Esclavas del siglo XXI

El Espazo Xove de Lalín inaugura la exposición itinerante “Chicas Nuevas 24 H” sobre la explotación sexual femenina

Montaje de “Chicas Nuevas 24 H” en el Espazo Xove.

Montaje de “Chicas Nuevas 24 H” en el Espazo Xove. / BERNABE/JAVIER LALIN

La exposición “Chicas nuevas 24 horas”, coordinada por Mabel Lozano, que pretende sensibilizar sobre la trata de niñas y mujeres con fines de explotación sexual, se puede visitar desde ayer en el Espazo Xove de Lalín hasta el jueves 29 de febrero los lunes y martes de 9.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 21.00 horas, los miércoles y jueves de 9.00 a 21.00 horas, los viernes de 9.00 a 22.00 horas y los sábados de 13.00 a 22.00 horas.

El trabajo recoge vivencias y situaciones que vive la población femenina en lugares como España, Argentina, Perú, Colombia o Paraguay, un trabajo global en torno a la trata que denuncia el oscuro día a día en el que viven millones de mujeres en el mundo por culpa de las mafias destapando la realidad de la prostitución ejercida desde la esclavitud, siempre bajo engaños, extorsión, deudas y amenazas. Un negocio que genera unas ganancias de 32 mil millones de dólares al año en todo el planeta.

La muestra está compuesta por una docena de piezas divididas en diez fotografías y 11 carteles, y se completa durante dos días con actividades didácticas para escolares que incluyen el visionado del premiado documental del mismo título que tiene una duración de dos horas y media. Lozano reconoce que “no doy crédito de que esto siga sucediendo todavía en la actualidad”. La directora destaca la transversalidad del trabajo mostrado en Lalín: “Se capta allí pero se compra y se alquila aquí. Ahí hay una corresponsabilidad brutal con el delito. La gente ve muy fronterizo algo como la trata de mujeres y de personas en general. El negocio de la compra y venta está aquí. Estas niñas que fueron captadas allí por su vulnerabilidad están en la prostitución en España”.

Testimonio

“Me llamo Sofía y tengo 17 años. Cuando llegué a Madrid, yo venía con mi prima. Porque como era menor de edad, debía tener una persona que se encargara de mí hasta que tuviera los 18 años. Ella vino aquí buscando una vida mejor y nos quedamos con nuestra tía viviendo. A mi prima le obligaron a ejercer la prostitución. Un día llegó llorando, sangrando, contándome que se había acostado con 40 hombres. Y llorando me dijo: ‘Ya no quiero hacer más este trabajo porque me maltratan’. Le pegaban. Y ella no quería esa cosa para mí. Y que yo previniera esa cosa. Me contó que mi tío y mi tía estaban de acuerdo que cuando cumpliera 18, me prostituyera también para ganar dinero con nosotras”. Este es el testimonio sobrecogedor de una joven procedente de Paraguay recogido en la película que podrá verse en Lalín. La coordinadora de esta exposición itinerante piensa al respecto que “esto sucede porque se permite y se consiente, y porque muchos hombres han normalizado el alquiler y la compra de los cuerpos de las mujeres”.

Esclavas del siglo XXI

Uno de los carteles de la exposición. / Bernabé/Javier Lalín

Preguntada por qué le gustaría que sacaran en limpio, sobre todo, los más jóvenes tras acudir a la exposición, Mabel Lozano responde que “lo primero que me gustaría es que se enteren. Olvídate de las conclusiones que quieran sacar. Nuestros hijos son hijos del primer mundo, son nativos digitales. Esta realidad la desconocen totalmente. Para ellos la esclavitud no existe porque ellos viven en su círculo de confort y cuando les hablas de trata no tienen ni idea de lo que es. Hablamos de esclavitud, de gente que no puede salir a la calle, que tienen un sistema de multas, amenazadas y violadas. A los jóvenes de hoy en día todo esto les suena a marciano”.

Para Mabel Lozano lo más importante en este tipo de acciones, que en Lalín está promovida por la Secretaría Xeral da Igualdade, “en primer lugar, informar para que la gente se sensibilice y poder crear un pensamiento crítico. La información no la tienen porque nadie les habla de esto y no lo conocen. Como tampoco nadie les habla de sexualidad”. En este sentido, la interactividad de la exposición hace que consiga su objetivo en este aspecto dedicada a la concienciación social sobre un problema tan grave. La cineasta toledana explica que “tú entras en la exposición y lo más importante es que rápidamente crea ese pensamiento crítico del que te hablaba antes. Los pone a pensar. Y es cuando te tienes que decir que ahora que lo sabes, que sabes lo que les está pasando a estas mujeres, ¿tú qué harías? ¿cómo lo combatirías? Y eso es gracias a la información”.

Legislación

En cuanto a la posibilidad de que en un futuro no muy lejano la sociedad pueda acabar de una vez por todas con este tipo de lacra, Mabel Lozano manifiesta que “no lo sé. Tenemos ahora mismo un gobierno progresista que ha hablado de leyes contra la trata y demás, pero de momento no se ha movido ficha. Es cierto que hay problemas también de legislación. Hay que acompañar con educación sexual y, desde luego, también con legislación. En España no existe una ley integral contra la trata. Tampoco están condenadas todas y cada una de las formas de proxenetismo. Hay que seguir trabajando para hacer que nuestros políticos doten de derechos a las mujeres y hacer lo que estamos haciendo, informando y sensibilizando para desacelerar la demanda. Esto ocurre porque todos los días muchos hombres, y cada vez más jóvenes porque vienen de consumir pornografía, compran y alquilan mujeres”

La escritora, modelo, directora de cine y actriz de cine y televisión española activista en defensa de los derechos de las mujeres se alzó en Valladolid el pasado fin de semana con el Goya al Mejor Cortometraje Documental por “AVA”. Lozano suma ya cinco “cabezones” en los últimos años por sus documentales “Chicas Nuevas 24 Horas”, “El Proxeneta” y “Biografía del cadáver de una mujer”. Lozano ya piensa en nuevos proyectos y avanza que está trabajando ahora “en un cortometraje de animación sobre el cáncer de mama, sobre mi propio viaje a través del cáncer de mama. Será algo muy divertido sin banalizar la enfermedad pero con mucha retranca y mucho sentido del humor. Las cosas importantes está muy bien poder tratarlas con sentido del humor”, apostilla.

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