Media hora para comer y 40 minutos de bus para los niños de Vilagarcía del IES Carril

Los padres reclaman a Educación una modificación de horarios lectivos o que se mantengan dos líneas | El pabellón vuelve a presentar deficiencias en el parqué

Fachada del insituto de Carril, en Vilagarcía de Arousa.

Fachada del insituto de Carril, en Vilagarcía de Arousa. / Noé Parga

A. G.

La comunidad escolar del IES Carril, en Vilagarcía de Arousa, lleva desde el inicio del curso molesta con la jefatura provincial de Educación. El motivo, lo que están viviendo más de una decena de niños de los cursos iniciales de ESO que, tras ser obligados a seguir con su formación escolar en Carril por no haber plazas en institutos más cercanos, tienen que soportar 40 minutos de autobús y media hora para comer cada uno de los días que tienen clase por la tarde.

La mayor parte de estos niños son de zonas como A Torre o a Escardia, que ya fueron avisados para su matriculación en el último día para ello. El autobús en el que se suben hace escalas en A Torre, A Escardia y otras tres en Guillán antes de ir hacia Carril. Sin embargo, los martes por la tarde, además de esas paradas, se le añaden paradas en Caldihuela, San Xosé y As Pías, lo que les reduce el tiempo para llegar a su casa. Los padres explican que esas jornadas el colegio “acaba a las 14.35, llegan a casa entre las 15.10 y a las 15.45 deben estar en la parada otra vez, algo que resulta prácticamente inviable para muchas familias” y que podría solucionarse manteniendo las dos líneas de la mañana o eliminando las clases por las tardes. Esta situación obliga a muchos padres a comer todo los martes en Carril con sus hijos.

Los padres han comunicado esta situación a la Consellería de Educación, pero esta ha echado balones fuera y carga con la responsabilidad a Infraestruturas al tratarse de transporte integrado por lo que no encuentran ningún tipo de solución.

El transporte no es el único problema que existe en el IES de Carril. El centro lleva muchos años reclamando un ascensor para que los jóvenes con movilidad reducida puedan moverse por el centro. “La única solución que nos dan es que, por falta de espacio, solo se puede hacer desde fuera, pero siguen sin hacerlo a pesar de que nosotros estamos de acuerdo porque la ley dice que todos los centros deben contar con este servicio”, explican los padres. Es más, se les llegó a decir que existe una rampa para acceder al interior del edificio, “pero una vez dentro no hay forma de que una persona con movilidad reducida pueda acceder al piso superior si no es con ayuda”. Además, hay aulas específicas en diferentes pisos que obligan a subir y bajar escaleras a los alumnos.

El pabellón grande es otra de las reivindicaciones de la comunidad escolar. Hace dos años, se renovó el suelo después de que un joven se clavase una astilla en un muslo. Dos años después, las tablas se están levantando otra vez y están sueltas. Desde la dirección se reclamó en varias ocasiones a la jefatura territorial, remitiéndoles esta a la empresa que lo instaló. El parqué ya ha superado el período de garantía y se puede atornillar, pero la jefatura insiste en que debe ser el instituto quien lo pague.

Por último, el pabellón pequeño del IES Carril también estaba previsto que se acabase convirtiendo en un salón de actos, del que carece el centro. Sin embargo, varios ciclos de otros institutos usan esas dependencias para hacer sus prácticas, lo que impide que el centro vilagarciano pueda disponer de un servicio muy necesario para ellos.

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