BYD analiza terrenos en la Plisan para su desembarco en Europa

La firma china visitó la zona y testó las capacidades del Puerto y de CTAG | En Tailandia precisó casi 1 km² para su nueva planta

El gran expositor de BYD esta semana en el salón del automóvil de Shanghái. | ALY SONG

El gran expositor de BYD esta semana en el salón del automóvil de Shanghái. | ALY SONG / Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

BYD va en serio a por su primera fábrica de vehículos eléctricos en Europa. Y el área de Vigo, uno de los polos de referencia en el continente a nivel de automoción, atrae al gigante asiático, como ya publicó ayer FARO. Aunque analiza otras ubicaciones tanto en España (Asturias está sobre la mesa) como en el resto de Estados miembro (con Hungría a la cabeza), una delegación de la compañía estuvo presente en la zona para comprobar las tanto las capacidades industriales, tecnológicas y logísticas de la provincia. De hecho, los responsables de BYD acudieron a los terrenos de la Plataforma Loxística e Industrial de Salvaterra / As Neves (Plisan) para ver las posibilidades que ofrecen sus 4 millones de metros cuadrados. Solo en la fábrica de Tailandia, cuya construcción comenzó oficialmente hace un mes pasado, la multinacional ha precisado casi 1 kilómetro cuadrado (960.000 m²), lo que equivale a 140 campos de fútbol.

Colocación de la primera piedra de la planta de BYD en Tailandia, en marzo.

Colocación de la primera piedra de la planta de BYD en Tailandia, en marzo. / BYD

La compañía china, protagonista esta semana en el salón de Shanghai Auto Show, acostumbra a dejar un reguero de titulares por su rápido crecimiento en el mercado de los vehículos cero emisiones. Sin ir más lejos, en el evento presentaron hasta siete novedades, incluyendo un vehículo urbano de bajo coste, el BYD Seagull, que en sus primeras 24 horas acumuló más de 10.000 pedidos.

Más allá de las noticias comerciales, BYD está siendo tendencia en los medios asiáticos por la rápida expansión de sus unidades fabriles. Desde el año pasado inauguró al menos dos gigafactorías de vehículos eléctricos (en las ciudades de Zhengzhou y Jinan), está a la espera de inaugurar una tercera y arrancó la construcción de una cuarta en Tailandia. Allí, los responsables de la firma colocaron en marzo la primera piedra de una instalación que comenzará produciendo 150.000 vehículos eléctricos ya el próximo año.

Para su primera planta de coches en Europa el objetivo es que la primera unidad salga ya en 2025. Por ese motivo los responsables de BYD se están moviendo con rapidez y han visitado ya las ubicaciones preseleccionadas. En Galicia, además de testar el talento y saber hacer del Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) o comprobar las instalaciones del Puerto de cara a la exportación de coches, la delegación acudió a la Plisan para ver las posibilidades disponibles en cuanto a terreno y conocer también cómo sería la tramitación.

La visita es similar a la realizada por los responsables de otro gigante asiático relacionado con la automoción y proveedor de BYD, Dicastal. La empresa propiedad del grupo Citic –ya presente en Galicia con Citic Hic Gándara Censa, en Porriño– también está interesada en llegar a Europa y puso sus ojos en la comunidad, que en este caso compite con el norte de Portugal o Castilla y León. Por el momento, Citic no ha tomado una decisión, al contrario que Sentury Tire, firma también china que ha elegido As Pontes para una gran fábrica de neumáticos.

Por el momento, ninguna de las administraciones implicadas se ha pronunciado sobre el interés de BYD en el área de Vigo. Tampoco desde el clúster de automoción gallego, Ceaga, que a preguntas de este medio evitó posicionarse. En juego está atraer al segundo fabricante tras Stellantis Vigo, algo que se persigue desde los años ochenta, cuando responsables de Toyota visitaron la comarca para establecer aquí una planta de ensamblaje. Más tarde, a comienzos de siglo, el fabricante alemán BMW también sondeó Galicia para instalar una factoría, proyecto que se cayó en parte por falta de terrenos, como sucedió más tarde con la planta de baterías de las japonesas Mitsubishi y GS Yuasa.

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