio. Más que eso. Una ocupación aún mayor, rozando el 85%, se espera para agosto. A pesar del incremento general de precios del 10% en los alojamientos que, avanzan, llega para quedarse –aluden a agravios comparativos en los precios de la estancia en un establecimiento medio por ejemplo, en el país vecino–.

La previsión es únánime. La comunidad prevé récords turísticos en agosto. Coinciden desde el presidente del Clúster de Turismo, Cesáreo Pardal, al presidente de la Federación empresarial de Turismo y Hostelería (Feprotur), también presidente de la Asociación de hospedaje provincial de Pontevedra (Asehospo), César Ballesteros; el presidente de la Asociación de Hostelería de Vigo (Ahosvi) y director del NH Collection, Iván Sánchez y la presidenta de la asociación de viviendas turísticas (Aviturga), Dulcinea Aguín.

“Tememos, eso sí, que baje el gasto medio, que el tíquet del turista puede disminuir. Es un dato que nos pasa la restauración”, resume el presidente del Clúster de Turismo. “Va a haber muchos viajeros y mucha ocupación hotelera en toda Galicia, esa es la impresión”, avanza. Por su parte, Dulcinea Aguín asegura que actualmente están reservadas ya ocho de cada diez viviendas turísticas en la comunidad para agosto –aunque en fechas de julio rozan un 55%, pendientes del fin de curso, porque su demanda “es de un perfil muy familiar”–. También avanza que prevén una ocupación de récord en ciudades como Santiago, Vigo y Ourense y zonas como Ribeira Sacra.

Pero, para no morir de éxito, César Pardal propone que se estime la carga que pueden soportar enclaves costeros que registran altísimas ocupaciones en picos puntuales de la época estival. En el rabillo del ojo tiene a las viviendas turísticas, cuya presión se eleva a más de 3.050 camas en la zona de O Salnés y cuyo impacto en fechas de llegada masiva se puede volver en contra del disfrute de los visitantes. “El número de camas es incontrolable. Ojalá que en esos focos turísticos fuéramos capaces de lograr que los visitantes se repartan en otras fechas. No deberíamos de cargarnos un destino por masificarlo. Realmente, ¿sabemos cuál es la capacidad de carga?”, se plantea. De hecho, una de señas de identidad de Galicia es el turismo sostenible.

Para ello, postula soluciones de consenso y, sobre todo, medirlo para conocerlo. “Algo similar se hizo en la playa de As Catedrais y en las Illas Cíes”, ejemplifica Cesáreo Pardal. Lo deseable, en su opinión, es una demanda más escalonada y que se extienda de julio a octubre, no solo circunscrita al boom de agosto. También César Ballesteros alude a que la ocupación en agosto “no se puede mejorar mucho más” y asciende hasta el 93% de ocupación como máximo en Sanxenxo o San Vicente do Mar.

Pardal ejemplifica con el “imposible” modelo balear del día de arranque de temporada: imposible reservar mesa, imposible alquilar una sombrilla... Y eso podría volverse en contra de los pilares de la oferta vacacional gallega: los altos niveles de satisfacción y repetición de los visitantes.

Precisamente a la alta puntuación en estos factores alude César Ballesteros, citando a “estudios en el ámbito del turismo”. Y también coincide en destacar las dudas que plantea el alto número de viviendas de uso turístico: “tienen más plazas que las propias hoteleras tradicionales, juntando la oferta de hostales, hoteles, apartamentos e incluso albergues”, expresa. Y esa ocupación aún no queda reflejada en los datos del INE. “En Vigo se pasó de 500 a 1.700 viviendas de uso turístico; están ya reguladas, pero no tenemos precios medios ni de ocupación”, lamenta.

Con respecto a las reservas anticipadas, desde la Federación empresarial de Turismo y Hostelería aseguran que “se nota presión de mercado y la gente está reservando con antelación, también animada por las facilidades de cancelación gratuita”. La predicción de las Rías Baixas y ciudades como Vigo y Pontevedra sería de un 85% de ocupación en agosto –fue el 80,5% el año pasado– y de un 80% en julio, desde el 75% del año pasado.

El mismo dato maneja Ahosvi: “en julio de 2023 la ocupación en Vigo fue del 72, pero este año esperamos q se superen el 75% como en años anteriores, que llegó a estar en el 80%”, explica Iván Sánchez. “La previsión para nuestra ciudad, pero también en general a nivel estatal es la de verano de récord. Hace tiempo que venimos observando un aumento de consultas del destino. Hay que tener también en cuenta el flujo extra y creciente que se está produciendo por el Camino portugués por la costa”, coincide.

“El avance de programaciones culturales también nos ayuda a afianzar visitantes. Eventos como O Marisquiño ya son un valor sólido y seguro en la plaza”, completa Sánchez.

César Ballesteros tras pulsar una consulta entre el sector en Pontevedra. “Eso es lo que nos hace pensar que nuestra posibilidad de crecimiento aún no ha tocado tope”, expresa. También asegura que el efecto ‘marketing’ de las luces de Vigo y otros eventos en Galicia contribuye que los turistas decidan conocer Galicia si visitan zonas próximas.

Nuevo perfil de peregrino ‘slow’: camina por el día y cuelga las botas... para disfrutar de la noche

La presidenta de la asociación de viviendas turísticas (Aviturga), Dulcinea Aguín, constata el crecimiento de la demanda de viviendas turísticas en muchos lugares por los que pasa el Camino de Santiago. ¿Por qué? “El perfil del peregrino ha cambiado mucho”, asegura. “Hay un perfil de visitante más internacional y que disfruta del camino de otra forma”, alega. Para ilustrarlo, ejemplifica ese ‘slow way’ en unos peregrinos que llegaron recientemente de Uruguay. “Caminaban por el día y al terminar la tarde, se duchan, se visten, cuelgan las botas... y se transforman para salir a cenar o conocer las villas”, indica. De todos modos, para Dulcinea Aguín hay un factor determinante en la elección del destino Galicia que tiene que ver con que “aún es económico”. Es decir, aquí hay opciones aptas para todos los bolsillos, asegura. “Está adaptado a los presupuestos de las familias y con los servicios y equipamientos que tienen las casas, no deja de ser un destino barato”. Asimismo, apunta a que en la comunidad aún es posible visitar monumentos, como catedrales y algunos museos (y todas las playas) de forma gratuita. En todo caso, también las viviendas turísticas aplicarán este verano una subida de precios entorno al 3 o 5%.

Galicia tira como refugio verde: “Buscan dormir bien y tener agua”

“Estamos detectando que, debido al incremento de las temperaturas en Levante y Andalucía, se da un flujo de personas que buscan en la cornisa cantábrica y la Galicia verde un refugio”, asegura

“Es de esperar que sigamos teniendo nuevos flujos motivados en la búsqueda no solo de experiencias, también por un clima más benévolo y como destino más sostenible”, expresa Iván Sánchez de Ahosvi. Así que parece un dato relevante por la coincidencia –también– en el discurso de la responsable de Aviturga: “Nuestro destino tiene varios pluses; entre ellos, muchos clientes que eran fieles al sur están reservando. Y en ese momento, nos dicen que la realidad es esa: buscan un destino que no tenga restricciones de agua y donde no sufran altísimas temperaturas”, detalla Dulcinea Aguín. entre otras cosas, los demandantes del “refugio verde” de Galicia valoran poder dormir tranquilamente (sin usar ventiladores o aire acondicionado) y otras cuestiones como poder comer tranquilamente, sin el apetito mermado por un tórrido mercurio. Otra de las cuestiones es el senderismo, a través de rutas y toda clase de citas, que vive un particular auge. Y ahí, Galicia tiene –también– una oferta completísima.

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