El núcleo urbano de Silleda es el que más crece de las comarcas: duplica habitantes en este siglo

La tendencia de agrupamiento de la población en torno a las áreas urbanas también se repite en Deza y Tabeirós-Montes, sobre todo en los municipios más habitados. En los nueve municipios residían a comienzos del presente siglo 82.032 personas, cifra que se desplomó el año pasado hasta los 68.718. Todos los concellos del área perdieron vecinos a excepción de Lalín, pero fundamentalmente gracias a la expansión de su núcleo urbano. No obstante, es el casco de Silleda el que más se ha estirado, hasta el punto de doblar su población en este período, pasando de 1.734 empadronados en el año 2000 a los 3.489 que figuran en el último censo oficial. El padrón municipal sí se redujo, de 9.214 personas a 8.860. El núcleo de A Bandeira también gana residentes, creciendo de 642 a 852.

Las dinámicas poblacionales nos indican que actualmente el 44% de los residentes en las comarcas ocupa una de las áreas urbanas y Lalín es un ejemplo de estas tendencias pues es el único municipio con más habitantes urbanos que rurales. En las calles de su núcleo principal residían a principios de siglo 7.927 personas y ahora son 11.506; es decir, casi seis de cada diez de sus 20.201 ciudadanos de pleno derecho. Hace algo más de dos décadas en el censo absoluto había 32 individuos menos.

A Estrada

A Estrada perdió en este período casi un 10% de su población, situándose ahora en 20.106 personas, pero su casco urbano se agrandó de 7.840 a 9.474 personas; es decir, casi un 21% más.

La población en Vila de Cruces cayó de 7.171 habitantes a 5.063 –un 30%– pero su capital municipal ganó residentes, desde 941 a 1.112. Por el contrario, Merza experimenta una fuerte regresión y de 564 empadronados solo conserva 355.

Rodeiro vio como en este período su padrón caía casi a la mitad, manteniendo 2.317 habitantes. Su núcleo urbano, por el contrario, podemos decir que se mantiene estable con 421 residentes, solo 60 menos que a principios de siglo. En todo el término municipal agoladés vivían 4.391 ciudadanos, dato que se desplomó hasta los 2.252. Esta dinámica se reedita en su casco –parroquia de Ferreiroa–, que actualmente cuenta con 516 vecinos, cifra muy por debajo de los exactamente 700 que había dos décadas atrás.

Dozón, el municipio más pequeño del área, cedió el 53% de su población y mantiene un total de 1.028 vecinos. Su núcleo de O Castro menguó de 446 a solo 190 residentes.

Forcarei, que a comienzos de siglo contabilizaba 4.889 almas, cayó hasta 3.194. Y en su capitalidad la cifra bajó de 874 a 755, mientras que en Soutelo la caída fue de 417 a 409. En Cerdedo y Cotobade entonces, antes de su fusión en 2017, vivían 7.352 personas y ahora son 5.697. El casco de Cerdedo creció de 427 a 584 y el de Tenorio bajó de 1.183 a 1.115.

241 demandantes de vivienda protegida

La Consellería de Vivenda difundió ayer la resolución sobre porcentajes de reservas de suelo para hogares de protección de cara al presente año. Indica que los planeamientos urbanísticos municipales comprenderán los terrenos necesarios para realizar el 30% de la edificabilidad residencial en suelo urbanizable y suelo urbano no consolidado, proporción que cae hasta el 10 por ciento en otro régimen de esta última calificación. No obstante, esta reserva de suelo afecta solo a municipios de más de 5.000 habitantes, que en las comarcas son cinco de nueve. En la resolución se alude al número de demandantes de vivienda protegida por concellos y el porcentaje aplicable de reserva de suelo en cada caso. Así, el la relación de administraciones locales difundida en el día de ayer por el DOG figura que en Cerdedo-Cotobade hay 45 demandantes y su porcentaje de reserva será del 7,9 %. En A Estrada, con 82 inscritos y en Lalín, con 62, comparten proporción con el 6,8%. Idéntico volumen de suelo para hogares de protección debe guardar Silleda, donde figuran 46 demandantes, en su planeamiento. Esta proporción también se refleja en el municipio de Vila de Cruces, donde existen seis inscritos.

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