Vela

Entre el mar y el cielo

Tercer puesto del vigués Pablo Astiazarán en la prueba gaditana de la SailGP Inspire, la modalidad sub 21 y de un solo tripulante de la vertiginosa navegación con foils

Pablo Astiazarán, a la derecha, en una de las regatas.

Pablo Astiazarán, a la derecha, en una de las regatas.

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Pablo Astiazarán navega a la vez que vuela. Siente la sangre hervir cuando su barco se eleva sobre las olas, como queriendo despegar, y ha de sujetarle las riendas. El vigués se ha empeñado en aprender ese arte de transitar entre el cielo y el mar, equilibrado entre azules, sin decantarse. Acaba de quedar tercero en la prueba gaditana de SailGP Inspire, la modalidad que promociona talentos en esta Fórmula Uno de la vela. Convertirse en profesional es su gran sueño.

Acaba de cumplir los 18 años, queda mucho y a la vez ya es largo el camino que ha recorrido. Pablo Astiazarán se inició como tantos en la dársena del Real Club Náutico de Vigo. En su caso, por la tradición familiar que promovía su abuelo, Julio. Tendría 11 o 12 años, calcula. “Fue a través de él. No tuve otra opción”, bromea. Lo cierto es que pronto el mar ejerció su seducción. “A partir de ahí me pareció un mundo apasionante. No podría dejarlo”.

Entrega de trofeos en Cádiz.

Entrega de trofeos en Cádiz. / SailGP

Pablo se atuvo al itinerario habitual de crecimiento en la vela ligera, del Optimist al Laser. En el proceso coleccionó medallas autonómicas y nacionales. Abandonó el Náutico para enrolarse en el Club de Vela de Viana de Castelo cuando se mudó a Portugal. Hoy cursa estudios de Relaciones Internacionales en Oporto. “Pero mi prioridad ahora mismo es la vela”, acota.

La navegación con foil, esa especie de ala que permite a la embarcación elevarse sobre las aguas, irrumpió en su vida, y en su deseo, cuando probó el wazsp de un amigo. Es un barco ligero ideado por el australiano Andrew McDougall; un “one-design” –todos compiten con embarcaciones de iguales características– de un solo tripulante, que se sustenta sobre sus dos foils con la velocidad adecuada. “Fue algo natural. Yo necesitaba un cambio de modalidad”, explica Pablo, que confiesa que el descubrimiento del wazsp supuso una auténtica revelación: “Me pareció increíble. Es totalmente diferente. Te produce adrenalina, lo que en vela tradicional no existe. Y en términos técnicos es otro deporte casi”.

El olívico lleva un año de inmersión en la clase y con excelentes resultados. Logró la victoria en las Winter Series, disputadas en Barcelona, y en Roses, en el pasado septiembre, se alzó con el título de la Eurocup. Un triunfo que además le abrió las puertas de la cita de SailGP Inspire en Cádiz.

La SailGP es el circuito de los F50, los grandes catamaranes, también con foils. De hecho, en su tripulación de cinco, además de timonel, trimmer de ala y grinders, hay un controlador de vuelo; su misión consiste en que el casco esté siempre suspendido en el aire. Los F50 han llegado a alcanzar 53 nudos de velocidad, casi 100 kilómetros por hora, con vientos de 20 nudos. Millones de aficionados de todo el mundo siguen con pasión esta competición, que consta de trece pruebas. Participan diez equipos, uno de ellos español.

En cada una de esas citas se organizan también regatas sub 21 para el modelo wazsp, lo que se conoce como la SailGP Inspire. Solo nueve chicos y nueve chicas obtienen el pasaporte para cada uno de esos eventos. La mera presencia supone ya un éxito. Pero Pablo Astiazarán no se conformaba con asistir. “Tenía claro que podía estar en el podio”, asegura. “La competición fue muy intensa y reñida hasta el último momento, con unas condiciones complicadas y poco habituales por falta de viento, que no me favorecieron. Al final logré el tercer puesto”.

El equipo español de SailGP.

El equipo español de SailGP. / Ronald Mar

El ganador masculino, el italiano Antonio Gasperini, ha logrado plaza en la gran final, que se celebrará a mediados del próximo mes de julio en San Francisco igual que la clausura adulta. En mujeres se impuso la noruega Pía Tveita. No se amarga Pablo Astiazarán, a quien por edad le quedan todavía dos años en la clase. Y que en todo caso prioriza el aprendizaje. “La experiencia, por todo lo que significa la SailGP, ha sido la mejor que he tenido en vela”, asegura de su aventura en Cádiz, donde contó con la ayuda de su hermano pequeño Jorge.

Ya de regreso en Oporto, los retos se le acumulan a Astiazarán, que del 17 al 19 de noviembre disputará en Barcelona la Copa de España (17-19 de noviembre). Luego iniciará una nueva edición las Winter Series, con cinco capítulos entre diciembre y marzo. El litoral catalán será de momento su escenario más frecuente, ya que la clase wazsp se reparte entre Barcelona y Cádiz. Existe la posibilidad de que la Copa de España de 2024 se traslade a las Rías Baixas, pero la idea está todavía tierna. Igual que la posibilidad de que Astiazarán se involucre en algún proyecto de la Federación Española para el ciclo olímpico de Los Ángeles 2028. “Aún no está claro”, advierte.

Todos los horizontes se le presentan abiertos al joven vigués, que sí ha identificado su meta definitiva y el sacrificio que requiere. “Me gustaría entrar en la SailGP, pero eso es a largo plazo. Es un camino que lleva mucho tiempo. Trabajas para poder vivir de esto dentro de diez años. A corto plazo y medio plazo, el objetivo consiste en lograr los mejores resultados posibles y aprender lo máximo para poder dedicarme profesionalmente a la vela”.