Poca evasión en la granja

Las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes legalizan casi 4.500 gallineros de autoconsumo para acatar el Real Decreto que obliga a registrar estas instalaciones

A Estrada lidera las inscripciones, con 1.391, seguida de las 1.150 de Lalín y las 802 de Silleda

Una estradense da de comer a las aves de su gallinero.

Una estradense da de comer a las aves de su gallinero. / BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Ana Cela

Ana Cela

El que quiere seguir comiendo huevos de casa, pasa por el aro. Aunque, en plena campaña de reposición, el gallinero se alborotó de lo lindo, al final ha habido poca evasión en la granja y los vecinos de las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes se han apurado en los últimos meses a regularizar la situación de sus corrales destinados al autoconsumo.

Datos aportados por la Consellería de Medio Rural –extraídos de las visitas de los ciudadanos a las oficinas rurales a los que están adscritos los diferentes concellos de este ámbito territorial– indican que se ha legalizado la situación de casi 4.500 gallineros de la zona al objeto de acatar el Real Decreto que obliga a registrar estas instalaciones, aun cuando se conciban de ámbito doméstico y no superen las 30 aves. De nada sirvieron las alegaciones presentadas y de poco valió el asombro y la indignación expresada por muchos ciudadanos. Quien quiso sumar gallinas a su corral, no tuvo más remedio que arreglarle los papeles.

Lo que se está solicitando a los vecinos cada vez que acuden a comprar nuevas aves para su gallinero, aun cuando esté destinada al abastecimiento de su propio hogar, es el código de su explotación. Se trata del REGA, el número correspondiente al Registro Obligatorio de Explotaciones Avícolas de Autoconsumo, ahora obligatorio para los gallineros de cualquier casa. El tamaño no importa. Es decir, cualquier corral destinado al autoconsumo familiar donde se mantengan gallinas, pavos, patos, pintadas, gansos, codornices, perdices, faisanes o palomas tiene que registrarse, con la imposibilidad de comprar nuevas aves si no se produce esta regulación.

La única finalidad que tiene este registro es poner en conocimiento de las autoridades competentes la existencia de este gallinero y su localización, por una cuestión de control en materia de sanidad animal. Se busca favorecer la información necesaria en situaciones de riesgos sanitarios por enfermedades de las aves en las que se precise establecer un control.

A Estrada es el municipio de la zona que lidera en estos momentos el número de inscripciones. Desde que el pasado mes de marzo los vecinos comenzaron a encontrarse –al acudir a su proveedor de confianza– con la necesidad de aportar el código de la explotación hasta ayer, figuraban un total de 1.391 corrales estradenses de autoconsumo debidamente registrados en la oficina rural. La cifra de Lalín se acerca mucho a la estradense, con un total de 1.150 corrales legalizados desde marzo, según los datos cotejados por el departamento de Medio Rural.

En Silleda el volumen de inscripciones es también muy elevado, situándose ya en las 802. En cuarto lugar se sitúa el Concello de Vila de Cruces, donde un total de 649 propietarios de gallineros de autoconsumo se han acercado ya hasta la oficina agraria para tramitar los correspondientes papeles.

Ya con cifras más moderadas está el Concello de Agolada, con 235 inscripciones en este registro, seguido de Forcarei, que totaliza hasta la fecha 174, solo dos por delante del número de gallineros registrados en el municipio de Rodeiro, con 172. Finalmente, en Dozón se regularizó la situación de 92 corrales.

La Xunta sigue en contra

Desde la Consellería de Medio Rural se indicó en la pasada jornada que el gobierno gallego continúa insistiendo en suprimir esta obligación y mantiene la misma postura que adoptó a lo largo del desarrollo de este texto normativo. En ese proceso la Xunta presentó cerca de 40 alegaciones técnicas y una consideración general, remarcando que las explotaciones de autoconsumo deberían quedar fuera del ámbito de aplicación de este Real Decreto.

La Xunta pone el acento en que su postura responde a la intención de aliviar la carga administrativa de los vecinos, incidiendo en que –ante el importante volumen de explotaciones avícolas destinadas al autoconsumo existentes en Galicia– este registro genera un trabajo “ingente y poco eficaz”. “La Xunta vuelve a lamentar que no fue escuchada en el desarrollo de este Real Decreto y remarca que esta normativa es otro ejemplo de legislación diseñada e implementada de espaldas al territorio, sin tener en cuenta sus particularidades”, se indica.

“Hoy, el objetivo del gobierno autonómico es asesorar e informar a la población para que pueda registrar sus gallineros de autoconsumo con todas las garantías y de manera paulatina, resolviendo sus dudas y acompañándolos durante el proceso”, apuntaron también ayer desde Medio Rural.

Máximo 30 gallinas

En este contexto, se entiende como explotación de autoconsumo aquella que tenga un máximo 30 gallinas ponedoras o 50 pollos de engorde y que en ningún caso comercialice los animales o sus productos. En caso de que exista comercialización, serían consideradas como explotaciones avícolas reducidas.

Las personas que tengan intención de seguir manteniendo su gallinero y decidan regularizarlo, evitando con ello la aplicación de sanciones –todavía no se están imponiendo, pero sí pueden originarse porque, aunque no están recogidas en el Real Decreto 637/202, sí en otra norma estatal, la Ley de Sanidad Animal– pueden hacerlo de varios modos.

La inscripción, totalmente gratuita y abierta durante todo el año, se puede hacer de forma presencial (cubriendo el formulario en la Oficina Agraria Comarcal, donde también se puede entregar directamente) o bien a través de la sede electrónica de la Xunta (realizando el trámite online, sin que sea necesario presentar el formulario cubierto en ninguna dependencia, ya que le llega telemáticamente al departamento autonómico).

Suscríbete para seguir leyendo