El folclore de Lusco e Fusco y de la agrupación Penaguda deleitan al exigente público de Dena

El Encontro reunió a un centenar de músicos que interpretaron muiñeiras, alboradas y música folclórica gallega

Un momento de la actuación de Penaguda.   | // T.H.

Un momento de la actuación de Penaguda. | // T.H.

Tino Hermida

De manos de la asociación cultural Penaguda, la parroquia meañesa de Dena volvió a congregar al público este fin de semana en torno a su “XXI Encontro de Baile e Música Tradicional Galega”. Un público que, lejos de aglomeraciones, se mantiene fiel a de este evento, y que año tras año se cita con él a inicios de verano. El lugar, la pista polideportiva al aire libre de Coirón, con las viejas gradas del otrora pabellón municipal de deportes, y que tiene su tiempo contado, pendiente de una obra municipal para transformar este espacio en un lugar más polivalente.

El Encontro contaba en esta edición con dos formaciones parejas en el tiempo: el Grupo de Baile e Gaitas Lusco e Fusco de A Garda, y los anfitriones de Penaguda. Ambas agrupaciones se habían gestado a mediados de los años 80. La guardesa remonta su creación a 1985 y aúna hoy a 40 integrantes, entre danzarines y músicos. Un año antes, 1984, lo hacía la Cultural Penaguda de Dena que, justo 40 años después, se mantiene incólume gozando de buena salud con cerca de medio centenar de practicantes.

Cánticos tradicionales

Prueba del buen momento es que Penaguda consolida su grupo de pandereteiras e cantareiras que aúna en su segundo año a un total de 15 alumnos, formado por la profesora María Vidal Solla.

En el Encontro, por otros compromisos el grupo se vio reducido a media docena, pero hicieron las delicias cantando una jota, (acompañando un baile), una muiñeira y un pasodoble.

El relevo

Y otro gesto era la cantera, con presencia de tres jovencísimos gaiteiros que se estrenaban ante el público: dos hermanas, Yasmín (con 8 años) y Noha y El Kemakh Harcha, de origen marroquí pero nacidas en Dena que se empapan de la música tradicional gallega; y el tercero, un Juan Diego Vázquez Rodríguez quien a sus 11 años, la gaita le viene de cuna, no en vano su padre Juan Carlos Vázquez es gaiteiro mayor de toda una vida en Penaguda, y durante décadas ha sido presidente de la entidad. Una cantera, donde también el grupo de cantareiras benjamines, se estrenaba interpretando la “Ribeirada de Pigarzos”.

Aprender las técnicas

Roberto Sotelo, profesor de gaita en Penaguda -y de diversas escuelas de O Morrazo-, reconoce que “los benjamines llevan solo un año con la gaita”. “Lo primero al iniciarse -añade- es aprender a llenar el fol, lo que se hace con mucha práctica para hacer crecer la capacidad pulmonar, es algo que se aprende con técnica, y estos tres -por su benjamines- lo llevan con muchísima ilusión”.

Antonio Prieto, presidente y gaiteiro del colectivo, se congratula con la mejora del grupo de danzarines: “En Dena -afirma- está calando mucho el grupo de adultos, que aparecía el curso pasado y que cada vez se hace más numeroso, y ofrece ya un baile mucho más trabajado, donde la calidad empieza a tomar color y eso nos enorgullece”. Penaguda se convierte así en una agrupación cada vez más intergeneracional, y donde no importa la edad para engancharse el mundillo.

Repertorio

En su actuación, Penaguda, acompañando a sus danzarines, interpretaba, entre otras piezas la “Muiñeira da Fonsagrada”, la “Alborada Anterga de Ourense”, la “Muiñeira de Ameixenda de Cee”, la “Xota de Boimorto”, la “Muiñeira de Asperelo-Rodeiro”, la “Xota de Xosé” y el “Pasodoble do Trintas”. Añadido, el grupo se soltó en dos piezas con formato charanga, incorporando saxo soprano y bombo con platillo a la formación. Tras el Encontro, ocasión para los participantes disfrutar de un ágape en el exterior.

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