Liga Eusko Label y Liga Euskotren de Traineras | Bandera Concello de Bueu

“Solo por vivir esto, ya merece la pena”

La afición buenense se vuelca con los suyos en un espigón lleno de colorido

Aficionados en el espigón ondeando banderas para animar al Club do Mar Bueu.

Aficionados en el espigón ondeando banderas para animar al Club do Mar Bueu. / Adrián Irago

Bueu vive mirando al mar. Por tradición y porque es su sustento, pero también porque el deporte y el ocio se encuentran dando la espalda a la tierra. O si no, que se lo digan a los cientos de aficionados que ayer disfrutaron del ambiente de una jornada de la Liga Eusko Label y de la Liga Euskotren, y que llenaron el espigón para poder ver las evoluciones del Club do Mar Bueu, pero también de las mejores traineras del ámbito nacional.

“Solo por vivir este ambiente, ya merece la pena”, reconocía un veterano seguidor, asumiendo que la suerte de los suyos será la de sufrir todo el año. Pero más allá de éxitos y fracasos, de lo que se trata es de vivir el momento, y de eso sabe mucho un Bueu que no hace tanto pasaba enormes dificultades simplemente para sacar la trainera al mar. Ayer, en cambio, la marea roja buenense sacaba pecho ante las aficiones foráneas. Seguidores de Cabo –por la lógica cercanía– se paseaban por el entorno del muelle. Pero también había muchos vascos, que ampliaban horizontes en un lugar que solamente había acogido anteriormente una prueba de la ACT, hace justo una década.

Una aficionada, animando ayer a su equipo en Bueu.

Una aficionada, animando ayer a su equipo en Bueu. / Adrián Irago

El centro del municipio comenzó a ser un hervidero desde media mañana, con los aficionados coreando el nombre de sus equipos y tomando posiciones para no perder detalle del desarrollo de las regatas. El tiempo era agradable y ayudaba a ello. Moañeses y boirenses apoyaron a las féminas en la primera tanda de la Liga Euskotren. En la segunda lo que importaba –más allá de los seguidores vascos en la zona– era el espectáculo. Eso y prepararse para lo que venía.

Pasando las 12.20 horas fue el turno de Bueu, con la primera tanda de la Liga Eusko Label. La fortuna quiso que los buenenses remasen en la calle 1, más cerca si cabe de los suyos. Eso le dio el impulso del inicio, de un primer esfuerzo para ponerse por delante. Luego, los ánimos no cejaron para intentar dar caza a San Pedro y rascar algún punto más. No era solo animar a su equipo, era hacerlo al familiar, al amigo, al vecino, en una escuadra plagada de canteranos. No pudo ser, y se acabó último, pero el sentimiento era de todo menos de decepción. “¿Quién nos iba a decir que íbamos a estar aquí?”, repetía el veterano aficionado con una mirada que mezclaba la nostalgia de lo vivido con la ilusión de lo que queda por vivir.

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