El pósito vilanovés activa la opción de un ERE a sus trabajadores ante la falta de ingresos

El cese de actividad ha reducido a la mínima expresión la facturación de la lonja | Esta se mantiene abierta tan solo por las ventas de nécora, camarón y recursos específicos

Mariscadoras de Vilanova de Arousa trabajando en O Esteiro.

Mariscadoras de Vilanova de Arousa trabajando en O Esteiro. / Iñaki Abella

A. G.

Casi sin actividad en la lonja y sin ingresos a causa del cese de actividad provocado por la gran mortandad del marisco en la ría de Arousa, la Cofradía de Vilanova se ha visto obligada a activar los resortes que la encaminan hacia un Expediente de Regulación de Emprego (ERE) al no poder hacer frente a los salarios de sus trabajadores. Esa decisión se ha trasladado a los trabajadores y ya se han registrado los primeros acercamientos para ir perfilando como se va a llevar a cabo. La intención ya era que comenzase su aplicación en el mes de enero, pero por diferentes motivos, no pudo activarse en ese momento y se espera que pueda entrar en vigor a partir de febrero y se extenderá mientras dure el cese de actividad en el marisqueo.

Aunque afecta a los ingresos de todas las cofradías, el cese de actividad causa mayor impacto en un pósito como el de Vilanova, donde su principal ingreso es la actividad marisquera. De hecho, la Cofradía no ha cerrado sus puertas porque hay unas pocas embarcaciones que se dedican a la captura de camarón, nécora o recursos específicos como la navaja, productos que todavía siguen pasando por la lonja vilanovesa, aunque en unas cantidades mínimas.

Son tan solo un puñado de embarcaciones y nos resulta imposible mantener a todos los trabajadores porque los ingresos son mínimos”. Así se explica el patrón mayor del pósito, Rosalino Díaz, al reconocer que serán la primera cofradía a la que no le va a quedar otra opción que tomar esta decisión pero, muy probablemente, no serán la única. Los contactos con los trabajadores ya se han iniciado y, en los próximos días, se pretende presentar un documento en el que figuren los turnos de trabajo y de qué forma le va a afectar en el salario.

Díaz reconoce que tomar una decisión como esta “no es nada fácil, porque estamos mandando a padres de familia para su casa, todo porque no existen ayudas para los pósitos para hacer frente a este tipo de situaciones”. Antes de que se tomase la decisión del cese de actividad, de las 80 embarcaciones de marisqueo adscritas al pósito vilanovés, tan solo acudían unas 20 o 25 a trabajar a diario ante el estado en que se encuentra la ría. “Con estas cifras, una cofradía como la de Vilanova no se sustenta”, explica Díaz.

Mariscadoras

Además del cese de actividad del marisqueo a flote, la Cofradía de Vilanova también ha solicitado esta figura para las mariscadoras a pie. El pósito cuenta con 220 mariscadoras aproximadamente que han comenzado a tramitar este cese aunque Díaz ya advierte de que “hay gente que se va a quedar fuera por tener otro trabajo; es algo que nos fastidia mucho porque esta gente, al no dar el mar para vivir, no le queda otra que recurrir a otro trabajo para sobrevivir por eso consideramos que el cese de actividad debería incluir a todas las mariscadoras”. El motivo para solicitar el paro se encuentra en la elevada mortandad que se ha registrado en las playas, achacada, en principio, a un incremento de agua dulce, lo que hace imposible que las mujeres puedan ir a la “seca”.

Otra cuestión es cuando van a poder cobrar las ayudas tanto el marisqueo a flote como el de a pie. Díaz insiste en que “esperemos que no ocurra como el año pasado, en el que se tardó mucho en cobrar, porque la gente del mar vive al día, y la ausencia de ingresos está provocando situaciones muy críticas, sobre todo en familias en las que sus integrantes trabajan todos en el marisqueo”. El propio pósito está analizando la posibilidad de negociar con alguna entidad bancaria el adelanto del dinero ante la demora que se está registrando en estos momentos.

El patrón mayor de Vilanova también lanza una reflexión hacia las administraciones con competencias en la materia, señalando que “las ayudas que recibimos están muy bien para afrontar la situación en la que nos encontramos, pero el problema es que, cuando volvamos a trabajar, nos vamos a encontrar con la misma situación o peor”. Mantiene que un sector como el marisquero “no puede vivir de la caridad de las subvenciones, lo que queremos es trabajar, que se busquen fórmulas para regenerar los bancos marisqueros y que desde las administraciones se tomen cartas en el asunto ya, porque nos vamos a encontrar con lo mismo una y otra vez si no se hace”. Díaz también advierte de que no solo el marisqueo lo va a pasar mal, sino también otros sectores que dependen de su actividad, “desde transportistas a talleres o comercializadoras entre otros; o la administración busca la fórmula de volver a hacer rentable el marisqueo o el golpe nos va a salpicar a todos”.

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