Más de 800 trabajadores del área, en vilo por los asientos del nuevo coche de Balaídos
Tras la negativa de Stellantis a Magna, Lear negocia convenios en sus plantas a la espera de conocer su futuro
Faurecia ADG acuerda importantes aumentos para su plantilla
El baile de adjudicaciones en el sector de la automoción con motivo de la nueva plataforma y el nuevo modelo asignado –si nada se tuerce– a Stellantis Vigo genera presión e inquietud. El grupo aprieta a los proveedores y apuesta por deslocalizar compras de componentes a los países low-cost, lo que dificulta la viabilidad a largo plazo de algunos de las plantas de la zona. Muchas ya han recibido noticias, unas positivas (Benteler Mos o Copo Porriño) y otras negativas (como Denso o SMRC). En este segundo grupo, la última en recibir la negativa de la multinacional que dirige Carlos Tavares fue Magna Seating Vigo, que como adelantó FARO no participará en el proyecto denominado SP1. Con la multinacional canadiense fuera de juego, falta por ver qué empresas serán las encargadas de fabricar los asientos del futuro vehículo. Solo en Vigo y su área hay más de 800 trabajadores en vilo por esta adjudicación.
Aunque son varias las factorías gallegas que podrían participar en la fabricación de este componente que habitualmente se produce en proximidad, hay tres que están más pendientes que las demás: Lear Corporation Vigo, Faurecia Asientos de Galicia (ADG) y Grupo Copo. La primera emplea a unas 320 personas de forma directa (y otros 120 indirecta), la segunda a 266 y la última a otros 220 trabajadores.
Ante la no adjudicación a Magna, que cuenta con 450 empleados, las tres empresas restantes apuran sus cotizaciones ante Stellantis de cara a la plataforma STLA Small, pero cada una de ellas con sus particularidades.
ADG.
La que más se juega en la asignación para el SUV que hará Balaídos es Faurecia. La planta de Porriño realiza solo las armaduras para el actual Peugeot 2008 tras la salida de los sedanes (Citroën C-Elysée y Peugeot 301) y antes el monovolumen (Grand C4 Spacetourer), por lo que su futuro solo se asegurará si logran firmar el SP1. Entre las opciones están hacer todos los asientos del vehículo o, al menos, una parte (la delantera a la trasera).
En el caso de esta planta, en las últimas semanas se llevó a cabo la negociación de un nuevo convenio marcado, en parte, por la reducción de plantilla en base a las bajas incentivadas pactadas. Desde mayo del pasado año, son 53 trabajadores menos. Con esto como telón de fondo, las duras conversaciones entre el comité de empresa (formado por CIG, UGT, CC OO, CGT, CSIF y CUT) y la dirección se alargaron y culminaron con unos grandes incrementos para los trabajadores.
Tras una reciente votación, los trabajadores de Forvia (nuevo nombre de Faurecia) aprobaron con 186 votos a favor, 43 en contra y 1 nulo la propuesta de acuerdo de convenio hasta 2027, que supone una subida para el 2024 de un 15%, consolidado un 12,5% porque hay un concepto nuevo que no entra hasta el 1 de julio, y para los tres años siguientes los incrementos serán acordes al IPC del año anterior. Según las fuentes consultadas, con esto la empresa se sitúa entre las cinco del área que mejor paga a sus trabajadores.
Lear.
La multinacional Lear Coporation es otra que se juega mucho. La firma estadounidense, presente en la zona tras hacerse con la división de asientos de Grupo Antolín en 2017, tiene dos plantas en la comarca y una en el norte de Portugal (en Valença). En Porriño, Lear realiza perfiles metálicos y su batalla es otra. Una situación distinta es la de la fábrica del polígono de Valladares, donde Lear Vigo se encarga de los asientos.
En ambos casos dirección y plantilla se encuentran negociando nuevos convenios colectivos y cuentan con carga de trabajo más o menos estable. En cuanto a los asientos, se encargan principalmente del montaje del asiento, su proceso final, y en la actualidad realizan los que se ensamblan en las furgonetas K9. Si nada se tuerce, seguirán con ello hasta por lo menos finales de década, pero conseguir el SP1 afianzará su futuro en el área en una empresa –una más– a la que no le tiembla el pulso a la hora de cerrar instalaciones, como demostró recientemente en Almussafes (Valencia).
Copo.
La situación de Grupo Copo es diferente. La empresa logró entrar en el proyecto de Stellantis con los componentes de su planta de Porriño, pero está a la espera de saber si se adjudica la parte que hace en Mos. En su caso, se trata de las espumas de los asientos, para lo que emplea a 220 personas en sus instalaciones del polígono de Monte Faquiña.
Al contrario que las otras empresas, la carga de trabajo de su planta está más diversificada, ya que el 50% de la facturación la consigue a través de pedidos para Volkswagen. Además, si se diera el caso en que finalmente la adjudicación de las armaduras se diera a una compañía que estuviera fuera de la comunidad, no tendrían que verse afectados.
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