La investigación judicial será clave para dar luz a las causas de la tragedia. El titular del Juzgado de Instrucción 3 de Santiago, Luis Aláez Legerén, dirige las pesquisas y ordenó a la Policía Judicial interrogar en calidad de imputado a Francisco José Garzón, el maquinista, quien nada más descarrilar habría admitido que tomó la curva a más de 190 km/h, el doble de la velocidad permitida. Con cautelas, dado lo prematuro de las indagaciones, juristas consultadas por FARO valoran las consecuencias penales a las que se enfrentaría el conductor de probarse su responsabilidad. Y la posibilidad más probable que apuntan es la misma a la que fueron sentenciados los maquinistas implicados en otros trágicos accidentes ferroviarios de la historia reciente de España: que su proceder pudiese ser constitutiva de presuntos delitos de homicidio y lesiones por imprudencia grave, lo que conllevaría, según la doctrina predominante, una pena máxima de 4 años de prisión. "Estaríamos ante el supuesto del concurso ideal de delitos; una única acción imprudente ocasiona múltiples resultados dañosos", resumen.

Esta línea jurisprudencial es la que se refleja en las sentencias de dos de los últimos siniestros con víctimas que sentaron en el banquillo a los maquinistas de aquellos convoyes. La Audiencia de Palencia confirmaba en 2010 la pena de 2 años de cárcel y 4 de inhabilitación para el conductor del tren entre Galicia y Hendaya que en 2006 descarriló en Villada (Palencia) dejando siete muertos -cuatro gallegos-: le sentenciaron como autor de siete delitos de homicidio por imprudencia grave profesional por estas muertes, así como de 86 de lesiones también imprudentes por los heridos. El tren circulaba "a una velocidad muy superior a la exigible reglamentariamente". Y el maquinista y el auxiliar del Intercity que descarriló en 1997 en Huarte Araquil (Navarra) fueron penados con 2 años y medio de prisión y 4 y medio de inhabilitación. Murieron 18 personas y 115 resultaron heridas. La sentencia estableció que el tren iba a 137km/h en una zona donde debía hacerlo a 30.

¿A qué se podría enfrentar Francisco José Garzón? Jueces consultados se muestran aún cautos. "Todavía es pronto; hay que esperar a que se esclarezca si es un error humano o un fallo técnico", afirma Luis Villares. Con el mismo cuidado se expresa Xermán Varela, juez instructor en Pontevedra. Sin embargo, con la hipótesis del exceso de velocidad sobre la mesa, ambos, igual que el magistrado Antonio Piña, consideran que lo más probable es que se le imputasen tantos delitos de homicidios y lesiones imprudentes como víctimas haya. "Pero sería un concurso ideal de delitos", añade Varela. Es decir, se pediría una única pena y no la suma por cada delito. El artículo 77 del Código Penal establece para estos supuestos que se impondría la mitad superior de la condena prevista en la infracción más grave: el homicidio imprudente está penado de 1 a 4 años de cárcel y ese escalón agravado se sitúa de 2 años y medio a 4 años. Al ser por imprudencia profesional, lleva aparejada hasta seis años de inhabilitación para la profesión. Y las indemnizaciones correspondientes: en la sentencia de Villada se declaró la responsabilidad civil subsidiaria de Renfe.

Magistrados como Xermán Várela ven más improbable que se apreciase dolo eventual. Y en todo caso, este juez señala que "hay que averiguar también" que falló en los sistemas de prevención. "Los errores humanos hay que evitarlos, y para ello hay que invertir para contar con medios suficientes para impedirlo; las estructuras deben estar preparadas", concluye.