Galicia es ya la segunda comunidad con mayor facturación de la industria del motor

Las ventas del sector se dispararon un 20% en 2023 y superaron por primera vez los 9.000 millones

El alza en alimentación fue del 6% y la energía se desplomó un 34%

Terminal de coches de Stellantis Vigo.

Terminal de coches de Stellantis Vigo. / Marta G. Brea

Julio Pérez

Julio Pérez

El diagnóstico de la Agenda de la Competitividad Galicia Industria 4.0 que la Xunta lanzó en 2014 retrata todavía a la perfección la realidad del sector diez años después. Escasa especialización productiva en las actividades de más intensidad tecnológica, elevada atomización empresarial, lento desarrollo de las estructuras de cooperación entre empresas, exportaciones internacionales concentradas en pocas ramas y destinadas principalmente a los países de la UE, atracción de capital foráneo inferior a lo que correspondería según el peso de la comunidad en la economía nacional y caída del número de empresas industriales en el período reciente. La estrategia entonces pasaba por facilitar los procesos de relocalización y rebajar entre un 15% y un 50% los precios del suelo para crear 50.000 nuevos empleos y llevar a la industria desde el 16,7% del Producto Interior Bruto (PIB), incluida la aportación de la energía, hasta el 20% en 2020. Era una meta demasiado ambiciosa y no se consiguió. En 2019 cerró en el 15,5%. Bajó al 14,4% en 2020 por la pandemia y su peso en 2023 se situó en el 16,2%, el 11,4% teniendo en cuenta solo las actividades manufactureras. Con el Plan autonómico de impulso y aceleración de proyectos industriales estrenado este año, la Xunta resucita el ansiado objetivo de alcanzar el 20% del PIB, aunque esta vez sin fechas concretas en el horizonte.

Como el resto del tejido productivo, la industria sufrió en los últimos tres años los efectos de la pandemia, los desequilibrios en las cadenas de suministro, la grave crisis energética desencadenada tras la invasión de Rusia a Ucrania y la subida vertiginosa de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo para combatir la inflación. Un periodo corto de tiempo, pero intenso y caracterizado por la alteración continua de los precios. El valor de las ventas del sector en Galicia rondó los 36.400 millones de euros en 2021 y se disparó casi un 19% en 2022, hasta acariciar los 43.200 millones, en buena parte por el fuerte encarecimiento de los productos para repercutir el también duro ascenso de los costes.

A pesar de la actividad aguantó muy estable, los precios sí empezaron a dar un respiro y la facturación mermó un 2,6% a lo largo del pasado ejercicio. Alcanzó los 42.100 millones de euros, según el balance publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La caída en el conjunto del país fue superior, del 3,3%, hasta los 580.419 millones de euros.

La mitad de la cifra de negocio de la industria gallega se concentra en solo tres ramas. Con comportamientos muy diferentes en 2023. La industria de la alimentación, un auténtico salvavidas para la economía regional durante el shock del coronavirus, afianza su liderazgo. Las ventas sumaron 9.800 millones de euros, un 6,3% más que en 2022.

El otro sector clave para matizar la recesión poscovid porque despertó antes de lo esperado, alcanzando incluso récords de operación, fue la automoción. Pegó otro estirón de calado en año pasado en medio de los problemas por falta de componentes. Su producción propia saltó por primera vez la barrera de los 9.000 millones de euros con un incremento del 20%. La comunidad da así un salto en el ranking autonómico del motor. Se coloca solo por detrás de Cataluña (12.265 millones) después de adelantar a Castilla y León (8.959 millones) y agrandar su ventaja respecto a Aragón (7.455 millones), País Vasco (6.553 millones) y Comunidad Valenciana (6.479 millones).

industria W

industria W / H. Barreiro

La tercera gran rama industrial de Galicia, la energía, acusa la bajada de los precios: 2.408 millones de importe de ventas, un 34% por debajo de 2022. El negocio de los productos metálicos se quedó muy cerca. Fueron 2.391 millones de euros, un 6% más que el ejercicio anterior. La otra pata del metal, en cambio, resbaló. Las ventas de la producción, primera transformación y fundición de metales retrocedieron cerca del 31% (1.865 millones de euros). La confección de ropa elevó su facturación el 1,1% (1.705 millones) y se consolida como la actividad industrial en la que Galicia tiene más cuota dentro del conjunto del país: 44%.

Entre el resto de incrementos de negocio destacan la industria de las bebidas (1.455 millones, un 14,6% de alza); y la maquinaria y equipo (que subió el 17%, hasta los 1.260 millones). Entre las bajadas están la madera y el corcho (1.352 millones, el 7,6% menos); y las manufacturas de caucho y plástico (1.040 millones y el 10,9% de recorte).

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