Clínic de Baloncesto del CIFP Fontecarmoa | Israel González Entrenador del Alba Berlín

"La experiencia que tenemos con los entrenadores que llegan a Berlín desde Vilagarcía es muy positiva"

El entrenador cántabro del Alba Berlín, equipo de Euroliga, ofrece su manera de ver el baloncesto en el Clínic organizado por el CIFP Fontecarmoa

Israel González durante una de las formaciones impartidas en Fontecarmoa.

Israel González durante una de las formaciones impartidas en Fontecarmoa. / Iñaki Abella

Israel González es el entrenador cabeza de cartel de una nueva edición del Clínic de baloncesto organizado por el CIFP Fontecarmoa. Su excelente trayectoria como formador le ha llevado a ocupar el banquillo del Alba Berlín, club tres veces campeón de Alemania desde su llegada de la mano de Aíto García Reneses, técnico del que ha recogido el testigo en el banquillo de uno de los 18 clubes que compiten en Euroliga, la máxima competición continental.

- Una de las curiosidades en su caso es que procede de una familia de destacada trayectoria futbolística.

- Sí, soy de Torrelavega y mi abuelo jugó en el Racing de Santander, en el Atlético Aviación, actual Atlético de Madrid, y jugó el primer partido de fútbol con luz artificial que se jugó en España. Mi padre siguió sus pasos y, con 19 años, tuvo ofertas del Real Madrid, Sevilla y muchos equipos. Cuando ya había fichado por el Madrid tuvo una grave lesión de rodilla y nunca más volvió a jugar al fútbol.

- ¿Con esos precedentes como llegó el baloncesto a su vida?

- Yo jugué al fútbol, pero siempre me gustó el baloncesto. Torrelavega siempre fue el lugar de baloncesto en Cantabria. Mi padre solo me decía que hiciera deporte y mi primer contacto de verdad con el baloncesto fue cuando Mikel Rojo, un jugador de Segunda División, hizo 10 triples en un partido batiendo el récord que había. Entonces me fui a ver el partido siguiente que metió 8. A partir de ahí iba a todos los partidos.

- ¿Qué encontró en el baloncesto que tanto le atrajo?

- A mí también me gusta mucho el ajedrez y jugar a un deporte tan táctico y estratégico como el baloncesto me llamaba mucho la atención. Antes que jugador siempre pensé que iba a ser entrenador. Como jugador hubiera podido jugar en Liga EBA, pero cuando tuve la oportunidad me fui a estudiar a Gran Canaria. Como jugador era disciplinado, pero no tenía talento.

El entrenador cántabro defiende la metodología de entrenamiento basada en la toma de decisiones del jugador en la cancha.

El entrenador cántabro defiende la metodología de entrenamiento basada en la toma de decisiones del jugador en la cancha. / Iñaki Abella

- ¿Cuándo se produjo el primer contacto con la pizarra y los banquillos?

- Ya cuando era juvenil en Cantabria creé un equipo en el colegio cerca de mi casa. Allí me fui con camisetas y revistas de Gigantes y empezamos a entrenar. El primer año solo pudimos jugar un torneo escolar a final de temporada. No jugamos liga federada ese año y nos tiramos muchos meses solo entrenando. Lo bueno es que conseguí que seis chicos del principio pasásemos en ese primer año a 40 niños y sin jugar partidos los fines de semana. Ya cuando me fui a Las Palmas me metí en el Club Salesianos que era muy famoso por la buena formación de sus entrenadores. Habían sido subcampeones de España con una generación muy bajita y, la verdad, me encontré con una escuela de entrenadores muy importante y mis bases de baloncesto las empecé allí.

- ¿Cómo se le abrieron las puertas al profesionalismo?

- Yo soy licenciado en INEF, así se llamaba entonces, y mi plan de vida era trabajar por las mañanas en un colegio y poder entrenar por las tardes a chavales o lo que fuera. Luego estuve varios años de preparador físico del Cantabria Lobos y hacía mis pinitos de entrenador ayudante. El año que llegó Pablo Laso al club pidió a alguien que le hiciera los vídeos del postpartido. El ayudante que había dijo que era muy complicado y yo me ofrecí voluntario a echar una mano. Le gustó tanto a Pablo que al año siguiente me pidió ser su segundo entrenador y ya no podía compatibilizar el estar en el baloncesto y en el colegio. Pablo fue el que me obliga a profesionalizarme al 100%. Dejé el colegio y la verdad es que disfruté muchísimo del baloncesto con él.

El CIFP Fontecarmoa ha vuelto a traer a Vilagarcía a uno de los entrenadores de élite europea.

El CIFP Fontecarmoa ha vuelto a traer a Vilagarcía a uno de los entrenadores de élite europea. / Iñaki Abella

- ¿Y cómo siguió ese viajazo hacia el banquillo de un equipo de Euroliga?

- Al año siguiente se fue Pablo Laso, vino Mateo Rubio y sale un año muy malo. En Navidad lo cortan como entrenador. Íbamos últimos y me ponen a mí con la promesa de que si salvamos la temporada firmaría un contrato de primer entrenador. Llega la crisis, no hay dinero y el club desaparece. Se enteran en Gran Canaria que no tengo trabajo y me llaman para un año para llevar dos equipos de cantera y como entrenador de técnica individual de jugadores con proyección profesional. Al año siguiente, Salva Maldonado deja el primer equipo y llega Pedro Martínez y aparece una vacante de ayudante en el cuerpo técnico y entro yo. Luego fueron en Gran Canaria 5 años con Pedro, 2 con Aíto García Reneses y 1 con Luis Casimiro. En total estoy nueve años en Gran Canaria.

- Y después llega el proyecto Alba Berlín y usted, junto a un equipo de trabajo de técnicos españoles encabezado por Aíto, se convierten en embajadores de nuestro baloncesto en Alemania.

- Pues un poco sí. Con la figura de Aíto, que es referente en toda Europa, se empieza a hablar del estilo español, que en realidad es el estilo de Aíto, pero la verdad es que hay tantos entrenadores españoles que han aprendido de su manera de hacer baloncesto, se podría decir que se creó una escuela que implantamos en Berlín. Al principio fue un poco chocante porque allí vienen de una cultura de entrenadores universitarios americanos o entrenadores balcánicos que son sistemas más cerrados donde predomina la pizarra. Nosotros somos más de lectura del juego y de toma de decisiones en función de lo que sucede en la cancha. Cuesta al principio que los jugadores se adapten, pero una vez lo hicieron todo fue rodado y fuimos mejorando cada año.

El técnico se mostró muy cercano con los entrenadores asistentes en la difusión de su filosofía de trabajo.

El técnico se mostró muy cercano con los entrenadores asistentes en la difusión de su filosofía de trabajo. / Iñaki Abella

- El Alba Berlín se ha asentado en la élite alemana y europea.

- Hemos sido tres veces campeones de Alemania, pero se nos fichó para volver a ser competitivos y para desarrollar el proyecto de cantera. Antes de nuestra llegada ningún jugador de cantera había llegado al primer equipo. Es cierto que es una cantera nueva, de solo 15 años. Poco a poco hemos sacado jugadores como Schneider, Delow, Mattisseck, los hermanos Wagner… Ese ha sido nuestro camino de crecimiento, porque económicamente somos lo que éramos cuando llegamos. Uno de nuestros éxitos es poder competir contra el Bayern de Munich que tiene el soporte del fútbol y que este año nos triplicaba en presupuesto. Haciendo las cosas diferentes y sin tanto dinero estamos a un alto nivel y en el club están encantados. El éxito no siempre es solo ganar.

- Se ha creado la imagen del Alba Berlín como un club formador de grandes talentos con resultados más que evidentes.

- Sí, pero también es cierto que estar en Euroliga sin mucho dinero nos lleva a apostar por jugadores que igual no ficharíamos porque no llegamos a ellos, pero sí que vienen al Alba Berlín porque son jóvenes y quieren dar el siguiente salto en su carrera y ven al Alba como un trampolín por nuestra forma de enseñar a jugar a baloncesto.

González durante una de sus charlas en Fontecarmoa.

González durante una de sus charlas en Fontecarmoa. / Iñaki Abella

- ¿Qué le parece que el ciclo de técnicos en baloncesto del CIFP Fontecarmoa ofrezca la posibilidad a sus alumnos de formarse en clubes como el propio Alba Berlín o el Panathinaikos gracias al proyecto Erasmus?

- La verdad es que es impresionante. Yo no conocía este tipo de programas y me parece alucinante poder hacer Erasmus para aprender baloncesto y, además, pudiendo ir a convivir con equipos de Euroliga que son la élite del baloncesto europeo. Además, la experiencia que tenemos con los entrenadores que llegan a Berlín desde Vilagarcía es muy positiva y nosotros también estamos encantados con esta experiencia.

- El Clínic es otro de los puntos fuertes del idilio de Vilagarcía con el baloncesto. Por aquí, como en su caso, siguen pasando los mejores entrenadores de España y Europa.

- Básicamente no dudé en venir por dos motivos. Primero porque cuando hemos jugado aquí el Torneo EncestaRías nos hemos sentido muy a gusto. Hemos visto que una asociación humilde lo hacía todo con mucho cariño y mucha dedicación. Nos han tratado muy bien y creo que hemos mantenido esta relación con el programa de Erasmus. Es bueno que cuando hay gente que hace cosas tan buenas por el baloncesto se eche una mano y aportar nuestro granito de arena. Y, segundo, he venido por todo lo bueno que me han hablado otros entrenadores que han pasado por el Clínic.

- ¿Qué cuota tiene la aportación del baloncesto español tras todos estos años allí en el hecho de que Alemania sea la vigente campeona del mundo?

- La clave de un éxito tan grande es el entrenador Gordon Herbert que lo ha hecho muy bien con un grupo de varios años de trabajo. Lo que sí creo es que un poquito sí hemos influido en la mejora de algunos jugadores de esa selección, en la mejora en la comprensión del juego y ahí Aíto García Reneses tiene un pequeñito porcentaje de la mejora del baloncesto alemán.