La presa de Leira se desmorona

La infraestructura centenaria no pudo contener la fuerza del caudal del agua

La pared cedida por la fuerza del agua ayer.

La pared cedida por la fuerza del agua ayer. / nerea couceiro

La presa de Leira, ubicada entre las parroquias de Codeseda y Parada, en A Estrada, es una infraestructura cuya construcción podría remontarse al siglo XVIII, junto al puente homónimo que la acompaña. Desde entonces, ha servido para nutrir de agua los pastos y los manantiales subterráneos de los alrededores. No obstante, su mal estado de conservación ha llevado a que las paredes de piedra que desvían el agua de la vena del Umia no sean capaces de hacer frente a la fuerza y presión del caudal. Esto es lo que sucedió ayer, cuando los vecinos dedicados al sector agrario se percataron de que sus fincas no tenían riego y se acercaron a ver qué sucedía. Una de las paredes cedió completamente a la fuerza del agua, abriéndose y dejando que esta fluya hacia el río.

La presa este verano, con caudal bajo a causa de la sequía.

La presa este verano, con caudal bajo a causa de la sequía. / nerea couceiro

La misma situación se daba hace dos años, cuando ya fueron los propios usuarios los que se encargaron de reponer las piedras y sellar de nuevo la infraestructura. No obstante, llegados a este punto, los vecinos de las zonas afectadas: Eiriz, Paredes y Vilademeus, han decidido llevar el asunto al Concello, para que sea la administración local la que se haga responsable de su mantenimiento. Una cuestión que desde hace tiempo esperan que se solucione, puesto que no solo la integridad de la presa peligra, con todas las consecuencias que esto conllevaría a sus usos, sino que el puente, de gran belleza y protagonista de numerosas leyendas mitológicas, también corre el riesgo de que sus pilares no soporten más el peso de la maleza que se cuela entre sus piedras.

Actualmente, son los propios habitantes de las parroquias colindantes los que anualmente limpian los aledaños de la presa y el puente de Leira. Lo hacen generalmente en verano, organizándose para pasar una jornada segando y retirando residuos del pequeño acueducto, de modo que además ayudan a prevenir incendios y mejoran la accesibilidad. Por otra parte, en esta misma zona se encuentra la traída de agua que abastece al casco urbano, puesta en marcha en 2011 y cuya gestión fue cedida integralmente al Concello de A Estrada en el 2015. Si bien las conexiones con esta planta y el Umia no peligran, los vecinos esperan que la Consistorio preste más recursos al mantenimiento general de la contorna del río, pues según apuntan, fue una de las promesas que se contrajeron cuando el Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) se estableció en Eiriz.

Además de acondicionar el área para facilitar su acceso y reforzar las paredes de la presa para evitar derribos como este, queda plantearse qué ocurrirá con el puente, una construcción de gran belleza y valor histórico que, como al igual que muchas otras de similares características en el término municipal, deben únicamente a su “resiliencia” el seguir en pie.

Construcciones asociadas al sector primario

Tanto el puente como la presa de Leira están asociados al patrimonio de una casa señorial ubicada en Paredes: la Casa de Leira. Un pazo con ermita propia en el que solía habitar una familia pudiente hasta la segunda mitad del siglo pasado, cuando su titularidad pasó a manos de compradores madrileños. Ambas estructuras contaban con usos fundamentales para el desarrollo de actividades del sector primario antaño, especialmente el riego para la agricultura y los pastos. Así, cuando las aldeas colindantes bullían con vida y todas las casas estaban habitadas, existía un calendario semana que organizaba los días en los que cada familia podía utilizar este pequeño vaso del Umia para dar de beber a sus tierras. Asimismo, numerosas leyendas de “mouros” y “trabes de ouro” tomaban la ubicación como escenario.

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