Falta talento femenino en los trabajos del futuro

Las mujeres están infrarrepresentadas en los sectores técnicos y tecnológicos, tienen salarios inferiores y ocupan menos cargos de responsabilidad | La brecha de género parte de los estudios, donde solo una tercera parte de los alumnos que se matriculan en carreras STEM son chicas

Clase completa de alumnosen una universidad española.   | // ELISENDA PONS

Clase completa de alumnosen una universidad española. | // ELISENDA PONS / Carles Planas Bou

Carles Planas Bou

Las mujeres suponen la mitad de la población mundial, pero aun así su voz sigue silenciada en multitud de ámbitos estratégicos. Uno de ellos son las profesiones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés), llamadas a marcar el futuro. Sin embargo, ese futuro puede ser profundamente injusto, pues sobre esos sectores pesa una falta de representación del talento femenino que amenaza con frustrar los intentos para reducir la brecha de género que históricamente divide a la sociedad.

Todos los estudios apuntan en la misma dirección. Las mujeres participan menos que los hombres en esos campos técnicos, tienen un salario inferior y ocupan un menor número de puestos de responsabilidad. Representan un 33,3% de los investigadores científicos que hay en todo el mundo, según un estudio de la UNESCO. Esa cifra cae al 12% cuando se trata de miembros de las academias científicas nacionales.

El informe alerta de una disparidad que también perjudica a las mujeres en lo que refiere a ascensos, acceso a becas o representación en publicaciones de alto nivel. “La brecha de género se amplía a medida que las mujeres avanzan en su carrera académica, con una menor participación en cada peldaño sucesivo del escalafón, desde la estudiante de doctorado hasta la profesora asistente, pasando por la directora de investigación o la profesora titular”, sostiene el informe. Esa persistente desigualdad amenaza con amplificar los sesgos de género en los ámbitos STEM, pues si se abordan los problemas únicamente desde el prisma masculino se estarán olvidando los intereses de la mitad de la población mundial

En el mundo y en casa

Ese es un problema mundial que también se observa aquí. A nivel estatal, un 17,8% de los españoles con formación STEM son mujeres, según un estudio del ONTSI (Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad). Cuando se trata de especialistas en tecnologías de la información, ellas representan el 19,4%. Aunque la brecha salarial es del 8,6%, España presenta la cifra más positiva de la Unión Europea (UE), donde las mujeres cobran de media un 19,3% menos que los hombres por el mismo empleo.

Sin embargo, un informe de UGT de 2022 ha cifrado la brecha salarial del sector digital en un 16,1%. “Las empresas españolas no son capaces de construir una oferta de trabajo que sea atractiva para las tecnólogas”, declaró la responsable del sector de comunicaciones y cultura del sindicato en Madrid, Susana Romero. El mismo estudio apunta a que un 40% de las empleadas en el sector TIC afirman haber sido discriminadas por razón de género.

El sector tecnológico español atribuye parte de esa brecha de género a la escasa oferta de expertos nacionales en profesiones STEM. Desde la pandemia del covid, las empresas han tratado de acelerar su digitalización y lo han hecho disparando su demanda de puestos de trabajo de alta cualificación vinculados a la tecnología y la ciencia. Sin embargo, la necesidad de contar con especialistas en ambos campos ha crecido a un ritmo superior a su disponibilidad. Así, cada año se quedan unos 120.000 empleos sin cubrir en esos sectores, según datos de la Asociación Española para la Digitalización, una patronal constituida por 60 empresas como Telefónica, Mastercard, Cellnex o EY.

La rama STEM despunta entre los empleos que crecen a mayor velocidad. Sin embargo, la falta de expertos queda reflejada en la baja contratación de mujeres para esos perfiles. Así, el talento femenino supone tan solo un 5% de los fichajes de ingeniero de confiabilidad de sitio, un 7% de ingeniero de ciberseguridad, un 9% de ingeniero de sistemas en la nube y un 15% de ingeniero de datos o de IA, según un análisis de LinkedIn.

El Gobierno de España quiere cambiar esa tendencia y por eso se ha fijado como objetivo superar los 2,12 millones de profesionales de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para 2030. Actualmente, es el tercer país de la Unión Europea (UE) con más especialistas en este sector, solo superado por Italia, Francia y Alemania, según el informe Década Digital en Europa elaborado por la consultora Deloitte.

STEM, oportunidad laboral

El sector STEM representa una oportunidad laboral de futuro. Según el informe The future of work in Europe, publicado por McKinsey Global Institute, en la próxima década se crearán más de cuatro millones de empleos STEM en Europa. Esos puestos de trabajo serán asumidos por la Generación Z, ya que en 2030 representarán el 75% de la fuerza laboral de España. En Estados Unidos, las ocupaciones en esos ámbitos crecerán en torno a un 10% entre 2020 y 2030, lo que supone un ritmo más rápido que la media de la de todos los empleos.

A corto plazo, la falta de talento puede solucionarse con la llegada de trabajadores cualificados extranjeros. A largo plazo, se ha optado por impulsar la formación. Un cambio generacional podría servir no solo para formar a más expertos STEM, sino para corregir la falta de representación femenina. Sin embargo, la brecha de género también se refleja en los estudios. Un 32,3% de quienes se matriculan en esas carreras técnicas son mujeres, según datos de Eurostat. Las cifras son especialmente malas en informática, donde tan solo un 12% del alumnado son chicas, y en ingenierías, donde representan el 24%.

Los expertos señalan que la infrarepresentación femenina en los campos STEM se debe a factores educativos, socioeconómicos y familiares. Lo son los estereotipos de género asociados a esas profesiones que desincentivan su estudio, pero también “el propio sesgo de género del profesorado STEM y unos métodos de enseñanza poco motivadores, pasando por una sociedad con escasa alfabetización científica”, ha explicado Yolanda González Arechavala, directora de la Cátedra para la promoción de la mujer en vocaciones STEM en la formación profesional para la movilidad sostenible de la Universidad Pontificia Comillas.

España parte de una situación complicada para revertir ese problema. Y es que la tasa de mujeres graduadas en ciencias, matemáticas, informática, ingeniería, industria y construcción se sitúa en un 11,9%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2019. Eso pone al país en la parte baja de la escala europea.

Como un pez que se muerde la cola, la escasez de mujeres en las profesiones STEM retroalimenta el problema. “Las niñas necesitan referentes femeninos para ser conscientes de que somos igual de elegibles que los hombres para estudiar carreras tecnológicas”, explicaba a El Periódico –del mismo grupo editorial que FARO– la ingeniera biomédica de 23 años Lucía Urcelay, que actualmente cursa un máster sobre IA en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC).

La Unión Europea ha advertido que durante la última década las cifras de participación de las mujeres en la toma de decisiones ha vivido un estancamiento y que, al ritmo actual, se necesitarán tres generaciones para alcanzar la paridad. Aunque el informe no desglosa sus resultados por sectores, todo apunta a que ese desequilibrio también está presente en el sector STEM.