La retribución de la banca a los gallegos por depósitos se desplomó el 94% en diez años

Los ingresos por intereses pasaron de 761 millones en 2012 a solo 47 millones en 2022, pese al récord del ahorro

Ya se gana más en dividendos por participaciones en empresas

Si los tipos suben, la deuda pública y los depósitos bancarios serán de nuevo atractivos.

Si los tipos suben, la deuda pública y los depósitos bancarios serán de nuevo atractivos.

Julio Pérez

Julio Pérez

El euríbor estrenó en 2022 el vertiginoso rebote que tantos quebraderos de cabeza levantó a los hogares hipotecados. El tipo de interés aplicado a los préstamos entre las grandes entidades del viejo continente y principal referencia para marcar las condiciones de los créditos para la compra de vivienda abrió ese año todavía en terreno negativo, en el -0,5020%, y lo cerró ya por encima del 3%.

Por el medio llegó el brusco giro en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) para la lucha contra la inflación. Después de casi seis años a 0, el organismo liderado por Christine Lagarde llevó adelante cuatro subidas consecutivas del precio del dinero en sus reuniones de julio, septiembre, noviembre y diciembre, hasta colocar la tasa oficial en el 2% a finales de ese ejercicio. La subida no tardó en notarse en los nuevos préstamos.

El interés medio de las hipotecas firmadas en el último trimestre de 2002 en Galicia alcanzó el 2,55%, su nivel más alto desde mediados de 2015. El Banco de España certificó después que el sector financiero no tuvo tanta prisa para acompasar la remuneración de los depósitos a la escalada de los tipos.

“La traslación del euríbor a los tipos de los depósitos fue más limitada de lo que habría cabido esperar de acuerdo con el patrón histórico”, señaló el Banco de España en un análisis sobre la evolución a lo largo de 2022 frente al “notable endurecimiento de la política monetaria”. “Y, en consecuencia –indica–, la subida del coste de los depósitos ha sido menor de lo esperado”. Incluso “significativamente menor”, remarca.

En un artículo publicado en la edición de primavera de 2023 de la revista de Estabilidad Financiera, el supervisor estima que los bancos se ahorraron unos 3.250 millones de euros en la retribución a los clientes ese año por arrastrar los pies en la mejora de las condiciones de los depósitos en comparación con cómo lo hacían ante los incrementos de los tipos en el pasado. España era un caso casi excepcional, solo comparable con Italia, frente a la mayor velocidad que sí se dieron los bancos de Alemania, Francia, Países Bajos, Bélgica, Irlanda, Grecia, Austria, Portugal y Finlandia.

rendimientos W

rendimientos W / H. Barreiro

La lentitud de las entidades españolas provocó que, en pleno récord del ahorro tras la contención obligada en el consumo a causa del confinamiento y las restricciones a la actividad y los desplazamientos en la pandemia, los ingresos de los gallegos por los intereses en sus cuentas, depósitos y activos financieros en general se mantuviese en mínimos históricos. Se declararon unos 46,9 millones de euros a la Agencia Tributaria en el IRPF de ese año, prácticamente la misma cantidad que en 2021 (45,4 millones) –cuando los tipos sí estaban por los suelos– y un 94% menos que diez años antes. Los rendimientos de la hucha en los bancos en 2012 superaron los 761 millones de euros.

El desplome se repite entre el número de contribuyentes que consiguieron sacar algún tipo de ganancia a sus depósitos. En 2012 fueron unos 714.000 con un ingreso medio cada uno de 1.021 euros. En 2022, según los datos que acaba de publicar el fisco, únicamente 231.400 con una media de 203 euros. El 70% de los rendimientos se concentra en los 85.600 contribuyentes –algo más de un tercio del total de declaraciones– que superan el umbral de los 30.000 euros de rentas ese ejercicio. Los 2.300 residentes en la comunidad con una declaración de IRPF de entre 150.000 y 601.000 euros obtuvieron de media 2.060 euros por sus ahorros y los 332 que saltaron la barrera de los 601.000 euros entre todas sus actividades notificaron a la Agencia Tributaria alrededor de 18.900 euros de desembolso de los bancos.

La merma en picado de los rendimientos contrasta con la evolución del ahorro. El dinero en depósitos del sector privado en Galicia –particulares y empresas– rondaba los 50.800 millones en 2012. Diez años después, alcanzaron los 74.144 millones. Sin ni siquiera contar toda el engorde del ahorro, el recorte acumulado por el sector financiero en su remuneración en la comunidad alcanza los 5.456 millones de euros entre 2012 y 2022. Según las propias estadísticas del Banco de España, el tipo de las entidades para nuevos depósitos retrocedió del 1,5% al 0,75% y la media en los saldos vivos cayó de más del 2% al 0,18%.

Tanto bajaron los contribuyentes con rendimientos por el ahorro y la cantidad declarada que en 2022 había casi más gallegos con beneficios por participaciones en empresas que por cuentas en el banco: 222.131, un 9,2% más que el año anterior. Los ingresos por este concepto sí superan de largo al de los ahorros. Crecieron el 54%, hasta los 832 millones de euros. La media por contribuyente por dividendos y otros cobros similares se situó en 3.746 euros.

En el resto de los rendimientos del capital mobiliario destacan los procedentes de contratos de seguro de vida o invalidez y de operaciones de capitalización: 52.700 contribuyentes y 63,4 millones de euros. De rentas que tengan por causa la imposición de capital vinieron 2,9 millones de euros de 2.176 declarantes de IRPF. Solo 23 notificaron algún tipo de ingreso por transmisión o amortización de Letras del Tesoro (6.900 euros) y 2.358 tuvieron rendimiento por venta o reembolso de otros activos financieros (642.200 euros). De deuda subordinada y preferentes, una inversión bajo la alargada sombra de la crisis de las dos antiguas cajas de ahorros, 16 contribuyentes de la comunidad obtuvieron 38.800 euros. Otros 154 percibieron alguna cuantía de seguros de vida, depósitos y contratos financieros que instrumentan planes de ahorro a largo plazo (425.600 euros).