La clarinetista que acabó con 80 años de sequía

Andrea Ramos Diéguez se convierte en el primer miembro de la Banda de Vilatuxe en acabar estudios superiores de conservatorio

Andrea Ramos Diéguez posa con uno de sus clarinetes.   | // CEDIDA

Andrea Ramos Diéguez posa con uno de sus clarinetes. | // CEDIDA

La comarca dezana enarbola con cierto orgullo ser tierra de artistas y, también, de músicos. Precisamente, en el caso de estos últimos el pasado fin de semana una chica de Lalín ha entrado en la historia de las formaciones musicales del municipio y en concreto de la parroquia de Vilatuxe. El prestigioso director Víctor Vázquez Vilariño se hizo eco del acontecimiento explicando en sus redes sociales que “hace 15 años que empecé en la Banda y en la Escola de Música de Vilatuxe, y ella, Andrea, fue una de las alumnas de esa primera generación. Hoy está de celebración, ya que terminó sus estudios de Grado en la Especialidad de Clarinete con muy buenas calificaciones. Pero hoy (por el viernes) la Banda de Música de Vilatuxe también está de celebración, ya que después de 80 años de historia, alguien de esta formación musical finaliza por primera vez sus estudios superiores de conservatorio”.

Andrea es Andrea Ramos Diéguez, una joven de 22 años que se acaba de convertir en el primer integrante de la formación musical de Vilatuxe en completar estudios superiores en el Conservatorio Profesional de Música de Vigo (CMUS). La aventajada alumna de otro ilustre músico dezano como Xocas Meijide es consciente de que ha hecho historia: “Yo sabía que era la primera que iba a estudiar después de muchos años. La primera que estudió porque desde antes no hubo nadie que estudiara en un conservatorio superior”, explica la clarinetista.

Ramos también explica que “por una parte me siento muy orgullosa y contenta porque la verdad es que es algo bonito. Dices, jolín, después de 80 años en los que siempre se intentó formar músicos y tal. Yo, al final, fui de los primeros de estar en la Escola de Música de Vilatuxe y de ir al conservatorio. Y, por otra parte, es una liberación por haber acabado después de cuatro años la carrera en el CMUS”. Además, la joven lalinense protagonizó una brillante prueba de fin de carrera puesto que obtuvo un 9 en la defensa y un 8,5 en el recital. Finalmente, la nota fue un 8,6, “así que bastante bien”, señala.

El caso de Andrea Ramos también presenta la peculiaridad de que, aunque su madre hizo sus pinitos musicales en la Ciudad Condal, la hija se convierte en la primera de la familia en elegir la música como posible forma de vida. “Soy la primera música de mi casa. Sí que es verdad que mi madre estudió un poco de acordeón y fue al conservatorio en Barcelona. Cuando empecé y le dije que quería ir al Conservatorio me decía que era algo muy duro. Yo le dije que quería ir y al final fui al conservatorio y saqué los estudios de Bachillerato y compaginándolos con el conservatorio sin ningún problema”, explica.

Modelos diferentes

Andrea Ramos tiene a gala el ser una clarinetista con tendencia a utilizar diferente modelos de su instrumento favorito. De hecho, asegura dedicarse a la amplia familia de los clarinetes puesto que en el recital de fin de carrera que tuvo lugar en la ciudad olívica uno de los instrumentos principales y sobre el que hizo su defensa fue el clarinete piccolo junto a otros dos más. Asegura sentirse cómoda tocando con todos ellos, algo en lo que coincide con su mentor Xocas Meijide, otro polifacético intérprete.

A pesar del alivio que supuso el dar por finalizados sus estudios en Vigo, Ramos ya tiene pensado continuar formándose lo antes posible: “Salgo de una y me meto en otra porque el viernes pasado acabé la carrera y el lunes y el martes (por ayer y hoy) ya voy a unas pruebas para hacer un máster de Interpretación e Investigación. Tengo pensado hacerlo en Vigo porque quería irme fuera pero hacerlo a estas alturas del año es un poco complicado. Fuera de aquí los procesos de selección tuvieron lugar mucho antes de que obtuviera el título”.

Horizonte laboral

Uno de los asuntos más espinosos para los estudiantes que finalizan en nuestro países sus estudios musicales es el horizonte laboral que se les presenta una vez que intentan buscarse un futuro. Andrea Ramos al respecto dice que “si se puede y es posible pues claro que me gustaría poder vivir de la música” pero también es consciente de que conseguir vivir de la música sigue siendo en algunos casos una ardua e ingrata tarea. En este sentido indica que “se sufre mucho porque al final no paras de estudiar y vas a por una plaza de una orquesta y para un puesto igual nos presentamos 200 personas. Al final, es lo que hay y lo peor es que no tienen pensado coger a más gente. Sabes que estás preparada y que sólo sea una persona la que tenga la oportunidad es fastidiado”.

Mientras todo lo que tiene que ver con su futuro laboral se perfila en forma de buenas notas, esta histórica clarinetista lalinense demuestra que tiene claro lo que le gustaría hacer con su vida profesional. “Mi sueño de siempre fue tocar porque de lo que me gustaría es poder tocar en una orquesta o en una banda municipal. Es verdad que ya llevo cuatro años dando clases en escuelas de música y que conste que la docencia no me disgusta, y me gustan mucho los niños, pero hombre yo sé que lo que me llenaría de verdad sería encontrar una plaza en un sitio para poder tocar”, manifiesta la joven intérprete.

“Pronto llegarán los Nico, Lorena, Alfonso, Ana, Samuel, Lucía, Nerea… pero ser la primera seguro que nunca se olvidará”, indica Vázquez Vilariño. Desde luego, Andrea Ramos siempre lo recordará.

Suscríbete para seguir leyendo