Sonajeros, muebles, joyas, abanicos... Y un Sorolla: Cultura publica el inventario de los bienes incautados durante la Guerra Civil

El sepulcro del Cardenal Cisneros y la reja que lo protegía, platos, tazas, bandejas, candelabros, objetos litúrgicos, sonajeros, abanicos, capas, calzones, azucareros, escritorios, sillas, mesas, esculturas, cuadros y un largo etcétera hasta alcanzar las 5.126 piezas forman parte del primer inventario de objetos incautados durante la Guerra Civil e inmediata posguerra que se hace público en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática. Lo ha dado a conocer este miércoles el Ministerio de Cultura, que ha informado de que el catálogo completo está disponible en su página web.

La mayoría de estos objetos, entre los que también está el cuadro Las velas del pintor Joaquín Sorolla (de 1915), fueron incautados por el Gobierno de la II República para proteger el patrimonio durante la guerra, pero nunca fueron devueltos a sus dueños después de que acabase la contienda e iniciase la dictadura franquista.

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha indicado en rueda de prensa sentirse "muy orgulloso" de ser el primer minsitro que cumple con este requerimiento de la Ley de Memoria Democrática. Urtasun ha explicado que la investigación ha estado en marcha desde el arranque de la actual legislatura, pero es ahora, gracias a un informe de la Abogacía del Estado en el que se indica el procedimiento legal para su devolución, cuando se puede poner a disposición de la ciudadanía. El objetivo de este trabajo, ha explicado Urtasun, es que familiares y herederos de quienes perdieron los objetos puedan recuperar los objetos si pueden aportar pruebas documentales de su propiedad. Las solicitudes, ha indicado, se estudiarán caso por caso.

La investigación, que ha desarrollado la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes en las coleccines de los museos estatales, ha encontrado objetos en nueve de estos museos: el Museo del Traje, el Arqueológico Nacional, el del Romanticismo, el de Artes Decorativas, Antropología, el Museo de América y el Museo Sorolla, además de el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González-Martí de Valencia y el Museo Nacional de Escultura en Valladolid. Además, en la sede del propio ministerio se ha identificado también una pintura con el mismo origen.

Documentación escasa

Sin embargo, a pesar de la cantidad de objetos inventariados, casi no se conserva documentación que permita identificar el origen de los bienes. Entre los que sí se han podido documentar, hay bienes del primer alcalde republicano de Madrid, Pedro Rico, que falleció en el exilio y nunca pudo reclamar su devolución, también de José Weissberger, marchante y coleccionista que fue acusado de masonería y que, aunque recuperó algunos de sus bienes en los años 40 después de ser absuelto de las acusaciones, no se le restituyó el total de lo que se le había incautado. También de Carlos Heiss, residente en Madrid en las primeras décadas del siglo XX, que perdió una colección de bienes arqueológicos, fundamentalmente ibéricos, especialmente cerámica y exvotos de bronce, así como otros bienes desde la Prehistoria hasta la Edad Moderna.

Además, hay esculturas del colegio de los Irlandesdes (desaparecido durante la Guerra Civil), de la Colección Ferrán Núñez, de la Universidad de Alcalá de Henares -el sepulcro del Cardenal Cisneros-, el oratorio del Olivar, una iglesia madrileña destruida en 1936, el ayuntamiento de Brihuega (Guadalajara) y la Colección Medinaceli.

Información detallada

El inventario que ha publicado este miércoles el ministerio no solamente incluye el listado de obras, sino que además casi cada una de las piezas cuenta con una ficha detallada sobre su procedencia y el lugar en el que se encuentra en la actualidad. Para conseguirlo, indican desde Cultura, ha sido necesario un trabajo de digitalización y consulta de numerosos documentos que se encuentran en los Archivos Estatales, además de la documentación de la Junta Delegada de Madrid republicana y de la institución franquista Servicio de Recuperación Artística, organismo que se dedicó a devolver las incautaciones después de la Guerra Civil.

Durante los primeros días del golpe de Estado que desembocaría en la Guerra Civil, el Gobierno de la República creó la Junta del Tesoro Artístico. El objetivo era proteger de los saqueos y bombardeos el patrimonio artístico que, en muchos casos, fue restituido al acabar la contienda por el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional, creado por Franco. Los que no se devolvieron terminaron formando parte de diferentes instituciones y museos hasta la actualidad.