Stellantis blinda su espacio en el puerto de Vigo con una concesión de 235.000 metros

Solicita el permiso ante los problemas de colapso y la previsión de “altos volúmenes”

El uso de Bouzas y el silo pasaría a ser exclusivo, sin albergar coches de otras marcas

Vista ayer de otra jornada frenética en la terminal de Bouzas. De los 21.600 coches almacenados –incluidos los de las campas–, de la terminal partieron unos 6.500, en una jornada de “máxima actividad”. Los ro-ro “Auto Energy”, “Grande Texas” y “Auto Eco” se encargaron de su transporte.

Vista ayer de otra jornada frenética en la terminal de Bouzas. De los 21.600 coches almacenados –incluidos los de las campas–, de la terminal partieron unos 6.500, en una jornada de “máxima actividad”. Los ro-ro “Auto Energy”, “Grande Texas” y “Auto Eco” se encargaron de su transporte. / ALBA VILLAR

Apenas 24 horas después de que Carlos Tavares, el gran patrón de Stellantis, abandonase Vigo garantizando proyectos para la fábrica de Balaídos para los próximos quince años, la multinacional dio ayer un nuevo paso en su proceso de estabilidad a largo plazo en la ciudad. Según recogió el Boletín Oficial del Estado (BOE), Stellantis acaba de solicitar la concesión administrativa para ocupar cerca de 235.000 metros cuadrados en la zona portuaria de Bouzas –terminal de transbordadores–, una superficie que incluye el silo de almacenamiento de vehículos. De adjudicarse la misma, la firma que surgió de la fusión del ítalo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles y el francés Groupe PSA pasaría a gestionar íntegramente este espacio –no como ahora, que es responsabilidad del Puerto al regirse por una autorización– y su uso sería excluviso: únicamente para modelos de sus marcas. 

Fuentes de la Autoridad Portuaria calificaron esta petición como “una clara garantía de que el futuro de la empresa pasa por Vigo”. A falta de conocer algunos detalles como la extensión temporal de la concesión, en el sector se da por hecho que la autorización se podría extender hasta tres décadas. 

La decisión de Stellantis va encaminada a blindar un espacio portuario privilegiado y de uso exclusivo que le permitiría atajar los problemas de almacenamiento que durante los últimos meses ha venido capeando la compañía, habilitando diferentes campas como las ubicadas en O Porriño, Redondela o incluso la Plisán de Salvaterra. Estas dificultades tuvieron múltiples causas: desde el desabastecimiento de componentes como los semiconductores o microchips, a la falta de mano de obra en el sector de la logística o los atascos en la salida marítima por las borrascas. 

Fuentes conocedoras de la petición de Stellantis dan por hecho que pasar de una autorización a una concesión también reportará a Stellantis beneficios económicos. Esta ventaja va muy en la línea de la principal exigencia que impone Tavares a sus plantas: la reducción de costes, en particular los vinculados a la logística. 

Una vez otorgada la concesión, tanto en gran parte de la terminal de Bouzas como en el propio silo –con tres plantas y media, capacidad para 3.500 coches y en el que hasta ahora pueden alojarse modelos de otras marcas–, desaparecerían vehículos como los Toyota o Mercedes con los que ya han compartido espacio. 

La multinacional se blinda así este terreno, evitando el riesgo de tener que compartir espacio contra otras compañías, y además –al garantizar a largo plazo la presencia de un cliente tan potente– el Puerto de Vigo se carga de argumentos para poder justificar la financiación de futuras ampliaciones, como sería el nuevo silo que ya se planea levantar. 

Por su parte, para el conglomerado automotriz se trata de una “cuestión administrativa”. “Solicitamos la concesión de una superficie equivalente a la que venimos utilizando. La diferencia es que hasta ahora pagamos un canon por el uso. Pero la razón no es económica, la concesión nos permite asegurar la operativa en un escenario en el que nuestras previsiones son de altos volúmenes”, aseguraron.

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