El río Ulla no se libra de la basura marina
Los residuos generados por el ser humano también afectan al cauce fluvial
Una de las zonas del río Ulla afectadas por la basura. / FdV
De un tiempo a esta parte se habla, y mucho, de la proliferación de basura marina en la costa gallega, dado que cada vez parece más evidente la contaminación que padece el océano Atlántico y que, en consecuencia, afecta a las aguas de la ría de Arousa.
Baste como ejemplo decir que en los años 2021, 2022 y 2023 los voluntarios convocados por la Obra Social de Abanca (Afundación), a través de su proyecto medioambiental Plancton, consiguieron retirar de aguas arousanas casi 33 toneladas de residuos, mayormente restos de viejos útiles de peca y marisqueo, además de recipientes plásticos y metálicos, vidrios y neumáticos.
Un millar de voluntarios
lugares como Areoso,puerto de Cambados.
Así adecentan los mariscadores sus bancos productivos y el entorno de la isla de A Toxa. / Iñaki Abella
Pero la amenaza de la basura no se ciñe a las aguas marítimas, sino que afecta también a las continentales, siendo especialmente evidente en ríos tan caudalosos como el Ulla.
La fuerza de la corriente en el cauce fluvial y la acción de las mareas arrastran y depositan sobre la orilla ingentes cantidades de residuos que pueden observarse cada vez con más facilidad.
Desde Catoira a Cortegada
Especialmente notable resulta la acumulación de esos restos en el cauce bajo del Ulla y su desembocadura, más concretamente en el tramo comprendido entre las catoirenses Torres de Oeste y la isla vilagarciana de Cortegada.
Manuel Méndez
Baste como ejemplo el aspecto que presenta la costa fluvial del Concello de Catoira, donde pueden encontrarse todo tipo de envases de plástico, botes de metal y elementos similares.
Una de las zonas más castigadas es la situada en el entorno del viejo molino de mareas, la playa fluvial y la piscina de la localidad vikinga, donde en el pasado también se registraron importantes vertidos industriales.
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