Otra dificultad para las rebajas de verano: la caída del consumo

Lalín comenzó el fin de semana pasado con descuentos, mientras los locales de Silleda y A Estrada esperarán al arranque de julio

Dos jóvenes pasan ante un comercio con el cartel de rebajas.

Dos jóvenes pasan ante un comercio con el cartel de rebajas. / BERNABE/JAVIER LALIN

Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

“Ahora los clientes tienen otras prioridades, como viajar o salir a cenar, y eso se nota en la compra de ropa”. Son palabras tanto del presidente de la Asociación de Comerciantes de A Estrada (ACOE), Alfredo González, como de la vocal del área de Comercio de la Asociación de Empresarios de Deza (AED), Meritxell Silva, que explica este desplome en la compra de ropa en el aumento del precio de los alimentos, mientras las nóminas apenas experimentan subidas. Así que a la hora de priorizar gastos, la renovación del armario se queda para el final.

Es un nueva dificultad a la que se enfrenta el sector en estas recién estrenadas rebajas de primavera-verano. Varios comercios de Lalín ya lucen carteles de descuentos en sus escaparates desde el pasado fin de semana, aprovechando la llegada de un anticiclón que se ha truncado al menos, hasta el domingo 30. Sin embargo, en A Estrada las rebajas no comenzarán hasta pasadas las fiestas, igual que en Silleda, donde los comerciantes han decidido aguardar a que comiencen los descuentos de Inditex, Mango y otras grandes marcas, el 1 de julio. La meteorología no está ayudando, pues, a estos primeros días de descuentos, y tampoco lo hizo en primavera. “Mayo y junio fueron los peores meses que recuerdo”, apunta Alfredo González. Desde Silleda, la integrante de ECOS, Yolanda Mato González, recuerda que las continuas precipitaciones y episodios de frío más propios de febrero que de la primavera “ayudaron a vender alguna prenda exterior, como gabardinas o sudaderas, pero nada de vestidos o camisetas de tirantes”.

Los descuentos que pueden verse en varios comercios del casco urbano de Lalín así como en el centro comercial Pontiñas se mueven entre el 20 y el 30%. “Es normal que se empiecen con estas deducciones, y no con unos descuentos muy agresivos”, explica Mato. Pero desde A Estrada, Alfredo González no descarta que en segundas rebajas, si en estas primeras el tiempo y el bolsillo del cliente no acompañen, las ofertas lleguen al 60 o al 70%. “Habrá tiendas que tengan que vender por debajo de coste, para deshacerse de la mercancía”.

Bajada de ventas en internet

A poco que uno navegue por internet, saltan anuncios de rebajas de grandes marcas al 50 o incluso al 60%. ¿Por qué? Pues porque también está descendiendo la compra por internet, y las casas tienen el mismo problema que el pequeño comercio: mucho producto en stock al que hay que dar salida. El presidente de ACOE indica que “el comercio on line, y no solo de ropa, ha experimentado un descenso terrible, por esa caída del consumo” y recuerda que solo en la primera quincena de enero, la plataforma Amazon ha prescindido de 7.000 empleos en sus departamentos publicitarios. Habría más rondas de cientos de despidos en abril.

“Habrá tiendas que tengan que vender por debajo de coste, para deshacerse de la mercancía”

Para el presidente de ACOE, esta situación tiene una explicación muy lógica: “no solo venden por internet marcas de ropa, de electrodomésticos o de cualquier cosa que precises. Llegó un momento en que cualquier persona podía vender cosas hasta dentro de un pajar, por ejemplo, así que con tal variedad acabaron comiéndose unos a otros”. Pone como ejemplo de esta caída la villa de Vilagarcía: “antes veías furgonetas de reparto continuamente incluso el fin de semana, y ahora se ha reducido, y mucho”.

El cierre de comercios y el recibo de la basura

Lalín espera la llegada del buen tiempo “porque está todo sin vender”, reconoce Meritxell Silva, mientras en Silleda los comerciantes confían en que el sol se confabule con las fiestas de verano, que serán el primer fin de semana de julio, para ayudar en ese arranque de rebajas. Pero cómo le vaya al pequeño comercio no es una cuestión que atañe solo a sus dueños, sino a todos nosotros.

Días atrás, Alfredo González, “en una conversación con un alcalde de un concello que no es de la zona, éste no descartaba tener que subir el recibo de la basura a particulares debido al cierre de varios comercios” que, al cesar actividad, también dejan de pagar esa tasa”, que en algunos casos puede suponer nada menos que 300 euros de recibo, muy por encima de lo que paga un particular, debido a que también genera bastantes más residuos de cartón o de plástico que una vivienda. A las arcas locales no les quedaría otra que subir el recibo si quieren contar con los mismos ingresos para seguir ofreciendo servicios.

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