Fútbol | Tercera RFEF

Las bodas de plata en rojiblanco de Mauro Nores

El futbolista moañés abandona el Alondras tras 25 años: “Esta es mi casa, pero en algún momento tenía que ser”

Mauro Nores junto a su hijo Marco en la zona de Massó, en Cangas.

Mauro Nores junto a su hijo Marco en la zona de Massó, en Cangas. / Gonzalo Núñez

Llegó al Alondras siendo un niño y se marcha después de haber pasado casi dos tercios de su vida vestido de rojiblanco. El matrimonio feliz que formaban Mauro Nores y el club cangués se romperá la próxima temporada tras haber cumplido sus bodas de plata, ni más ni menos que 25 años de idilio que posiblemente conviertan al futbolista moañés en el que más años ha jugado en la disciplina alondrista. Lo hace feliz, asumiendo que ha llegado el momento de la despedida, y con la firme promesa de seguir siendo un habitual de O Morrazo, eso sí, ahora desde las gradas.

Azote de los rivales que se movían por su lado del campo, pesadilla personal de los árbitros por la intensidad con la que vivía los partidos, pero sobre todo gran compañero y espejo de más de una generación de alondristas. Mauro Nores se va, con la satisfacción del deber cumplido y con la tranquilidad que le confieren sus 38 años. “En algún momento tenía que ser. El año pasado me lo pensé, pero Rafa [Outeiral] me convenció. También es cierto que no tuvo que insistir mucho”, reconoce. Ahora su pensamiento era diferente. “La idea era que este próximo año fuese el último porque acabé bien con el entrenador, cerca de jugar la fase... Pero al poner los entrenamientos a las 16.15 ya me dije que este era el momento para dejarlo”, admite.

Mauro celebra un gol en la temporada 22-23. |  // SANTOS ÁLVAREZ

Mauro celebra un gol en la temporada 22-23. / Santos Álvarez

Echando la vista atrás, el moañés se reconoce como un afortunado. “Es cierto que quería jugar al fútbol y que tenía condiciones, pero ahora es cuando ves que has estado todos estos años y a un gran nivel, y jugando en casa porque yo siento el Alondras como mi casa”, afirma. Por muy poco no se queda con la etiqueta de One Club Man. En juveniles estuvo un año en el Areosa de División de Honor y ya como sénior se marchó media temporada a la Leonesa y otro año y medio al Rápido de Bouzas. Luego Fredi –actual entrenador del Celta B– quien lo repescó. Y desde entonces ha estado 15 años sin moverse del sitio, a pesar de haber recibido propuestas prácticamente todas las temporadas. “Me llamaron el Compostela, el Céltiga... Me ofrecían más dinero, pero ya tenía mi trabajo y no me compensaba. Decidí quedarme en casa”, relata.

Sentimiento alondrista

Fredi y Juan Carlos Andrés fueron los entrenadores con quienes se sintió más cómodo, “porque no les importaba poner a jugar a los jóvenes”, aunque sus mejores números llegaron de la mano de Josiño Abalde, en una temporada (la 2014-2015) en la que anotó 14 dianas. “Él sabía sacar el 120 por ciento de cada jugador. Y como persona, genial. Era claro y directo”, señala. En cuanto a los compañeros asegura tener “tres amigos del alma: Leiro, Martín y Agujetas, pero tampoco podría olvidarme de Castilla, Benavides, Jesús... Lo mejor que saco del Alondras son los amigos, pero también el sentimiento, porque soy demasiado alondrista”.

Mauro, ejerciendo como capitán en el inicio de una de sus temporadas como alondrista.

Mauro, ejerciendo como capitán en el inicio de una de sus temporadas como alondrista. / Santos Álvarez

Su trayectoria está trufada de hermosos recuerdos, como el viaje a La Palma para la fase de ascenso que su equipo disputó ante el Mensajero. “Que un equipo como el Alondras viajase a Canarias, poder estar allí al día siguiente del partido... Es un recuerdo muy bonito”, dice. Igual que el de “poder jugar en Valdebebas en mi primer año de sénior, contra futbolistas como Granero”. O también “un año en el que nos salvamos ganando el penúltimo partido en casa al Céltiga con el campo de O Morrazo casi lleno”.

Mauro posa tras anotar un hat trick en 2015.

Mauro posa tras anotar un hat trick en 2015. / Santos Álvarez

Eso sí, le queda la espina clavada de no haber logrado el ascenso a Segunda B (la actual Segunda RFEF). “De joven juegas contra el Real Madrid C o el Racing B y es un premio, pero después, ya desde las fases con Antonio Fernández empiezas a pensar en dar ese paso. Siempre nos faltó algo”, dice. El qué no lo tiene tan claro. “Pasar tres eliminatorias no es sencillo, y no tuvimos suerte con los sorteos. El Portugalete era un equipo fuerte y estuvimos ahí... Y el año de Fredi había un equipazo, pero teníamos un presupuesto mucho más bajo que el de nuestros rivales”, manifiesta.

Mauro (segundo por la izquierda) en su presentación como fichaje del Alondras en 2009.

Mauro (segundo por la izquierda) en su presentación como fichaje del Alondras en 2009. / C. G.

Ver a su Alondras en una categoría superior es una ilusión. “Tenemos una buena estructura. Cuando empecé te llevabas la ropa para casa, y ahora se encargan de todo y tú prácticamente vas al campo solo con el neceser. Además, es un club histórico de Galicia en el que todo el mundo quiere jugar. Creo que se puede dar un paso más, aunque siempre dentro de unos límites. Ojalá ocurra”, afirma.

84 goles en las últimas 15 campañas

Con Mauro se va uno de los últimos especialistas en el uno contra uno, un futbolista de último pase y también un goleador, como demuestran sus 84 dianas en Liga en las últimas 15 campañas. Por no hablar de un canterano en una época donde ya no es estila tener tantos jugadores de la casa. “De aquella época estábamos Castilla, Andrés, Berto, Néstor, Rodri, Centrón, Adri Cruz, pero desde esa generación bajó muchísimo. Salieron Abel y Champi en su momento , y ahora tenemos a Rocha, Goitia...”, afirma, antes de añadir que “cuando yo era juvenil toda la plantilla era de Cangas, Moaña o Bueu. Ahora tienes a gente de Vigo o Pontevedra, que es un paso adelante, ojo, aunque también limitas un poco más a la gente de aquí”.

¿Volverá Mauro a O Morrazo? “Por supuesto que sí”, subraya. “Tenlo por seguro. Y a Marco lo llevaré en un par de años”, sentencia.

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