La obra para retirar el cadillo valla toda la playa de Vilagarcía y deja cuatro accesos a los bañistas

Fajardo denuncia que los trabajos no se están ejecutando en franjas de 200 metros y que el cierre metálico ha caído encima de una persona | Pide al Concello un mayor control

Una de las pasarelas habilitadas para acceder a la playa por la que no cabe una ambulancia.

Una de las pasarelas habilitadas para acceder a la playa por la que no cabe una ambulancia. / Iñaki Abella

María López

María López

Prácticamente toda la playa de A Concha-Compostela permanece vallada con motivo de las obras que está ejecutando Costas para eliminar el cadillo. El portavoz de Esquerda Unida, Juan Fajardo, advierte de que el compromiso inicial pasaba porque la actuación se llevase a cabo en franjas de 200 metros, de forma que el resto del arenal estaría libre de maquinaria, pero no ha sido así, ya que los operarios comenzaron en abril por el pinar de A Concha y esta zona todavía permanece acotada.

“Los bañistas tienen que convivir con la maquinaria y las molestias provocadas por las enormes montañas de arena que se acumulan a escasos metros del paseo y de la zona de baño”, denuncia Fajardo, quien solicita al Concello que lleve a cabo un control de la obra. Y es que “el vallado perimetral más cerca de la zona de baño en la parte de Carril ya se cayó en cinco ocasiones, en algún caso sobre algún bañista, por lo que el gobierno debe exigir a la empresa que asegure los cierres perimetrales para que estos no caigan sobre la zona de baño cuando se levanta un poco de viento. De no ser así, cualquier día puede ocurrir una desgracia”, avisa.

La zona más próxima a Carril.

La zona más próxima a Carril. / Iñaki Abella

Desde un principio se dijo que las obras se llevarían a cabo en la parte seca de la playa, es decir, entre la zona de baño y el paseo marítimo. Pero en el tramo más próximo a Carril los trabajos invaden la zona de baño, según denuncia el concejal de la oposición.

Tanto él como otras fuerzas políticas de la corporación solicitaron hace dos semanas una visita a la obra con los técnicos encargados de la misma, pero por el momento no han obtenido respuesta alguna.

Maquinaria en la arena de A Concha.

Maquinaria en la arena de A Concha. / Iñaki Abella

Una consecuencia de que toda la playa esté vallada son los problemas de accesibilidad. No hay pasarelas de madera, y las de tierra que están habilitadas entre las vallas metálicas son cuatro a lo largo de todo el arenal. Sus dimensiones no permitirían el acceso de una ambulancia en caso de emergencia. No obstante en este sentido hay que recordar que el arenal cuenta con servicio de socorrismo para una primera atención.

Desde Esquerda Unida critican que esta importante obra dotada con medio millón de euros de dinero público se esté ejecutando “de forma chapucera e insegura”, ofreciendo “un aspecto calamitoso” de la principal playa de Vilagarcía. Fajardo pide explicaciones al concejal de Turismo, Álvaro Carou, y, sobre todo, que resuelva el problema.

El alcalde espera "con persistencia" también regenerar O Preguntoiro y O Campanario

Preguntado por la playa de Vilaxoán, que está pendiente de mejora y este año se queda sin socorristas, el alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela, recordó la gran insistencia de su gobierno ante Costas para conseguir tanto la reforma del paseo marítimo como la regeneración de A Concha-Compostela. “Nos costó mucho trabajo pero con persistencia se consiguen las cosas y vamos a seguir trabajando para lograr la regeneración de O Campanario y de O Preguntoiro, que se acabarán haciendo como en el caso de A Concha”, dijo optimista, aunque consciente de los tiempos que maneja Costas.

En cuanto al servicio de socorrismo, reiteró que el Concello priorizó las playas con bandera azul porque es un requisito de la Adeac y pidió “un poco de seriedad” al PP al hablar de cursos de formación. “Vilagarcía fue de los pocos concellos de Galicia que centraron sus talleres de empleo en socorrismo”, defendió Varela.

Achaca la falta de socorristas a que los cursos continúan siendo caros para trabajar dos meses al año como ocurre en la comunidad gallega, cuando en otras zonas de España “hay doce meses de sol”, por tanto trabajan mucho más tiempo y la inversión en formación les resulta mucho más rentable.

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