Verano en las comarcas: ¿sombrilla o paraguas?

El traje de baño viste estos días solo a los más valientes en playas fluviales y piscinas de la zona, con los termómetros que a duras penas sobrepasan los 20 grados | En la primera quincena del mes de julio, llovió uno de cada tres días

Verano en las comarcas: ¿sombrilla o paraguas?

Verano en las comarcas: ¿sombrilla o paraguas?

Ana Cela

Ana Cela

Es levantar la persiana por la mañana y ver caer las expectativas de disfrutar de un día de verano. A mediados del primer mes de la temporada alta, la campaña estival está prácticamente sin estrenar en las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes. Las lluvias amenazan frecuentemente con hacer acto de presencia y nunca fue tan necesario cumplir a rajatabla el consejo de abuela de llevarse siempre una rebequita, por mucho que sea verano. El de ayer fue un domingo de mediados de julio en el que volvió a hacer falta la chaqueta y en el que, a la hora de programar una excursión, el que más y el que menos tenía dudas entre meter en el coche la sombrilla o el paraguas.

Verano en las comarcas: ¿sombrilla o paraguas?

Verano en las comarcas: ¿sombrilla o paraguas? / Ana Cela

Las piscinas y playas fluviales están llevando el mes de julio como si fuese septiembre, más concretamente como si viviésemos los días previos a la irrupción del otoño. Ha habido días en estas dos semanas en los que únicamente los más valientes, o los más deseosos de sentirse de vacaciones de verano, se animaban con la zambullida. A los socorristas que vigilan los espacios públicos para el baño no les ha quedado más remedio que cambiar el protector solar por la cazadora, calándose bien la gorra para que, en lugar de protegerlos de los rayos del sol, les hiciese de parapeto contra la lluvia.

Verano en las comarcas: ¿sombrilla o paraguas?

Verano en las comarcas: ¿sombrilla o paraguas? / Ana Cela

Para muestra, un botón. Ayer mismo, muchas de las áreas de baño de las comarcas lucían a medio gas, y siendo generosos. El día se prestaba para el paseo y un poco de terraceo –con o sin sombrilla–, pero muy pocos se animaron con el chapoteo. A media tarde, en el área recreativa de Pozo do Boi, en Vilatuxe (Lalín) se contaban con facilidad los presentes y, para enumerar quiénes disfrutaban del paraje en traje de baño, bastaban los dedos de una mano. Solo algunos niños –los más pequeños siempre parecen tener un termómetro distinto para animarse a lanzarse al agua– se atrevían con el baño.

En A Carixa (Merza, Vila de Cruces) los únicos valientes eran los integrantes de una familia llegada desde la zona del Orzán, en A Coruña. Aseguraron que vinieron hasta este enclave dezano buscando el sol, también esquivo en la Ciudad Herculina. Explicaron que ya habían estado en este entorno y que les había gustado mucho, así que no dudaron en subirse ayer a tres coches para desplazarse hasta Merza en procura de un rayo de sol. Aunque la temperatura apenas pasaba de los 21 grados, se animaron a ponerse en bañador y disfrutar cada vez que Lorenzo se asomaba tímido entre las nubes y recordaba que es verano.

Los datos

Los datos que arrojan las estaciones meteorológicas de la red autonómica no dejan mucho margen a la interpretación. En base a los registros de Meteogalicia, en la capital dezana ha habido seis días con precipitaciones en la primera quincena del mes de julio, quedándose la temperatura media en estas dos semanas en los 18,6 grados. Y es que en Lalín ha habido en este arranque de la temporada alta jornadas en las que la temperatura mínima cayó hasta los 7,8 grados, sin que las máximas llegasen a alcanzar los 25.

Por su parte, en A Estrada ha llovido cinco de estos 15 primeros días de julio, con una temperatura media que se quedó en los 19,8 grados, siendo la máxima registrada de 24,6 y de 7,8, la mínima. Todo ello hace que la temperatura media de estos 15 días en ambas comarcas se quede por debajo de los 20 grados centígrados. En uno de cada tres de estas jornadas de verano hubo que sacar el paraguas.

Las terrazas fueron las únicas que soportaron con cierta solvencia en la jornada de ayer este verano cambiante. Por la mañana, tanto en A Estrada como en Lalín la afluencia era bastante elevada en las mesas y sillas que la hostelería saca a la calle para disfrutar del buen tiempo. A la hora del café vespertino la cosa había ya caído mucho, aguardando un repunte de asistencia cuando tocase ver el esperado partido de España. Sin embargo, entre los clientes las chaquetas fueron en muchos momentos protagonistas de outfit y, en algunos casos, fueron bastante más allá de una simple rebeca o sudadera para llevar con mejor cara la temperatura ¿veraniega?.