Galicia llega a verano con más profesionales que nunca en todas las actividades turísticas

El empleo en hostelería y agencias de viajes crece en mayo un 4% respecto a hace un año: 87.345 trabajadores

Inmobiliarias, espectáculos y transporte aéreo, también en máximos

Varios camareros atendiendo una terraza de Vigo ayer, en el arranque de la primera semana completa de verano

Varios camareros atendiendo una terraza de Vigo ayer, en el arranque de la primera semana completa de verano / Marta G. Brea

El turismo gallego vive un momento dulce. Tras el impacto de la pandemia del COVID, el confinamiento y el sinfín de medidas decretadas para frenar los contagios, el sector no ha parado de crecer. Los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) lo confirman, con un balance de más de 911.000 pernoctaciones hoteleras en mayo, un 14,1% más que hace un año, y superando los 550.000 viajeros. La belleza de la comunidad, paisajística y arquitectónica, su historia, clima fresco y gastronomía enamoran cada vez a más personas que, desde cualquier parte del mundo, acuden a visitar sus playas, peregrinar su camino o degustar sus calles y plazas. Y todo ello repercute a la vez en el empleo turístico que atesora la autonomía, que continúa rompiendo techos.

Galicia llega a verano –efectivo desde las 22.51 horas del 20 de junio– con más trabajadores que nunca en todas las actividades turísticas. Las cifras del pasado mes, publicadas a las puertas del estío, dan cuenta de un total de 87.345 profesionales repartidos entre la hostelería y las agencias de viajes, un 4% más que en 2023 o, en otras palabras, 3.358 nuevos puestos.

El empleo turístico gallego registra su mejor mayo desde el comienzo de la serie histórica, en 2009, y con 17.869 afiliados más que hace solo tres años, cuando se sintió con fuerza el pinchazo provocado por las restricciones para contener el coronavirus. Es el mejor mayo para los servicios de comidas y bebidas (que aglutinan el grueso de la mano de obra; 71.972 personas, 2.429 más) y los servicios de alojamiento (12.954 personas, 778 más).

También es el mejor mayo desde que se tienen registros para las agencias de viajes, operadores turísticos y servicios de reservas (2.419 profesionales, 151 más que hace un año), así como diversas actividades que en mayor o menor medida se han beneficiado del mayor número de viajeros que visitan la comunidad. Entre ellas las inmobiliarias (4.662 trabajadores, 278 más), las actividades de creación, artísticas y de espectáculos (4.019 profesionales, 918 más) y el transporte aéreo (429, 15 más).

“No valoramos al camarero”

Pese a la positividad que el empleo turístico desprende a golpe de datos, la realidad es que el sector urge bastante más personal que el que actualmente contrata. Es una necesidad que pone de manifiesto Cesáreo Pardal, presidente del Clúster de Turismo de Galicia, advirtiendo nuevamente que las empresas vivirán otro estío teniendo que cerrar “una jornada a la semana” para conceder días libres a los trabajadores que componen sus plantillas.

“Si tuviéramos más mano de obra, estaríamos siempre abiertos”, apunta, cifrando en cerca de 5.000 las vacantes que existen –similar a la previsión que ofreció el año pasado a FARO– e insistiendo en una reivindicación que tampoco es nueva: la inclusión de perfiles como el de los camareros o el de las limpiadoras de hotel –los dos que, como indica, más urgencia hay por cubrir– en el Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura. La medida contribuiría a acelerar la contratación de extranjeros, para quienes los trámites se hacen más complejos en el caso de no contar con documentación en regla.

Con todo, Pardal hace autocrítica y reconoce que, como destacó el pasado mes el chef Ferran Adrià, dentro de cinco años el sueldo de un camarero será de 2.500 euros y el de uno top incluso de 4.000. “Le doy la razón”, dice. “No valoramos suficientemente la profesión de los camareros y es cierto que sin ellos no hacemos nada”.

Una cuestión de precios

Según los datos publicados ayer por el INE, uno de los pluses que hacen a Galicia irresistible al turista es su coste. El precio medio diario de una habitación en un hotel gallego rondó en mayo los 70,6 euros, un 5,1% más que hace un año pero muy por debajo de los 111,7 euros de la media nacional. Para César Sánchez-Ballesteros, presidente de Hostelería de Pontevedra (Feprohos) y Asehospo (Hospedaje Provincia de Pontevedra), las expectativas “son muy buenas” pero no solo importa lo llenos que estén los hoteles, también sus tarifas.

“Tiene que haber presión en el mercado para que se puedan llenar los establecimientos y obtener unos márgenes superiores”, afirma, estimando que este verano subirán en torno a un 10% respecto al anterior. Respecto a si este momento de mayor demanda turística puede traer consigo nuevos proyectos hoteleros, advierte un cambio de tendencia hacia otro tipo de negocios: algunos hoteleros “están viendo que es más rentable hacer un edificio y después ver si lo transforman en apartamentos para uso residencial, se adaptan a la normativa de apartamentos turísticos o los transforman en viviendas de uso turístico, que es lo más sencillo y las obligaciones son mucho menores”.

Juan Antonio Rivadulla, presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Galicia (Agavi), también habla de un verano que será positivo, “con números sensiblemente mejores que en 2023”, y resalta que su sector se está desestacionalizando por a la mayor oferta de destinos turísticos. “Nos viene de maravilla que la gente viaje todos los meses del año y sí que se va notando. Cada año viaja más gente y hay más destinos nuevos, y una mayor oferta implica que se desestacionaliza más” .

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