“Aquí haces de amigo, de psicólogo y hasta de consejero sentimental”

El conocido vendedor de la ONCE Mario López se jubila dejando su puesto en el corazón de A Estrada a Toñito Brea

Toñito Brea ya se encargan del punto de venta en estos días.

Toñito Brea ya se encargan del punto de venta en estos días. / Bernabé / Darián

A lo largo de los últimos once años Mario López Riveira se convirtió en una de las personas más reconocidas de A Estrada. Cada día a primera hora, el vendedor de la ONCE montaba su puesto en el cruce entre la calle Calvo Sotelo y la Justo Martínez, las dos arterias comerciales más importantes de A Estrada. Esa estratégica situación y el carácter afable de este estradense terminaron por convertirlo con creces en el mejor vendedor de la comarca, siendo incluso el mejor de toda la provincia en el año 2016.

A nadie le pareció extraño. Cada día Mario López tenía cola para comprar lotería, pero también un corrillo de gente alrededor con los que mantenía animadas conversaciones. Ese fue durante años el gran secreto de un hombre que mañana iniciará su jubilación oficial. Su puesto lo ocupa ya desde hace unos días otro estradense, Toñito Brea, que llega a su pueblo natal junto a su perra Maica tras una larga etapa en Lalín.

Mario López inició su etapa como vendedor de la ONCE en el año 2002. En sus primeros años pasó por diferentes puntos de venta en la provincial de Lugo. Vilalba, Monforte, Foz o Chantada fueron algunos de sus destinos hasta que finalmente pudo volver a casa. Lo hizo para encargarse del puesto más importante de la villa. “Siempre vendí mucho, el doble de los otros dos vendedores de A Estrada, los que hay en el ambulatorio y en la Farola. Es el mejor punto de venta del pueblo aunque también creo que los buenos puntos de venta los hace el vendedor”, explica al tiempo que agradece el gran trato que siempre le dispensaron los vecinos. “Si me quejo en algo de los clientes estaría siendo un soberbio. Solo tengo palabras de agradecimiento total para todos, algo que ya les fui transmitiendo uno a uno en los últimos días. Aquí haces de amigo, psicólogo y hasta de consejero sentimental”.

El vendedor señala que cada día tenía una clientela fija de unas sesenta o setenta personas que acudían a su puesto hiciese el tiempo que hiciese, aunque para eso él también tenía que estar allí. Puede parecer algo normal aunque no es nada fácil teniendo en cuenta el lugar. “Esta es una recta complicada. Había días difíciles”, admite. En la memoria colectiva está su imagen parapetado tras un paraguas en pleno temporal de lluvia o con temperaturas bajo cero. “Aquí el problema principal es la humedad. Toñito viene de Lalín, que hace mucho frío, pero estás mejor allí con -4 grados que aquí con cero”.

Mario López aguarda que la llegada del Toñito Brea cambie sin embargo la mala suerte que ha acompañado a su puesto durante años. El vendedor repartió varios premios importantes durante su etapa en Lugo pero desde su regreso a su pueblo no tuvo la misma fortuna. “A Estrada está gafada con la lotería. Lo máximo que di fueron 10.000 euros”, lamenta. Él sin embargo reconoce que seguirá jugando fielmente, siempre a los mismos números.

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