Estudiante de los Salesianos en Vigo, donde nació el 4 de marzo de 1943, Manuel Carlos Mouriño Atanes es conocido por muchas facetas, pero fundamentalmente de él destaca su carácter reservado. La discreción le ha acompañado en sus negocios, en sus aficiones y en sus ocupaciones como a la que se ha dedicado con devoción, el fútbol, desde que regresó a su ciudad natal tras hacer fortuna en México. Su pasión por el Celta, dicen los que le conocen bien, es anterior a su emigración a las Américas, junto a su mujer, natural de Avión. Comparte, por lo tanto, esa faceta de desplazado con Horacio Gómez, el presidente que se marcha.

Su celtismo, afirman sus allegados, es anterior a la aventura mexicana. Pero no fue hasta que regresó de allá cuando contribuyó, no hace muchos años, de forma más directa al proyecto que Horacio Gómez y sus compañeros de junta habían puesto en marcha en 1995. Se integró en el grupo dirigente avalado por el cuñado de un yerno suyo, que no era otro que Alfredo Rodríguez, director general del club y mano derecha de Gómez. Empresario de reconocido prestigio en México, es presidente del grupo Corporativo GES, una de las empresas líderes del sureste mexicano, que posee tres grandes líneas de negocio: el Grupo Energético del Sureste, que gestiona decenas de gasolineras en el país americano; Transportes Especializados Ivancar; y Franquicias (Burger King, Benedettis Pizza, Church's Chicken, Tortas Locas Hipocampo, Baskin Robbins, Tintorerías Max, GES Autowash, Tiendas de Conveninecia "GES Express").

Su vuelta a Vigo se lleva a cabo tras comprar el chalé del ex alcalde de Vigo, Manuel Soto, y dejar al cargo de sus negocios a dos de sus hijos en México, ligados ambos a la política en posiciones cercanas al presidente Vicente Fox.

En Galicia, es el accionista mayoritario de empresas de la construcción, entre otras, de "Puentes y Calzada", socia compradora recientemente de la porriñesa Gándara Censa, empresa de calderería pesada especialista en grandes piezas para cemento y miniería, molinos, hornos, virolas, etcétera.

A pesar de que se sabe de él que es un hombre relacionado con las altas instancias sociales, económicas y políticas del país, es celoso de guardar su vida, la pública y la privada. Desde que llegó al Celta apenas se ha dejado ver en los medios de comunicación. Es introvertido también en su relación personal, según cuentan quienes le conocen un poco, a pesar de convivir durante muchas horas con él en estos años. Es futbolero. Eso no lo puede negar. Ayer estaba en París, ciudad a la que acudió como aficionado a este deporte para ver la final de la Chamipions y disfrutar de un acontecimiento único. No es efusivo. En esto coinciden muchos. Tiene la misma expresión en los momentos difíciles y en los buenos. Discreto, callado, introvertido. Todo le convierte en un hombre enigmático. Todo puede ocultar bajo su apariencia menos su ambición. En eso coincide con el celtismo.