No solo libro digital: Galicia, a la cabeza en apostar por las tecnologías en el aula

La pandemia le dio un empujón al proceso de digitalización que ya había arrancado en la sociedad. Los centros educativos también habían probado los recursos digitales, pero la irrupción del COVID implicó la necesidad de acelerar esa vía, a veces con los efectos colaterales de las prisas y de la falta de formación, como advierten algunos estudios. Pero desde entonces han pasado cuatro años y, como auguraban en aquel momento expertos en enseñanza, las nuevas tecnologías llegaron para quedarse, sobre todo en Galicia. Las estadísticas del Ministerio de Educación sobre la situación de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) en los centros educativos reflejan cómo la comunidad es líder u ocupa algún puesto del podio en parámetros como la disponibilidad de entornos virtuales de aprendizaje, la apuesta por convocatorias vinculadas a tecnologías educativas en la pública o la dotación de recursos como impresoras 3D o paneles digitales interactivos. Incluso destaca en uso del móvil en el aula con fines didácticos, dado que seis de cada diez centros lo permiten ya en los cursos de ESO, cinco puntos más que la media estatal.

El debate sobre la pertinencia, o no, del libro digital en Galicia traído a colación desde las anpas, con casos de progenitores que alegan un exceso de pantallas para instar a suprimir E-Dixgal, se produce en un contexto de generalización de las nuevas tecnologías en el aula. Así, a pesar de que este mismo año los escolares volvían en Galicia de vacaciones de Navidad con la prohibición de utilizar el teléfono móvil en los recreos y en las horas libres, la comunidad, en cambio, es una de las que más valoran las posibilidades de este dispositivo en clase. Al menos en teoría. Si en el conjunto del Estado un 54,7 por ciento de centros que imparten ESO autoriza su utilización para el aprendizaje bajo la supervisión de un docente, en el caso de Galicia suben al 60,2%. En Bachillerato también se usan más, aunque no ocurre lo mismo en los ciclos.

Casi 20.000 niños gallegos de 5 a 9 años navegan por internet varias veces al día

Detacado papel de las aulas virtuales

Galicia es la comunidad líder en centros que disponen de un entorno virtual de aprendizaje: el 98,3 por ciento del total (99,9% en el caso de la pública). El Ministerio de Educación explica que estos espacios web posibilitan la” interacción” didáctica y “facilitan” la enseñanza virtual, dado que a través de ellos el alumnado “puede desarrollar acciones propias del proceso de aprendizaje como la realización de ejercicios, la interacción con el profesorado o el trabajo en equipo”. Este tipo de entornos virtuales permite a profesor y alumno interactuar de forma remota. Eso sí, apenas un 8 por ciento de las familias tendría acceso a estos espacios, el segundo porcentaje más bajo del Estado, y eso en el caso de los centros privados.

La comunidad vuelve a los puestos de cabeza, al tercero en concreto, en porcentaje de centros públicos que participa en proyectos, convocatorias o experiencias relacionadas con el uso de tecnologías educativas, con ocho de cada diez, y escala al segundo puesto si se analiza en qué medida los ordenadores se usan para docencia o de forma directa por el alumnado, con un 78,3%, tres puntos más que la media estatal.

Dotación de recursos

En cuanto a dotación, las cifras de Galicia también la llevan a la vanguardia a sus centros públicos: es la comunidad líder en disponibilidad de impresoras 3D –casi un 55% de centros, la segunda, con un 99,6 por ciento, con más paneles digitales interactivos o similares –siete de cada diez aulas de uso habitual cuentan con este tipo de pizarras en la comunidad–, la tercera en la que más centros cuentan con kits de robótica y la tercera con un mayor porcentaje de centros conectados por fibra óptica a internet, con wifi casi generalizada.

La pública en Galicia es asimismo líder en porcentaje en las denominadas aulas de futuro –un proyecto innovador promovido desde Europa que cambia el enfoque de la enseñanza: se trata de desarrollar habilidades, más que de adquirir contenidos– y en espacios maker –que pretenden que el alumnado aprenda haciendo–.

El móvil aún viaja en la mochila del colegio

En lo que no despunta Galicia es en lo que el Ministerio de Educación define como aulas híbridas, que serían las destinadas habitualmente a clase, pero cuando están dotadas de sistemas digitales interactivos que permitirían impartir docencia presencial y remota de forma simultánea. Apenas son una de cada cinco de las que existen.

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