Pocos acontecimientos han tenido tanta repercusión mediática en Tui y Valença como el amerizaje del famoso aviador norteamericano Charles Lindbergh en aguas del río Miño. El episodio, que ocupó las primeras líneas de la portada de FARO DE VIGO en su edición del 14 de noviembre de 1933 con el titular "El hidro de Lindberg acuatizó ayer tarde en el Miño", mantuvo a los tudenses pegados al río durante tres días, pues el azar, y la niebla, quisieron que la aeronave de uno de los hombres más notorios de principios del siglo XX encontrara entre la parroquia tudense de Caldelas y la freguesía valenciana de Friestas un lugar donde interrumpir su viaje a Lisboa.

A partir de ahí se sucedieron las anécdotas, relatadas al detalle por este periódico. Pero, para entender la repercusión social de los hechos, cabe recordar que Lindbergh era lo más parecido a un héroe en la época. Fue el primer aviador en cruzar el océano Atlántico sin escalas y en solitario, hazaña que años más tarde relató en su obra "Spirit of Sf. Louis", con la que ganó un Premio Pulitzer. Esto, unido a un fatídico suceso, el secuestro y asesinato de su hijo de 20 meses en 1932, lo convirtió en un personaje reconocido a nivel internacional.

La niebla obligó a su hidronave, el "Albatros", a amerizar en el Miño un 13 de noviembre entorno a las 15 horas. En cuanto las autoridades de ambos lados del río conocieron la identidad del piloto, todo fueron halagos y comodidades para Lindbergh, que viajaba acompañado de su esposa, Anne Morrow. Valença acogió como huéspedes de honor al matrimonio, que fueron invitados a comer en el hotel Valençano por el alcalde luso, Pintos da Mota, el gobernador militar, el jefe de la Policía y otras autoridades.

Peor suerte corrió el alcalde accidental de Tui, Jacinto Fernández Lago, a quien en un primer momento le denegaron el acceso a una lancha con la que pretendía acercarse al aviador para ofrecerle sus respetos e invitarlo a hospedarse en Tui. Un "desafortunado incidente" que llevó al regidor tudense a enviar una carta de dimisión al Gobernador Civil; renuncia que más tarde fue retirada.

El alcalde Fernández Lago no cesó en su intención de encontrarse con Lindbergh y acudió, acompañado por el corresponsal de FARO, García Sánchez, al hotel donde comía el aviador con las autoridades lusas. Fernández Lago ofreció al invitado de honor una copa de champán que este no aceptó. Por su parte, el periodista pudo constatar que "los esposos Lindbergh son sobrios en comida y ambos abstemios" y que "la esposa del audaz aviador vestía un mono kaki y una boina marrón".

Aunque el propósito de Lindbergh era retomar el vuelo más pronto que tarde, las condiciones meteorológicas lo obligaron a permanecer casi tres días en Valença. Durante este tiempo una guardia de marineros, policías y agentes fiscales custodiaron el "Albatros", aislándolo de cualquier "contacto indiscreto". "Las autoridades de la villa se desviven porque la estancia de los ilustres norteamericanos les sea en Valença lo más grata posible", relataba en una de sus crónicas el corresponsal de FARO. Precisamente, durante esta estancia, los Lindbergh visitaron Tui en varias ocasiones, una de ellas para conocer la catedral tudense.

Un día como hoy, el 15 de noviembre de 1933, llegó el momento de su partida y "desde primera hora de la mañana las márgenes española y portuguesa del río Miño estaban colmadas de público ansioso de ver a Lindbergh se hacía al aire para reanudar vuelo a Lisboa", informó este diario, que también daba cuenta de que "a las once volaba el Albatros sobre la Corredera de Tui, que se hallaba ocupada por una multitud que aplaudía con entusiasmo al intrépido aviador".

Charla en Caldelas

Así fue la breve estancia a orillas del río Miño de uno de los más famosos y prestigiosos aviadores de comienzos del siglo pasado. El acontecimiento, que provocó una gran expectación y atrajo a numerosos medios de comunicación, será abordado el domingo, a las 12 horas en el Centro Cultural de Caldelas, en una charla ofrecida por el historiador y técnico de Archivo del Concello de Tui, Rafael Sánchez Bargiela, y el piloto y director del aeródromo de Carval (en Valença), José Manuel de Souto Pereira.