La propuesta de la plantilla por el rescate de Botas y Peixemar, en marcha: “Continúa adelante”

Es independiente a la oferta de Wofco por la planta de Fandicosta | Tiene el respaldo del presidente del grupo, Ángel Martínez Varela

En primer término, planta de
Casa Botas en el puerto de 
O Berbés, en Vigo. 
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En primer término, planta de Casa Botas en el puerto de O Berbés, en Vigo. // Voltfer / Lara Graña

Lara Graña

Lara Graña

La eclosión de las comercializadoras de pescado del puerto vigués de O Berbés no se produjo hasta después de la década de los veinte, tras la puesta en funcionamiento de los primeros buques a vapor y la posibilidad de abastecer tanto a la conserva como al público final de múltiples partes del país.

En la génesis de lo que es ahora el mayor hub de pesca fresca de Europa ya estaba Casa Botas, fundada en el año 1904 por Miguel Martínez Botas. Es el abuelo del todavía presidente de Grupo Fandicosta, Ángel Martínez Varela. Junto con la propia Fandicosta SA, Bonfrig Ultracongelados y Peixemar constituía un conglomerado que facturó, en el ejercicio 2022, más de 290 millones de euros con 55.200 toneladas comercializadas.

La factoría de Moaña enfila su venta a Worldwide Fishing Company (Wofco) después de que la banca acreedora hubiese validado la hoja de ruta planteada por la pesquera que dirigen Alberto Barreiro y Borja Tenorio, como ayer avanzó FARO. Pero, además de Fandicosta, Botas y Peixemar también están en situación preconcursal, prorrogada tras haber agotado los primeros tres meses validados por ley.

Las mismas cuatro entidades del pool bancario, además de la de Wofco, recibieron otra propuesta vinculada al grupo pesquero, en este caso lanzada por un grupo de trabajadores con el objetivo de rescatar las dos filiales. Tienen el respaldo financiero de Martínez Varela. Como ha constatado el propio empresario, a esta propuesta también se le han abierto las puertas. “Sigue adelante”.

Si prospera este planteamiento, la nueva propiedad de Botas y Peixemar deberá forjar una estrategia que le permita funcionar de manera independiente a Fandicosta y como proveedora de materia prima y servicios para otras empresas. Hasta ahora, Botas se encargaba de limpiar, filetear y cortar cefalópodos y otros productos del mar para la fábrica de Moaña, a la que también distribuía pescado sin tratar.

Peixemar corta y envasa a granel, sobre todo tintorera y pez espada –gracias a acuerdos con un gran número de buques de palangre de superficie, severamente afectados por la insolvencia– para Fandicosta, y también es su proveedora directa de materia prima. La primera, además, ha utilizado sus instalaciones frigoríficas para el almacenamiento de mercancía de la compañía que, salvo catástrofe, pasará a manos de Wofco.

Stand de Fandicosta, en la pasada edición de Conxemar. |   // MARTA G. BREA

Stand de Fandicosta, en la pasada edición de Conxemar. | // MARTA G. BREA / Lara Graña

Estos nexos tejen también una complicada madeja de deudas entrelazadas entre las filiales. A fecha de presentación del preconcurso de acreedores, a mediados de octubre, Fandicosta adeudaba a Peixemar más de ocho millones de euros, y otros 5,6 millones a Casa Botas.

Las propias sociedades han actuado como garantes de préstamos o líneas de factoring solicitadas por las demás, de ahí que fuentes financieras insistan en que será complejo alcanzar un plan de reestructuración de deuda para todas ellas.

La deuda financiera de Peixemar supera los 22,5 millones de euros, con un pasivo intragrupo de 989.304 euros; la de Botas con la banca ronda los 11,25 millones, por otros 1,28 millones de deudas intragrupo. Ambas subsidiarias explotan concesiones de la Autoridad Portuaria de Vigo, lindando con Frigoríficos Iberport y Frigoríficos de Vigo (Frivigo).

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