Estudiantes volcados en la inclusión

El IES Valadares apuesta porque sus alumnos sean ‘profes’ de sus compañeros con dificultades de aprendizaje | Es uno de los 21 centros premiados por la Xunta

Representantes de los equipos docentes premiados, con el conselleiro de Educación.

Representantes de los equipos docentes premiados, con el conselleiro de Educación. / XOAN ÁLVAREZ

No todos los niños y adolescentes son iguales. Es fácil entender que cada persona tiene su personalidad y que esta conforma su identidad. Sin embargo, aún cuesta entender que otros rasgos personales, como las capacidades especiales, son un reto, pero no un lastre. Eso es lo que han demostrado 21 centros educativos (colegios e institutos) de toda Galicia que, a través de metodologías, compromiso y dedicación, han desarrollado modelos de aprendizaje inclusivo en sus centros para que ningún alumno se quede atrás. El desafío era grande, pero lo más importante no es solo que sus proyectos han demostrado en la práctica su eficacia. Sino que han conseguido que todos los alumnos se involucren en el proceso de integración de sus compañeros y lo hagan convencidos de que así es como debería ser una sociedad, simplemente diversa.

Es el caso del IES Valadares de Vigo (2º premio 2020 y accésit 2022), cuyo proyecto es sencillo, pero ha supuesto un cambio sustancial en el clima de un instituto donde, como en tantos otros, hay estudiantes con dislexia, TEA o síndrome de Down. “Fomentamos un trabajo cooperativo donde son los propios compañeros los que ayudan a los alumnos con capacidades diferentes. La implicación del resto ha hecho que estudiantes como Martín (3º ESO) venga feliz porque tiene amigos, aprende y hace vida normal. Para nosotros es un orgullo verlos, es como coger una goma y borrar las barreras que existían”, cuenta la directora del instituto, Eva López que recuerda que son los profesores los que deben adaptarse al alumnado.

Junto al vigués hay otros dos centros con dos galardones (en ediciones distintas de los premios) por la calidad de sus iniciativas. El CIFP Paseo das Pontes de A Coruña (accésit 2020 y 3º en 2022), donde 6 alumnas de Aspronaga (Asociación pro personas con discapacidad intelectual de Galicia) han sacado Pastelería. “Nos ceñimos a los contenidos del certificado que imparto en el INEM, los han superado y también las prácticas. Ahora trabajamos para que sus competencias sean acreditadas por Trabajo, como Certificado de Profesionalidad. Hemos abierto una puerta que no se puede cerrar, solo hay que buscar sus puntos fuertes y potenciarlos”, afirma la responsable del proyecto, Avelina Amado.

Y el IES Fernando Blanco de Cee (accésit 2021 y 1º en 2022). ‘Tuéjele’ es el nombre del grupo de teatro cuya actividad le ha valido el primer premio en la categoría de centros de Secundaria y FP. “Nuestro alumnado tiene inquietudes muy diferentes y es una manera de trabajar en equipo”, cuenta el vicedirector del centro, Manuel García. Para los estudiantes de este instituto con 137 años de historia, las artes escénicas son una constante (fue el primer centro de Bachillerato del rural en ofrecer teatro, aclaran). Hoy muchos exalumnos siguen activos en el grupo teatral ‘Farándula Velutina’ y otros, como la actriz Ana Oca, encontraron el camino profesional que marcaría su vida. “Nos dimos cuenta que había alumnos con conflictos, muchos traían sus problemas de casa. Para nosotros la educación responsable es importante y vimos que el teatro favorecía la convivencia”, explica el responsable del centro.

La Cidade da Cultura acogió ayer la entrega de premios ‘Boas Prácticas de Educación Inclusiva’ en la que participaron representantes de los centros galardonados en 2020,2021 y 2022. Tres ediciones concentradas en un solo acto, fruto del parón que provocó la pandemia. “El pilar de este modelo de inclusión son los docentes y los cerca de 4.000 profesionales de atención a la diversidad”, destacó el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, durante el evento.

Integrar es lo natural en el rural

Cientos de centros educativos se reparten por el rural gallego. Y es habitual que se enfrenten al reto de contar con pocos alumnos, que no siempre llenan las aulas de los diferentes cursos, y que (como en cualquier otro centro educativo) traen consigo sus propias ‘mochilas’ y desafíos de cara al aprendizaje. Es el caso del CEIP do Foxo (A Estrada), de sólo 120 alumnos, ayer reconocido con el primer premio en la categoría de centros de Educación Infantil y Primaria por el proyecto ‘Diversidade é vida’. “Fue una sorpresa porque llevamos tanto tiempo trabajando en la diversidad de nuestro alumnado dentro y fuera del aula, que, aunque veíamos que lo hacemos es positivo para ellos, no sabíamos que lo estábamos haciendo tan bien”, dice sorprendida la jefa de estudios del colegio, Begoña Porto. “Cada vez detectábamos más alumnos con dificultades de todo tipo que necesitaban ayuda. Somos pocos y eso facilita que el profesorado le dedique tiempo personalizado a cada uno de ellos, el equipo se vuelca”, explica orgullosa Porto, quien reconoce que fue la orientadora del centro, Érika García, quien sugirió aunar todas las actividades que hacían y presentarlas bajo un mismo proyecto para optar al premio. “Para nosotros este premio es muy importante, reconoce nuestra entrega, pero también nos va a ayudar a mejorar nuestro patio”, pues con los 5.000 euros que les han otorgado van a hacer “un parque de madera para el recreo. Lo necesitábamos, pero no lo tenemos porque es muy caro”, dice la profesora.

Suscríbete para seguir leyendo