Su voz grave al otro lado de teléfono hace resonar los ecos de "La loca" , "Nada de ná", "La taberna del Buda" y tantos éxitos con sello propio porque, ¿quién no ha tarareado alguno de sus temas? Ahora, con su nuevo disco a punto de salir y dos temas sonando fuerte, "Perdonarme" y "Mina", Café Quijano llega el viernes a uno de los festivales de música más peculiares, el Stella Maris Season Fest de Nigrán, que a partir de las siete de la tarde llenará de música el campo de fútbol de Lourido, en Playa América. Óscar Quijano habla del presente, del pasado y del futuro de esta banda leonesa nacida al calor del bar de conciertos que dio nombre a uno de sus grandes éxitos, "La Lola", y que este año cumple veinte años.

-Veinte años desde el primer disco. Si echa la vista atrás, ¿qué Café Quijano ve?

-Pues veo un café Quijano muy inocente y muy ingenuo. Viendo las cosas como son, veinte años después, creo que fuimos unos insensatos, unos osados y unos descerebrados por meternos en este mundo que, si bien es precioso, espectacular y muy gratificante, también es tan difícil y tan competitivo que es casi impensable llegar a poder celebrar tantos años.

-¿Hoy, con la experiencia que dan los años, no lo haría?

-Dije que habíamos sido unos insensatos y unos inconscientes, pero la verdad es que cuando tienes un convencimiento como el que teníamos nosotros es difícil no hacerlo. Además, nacimos rodeados de música. Nuestro padre era profesor de guitarra y desde niños veíamos en casa a gente aprendiendo a tocar la guitarra, el laúd... a mi padre todo el día andando de aquí para allá y luego estuvimos tocando los tres con mi padre, aunque no al mismo tiempo, en el bar que tenemos en León, La Lola. Quieras o no, estábamos predestinados.

-¿Dónde está el secreto para hacer de un tema un éxito?

-Esa es la pregunta del millón. No lo sé, lo que sí le digo es que hay que ser muy honesto en lo que muestras y como lo muestras, y, por supuesto, creer en lo que hace. Pero creo que nuestro mayor éxito es poder celebrar 20 años y haciendo siempre lo que nos ha apetecido. Comenzamos con pop, luego boleros y ahora con esto que estamos haciendo y, por supuesto, creer en lo que haces y hacerlo con el mayor de los convencimientos, pero además trabajando mucho, ensayando mucho y dando excelencia.

-Y esto que están haciendo ahora, como usted dice, ¿cuándo tendrá forma de disco?

-A finales de septiembre y se llamará "La vida no es la, la, la", un título muy sugerente. Nuestros padres siempre nos decían: "Oye chico, que la vida no es la, la, la".

-Supone, además, el reencuentro del grupo con el pop. ¿Era un reencuentro lógico?

-Bueno, el primer disco era un poco de boleros con algo de pop. Luego ya con "La Lola" tiramos por ahí, pero es cierto que es un reencuentro después de tres discos de boleros y uno en directo, casi cinco años haciendo boleros nuevos, y estamos disfrutando muchísimo. El primer sencillo, "Perdonarme", está funcionando muy bien, y el segundo, "Mina", que acaba de salir, también. Estamos muy contentos, pero eso no quiere decir que mañana o dentro de un año no volvamos al bolero, que seguimos tocando porque es parte de nosotros, como lo es el pop.

-Muchos de sus temas llevan nombre de mujer: "La Lola", que me atrevería a decir que es su buque insignia, "Lucía la corista", "Las llaves de Raquel", "Mina"...

-"La Lola" es uno de los temas que más reconocimiento tuvo, pero la gente no se olvida tampoco de "Nada de ná"; "La taberna del Buda", que tuvo siete sencillos y estuvo casi dos años en la lista de los discos más vendidos en España, "Desde Brasil", "Robarle tiempo al tiempo"... Y luego hay otros muchos con nombre de mujer. No sé, somos tres chicos, con sus experiencias que después llevamos a las canciones, a las que ponemos nombres de mujer.

- En pleno éxito, deciden hacer un paréntesis. ¿Por qué?

-Nosotros empezamos en 1998 con el primer disco y no paramos hasta 2005. Estuvimos continuamente tocando, gira tras gira, promoción tras promoción. Y las promociones de antes no duraban quince días o un mes como ahora. Nosotros hemos estados dos años haciendo promoción. Fue agotador. Cuando decidimos hacer un parón, Manuel, que es el que más se mueve, dijo que quería hacer un disco y lo hizo, y luego hizo otro... Yo no quise hacer nada. Estaba de vacaciones, pero me propusieron hacer una canción para una telenovela argentina y cuando me conocieron me dijeron que por qué no actuaba, y actúe sin ánimo de hacer carrera y así fue. Estuvimos unos años muy tranquilos, cada uno por nuestro lado, que lo necesitábamos, musicalmente, porque luego íbamos a comer el domingo a casa de mi madre. Luego, cuando sentimos la necesidad de volver a tocar, volvimos y aquí estamos, encantados de hacer nuevos temas, de compartirlos con el público y de estar de nuevo en los escenarios.

- ¿El éxito puede ser a veces difícil de digerir?

-No pudimos ni digerirlo porque fue todo tan rápido y continuo durante ocho años que una semana parecía medio año por todas las cosas que hacías y todo lo que te pasaba. Creo que ni asumimos el éxito. Lo que sí sentimos es que el trabajo era agotador.

- Como dicen en uno de sus temas, sentían que tenían que "Robarle tiempo al tiempo"...

-Y desde la distancia y en perspectiva, se ve todo mejor porque la edad también ayuda.

- En Galicia tocan mucho. ¿Cómo es el público gallego?

-En una ocasión, Alejandro Sanz me dijo: "Oye, vosotros tocáis mucho en Galicia" y yo le dije no sabía por qué, pero que suponía que era porque somos casi vecinos y porque nuestra música gusta allí, y la verdad es que no sé por qué pero con los gallegos tenemos una comunión especial. El público gallego nos quiere mucho y nosotros estamos felices de ir a esta tierra tan maravillosa.