Desde Meis a todo el mundo con solo una antena

El radioaficionado de Meis, Rodrigo Vázquez Parada, y su hijo, Ero.

El radioaficionado de Meis, Rodrigo Vázquez Parada, y su hijo, Ero. / Noé Parga

Andrés Vázquez

Para sus amigos de Holanda, Alemania o Italia, con los que contacta a través de las ondas de radio que le proporciona su estación, el meisino Rodrigo Vázquez Parada no se llama por su nombre, sino EA1IDL. Esa es la identificación que utiliza como radioaficionado.

Gracias a esta actividad, este miembro de la Asociación de Radioaficionados de Padrón y de la Unión de Radioaficionados Españoles, tiene muchos e importantes amigos a lo largo y ancho del planeta, allá donde llegan las ondas de la estación que posee en su casa.

Esa combinación alfanumérica, a priori tan extraña, no es más que su DNI. “La ‘E’, es por España, la ‘A’ es por mi tipo de licencia y el número 1 es por la zona de España a la que pertenezco, existiendo actualmente 9 zonas”, argumenta.

Con una persona de Tel Aviv, en Oriente Medio

Su relación con la radio tiene ya años. Es todo un apasionado, conoce los aparatos como si los hubiera construido él. “Con uno tan simple como una antena de radio soy capaz de contactar con todo el mundo”, explica Vázquez, que recientemente ha logrado hablar con una persona de Tel Aviv, en Oriente Medio.

La utilidad de las conexiones entre radioaficionados es de lo más variada: los hay que buscan charlar, simplemente contactar lejos o cosas tan comunes como aprender inglés. “Conozco gente que solo llama a EE UU porque quiere aprender el idioma”, relata.

El radioaficionado tiene instalada su estación en el hórreo de la finca.

El radioaficionado tiene instalada su estación en el hórreo de la finca. / Noé Parga

Desde Moraña con Alaska

“Un amigo, que estaba llamando desde Moraña, contactó con Alaska y allí le respondió el bisnieto de un gallego, de Lugo”, comenta el radioaficionado.

Es fácil hacer amigos a través de la radio, y buena prueba de ello son casos como este. Aunque lo realmente llamativo son las conexiones que se efectúan con Australia, justo al otro lado del globo.

No hace mucho entabló amistad con un holandés, que acabó incluso enviándole fotos de sus nietos, para que los conociese y les pudiese poner cara. Todo a través de sus emisoras de radio.

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“Con un aparato tan simple, a primera vista, como este, puedes llegar a todo el mundo, gracias a las ondas que rebotan en la ionosfera y, en línea recta, van rebotando hasta que se encuentran con alguien”, explica Rodrigo Vázquez.

“Mi hijo, sin ir más lejos, es todo un experto y tan solo tiene siete años”, añade.

Es miembro de una asociación, la de Padrón, que se encarga de dar charlas a niños en las escuelas, para que conozcan el mundo de la radio.

No hace mucho, Vázquez tuvo en el hórreo de su casa, donde tiene instalado su equipo, a un grupo de niños interesados en aprender su afición.

“Con esto aprenden física, al conocer el funcionamiento de las ondas de radio, pero también geografía, pues llaman a lugares muy remotos y quieren saber dónde están”.

Aunque lo que más valora Vázquez son las historias que la gente, aún sin ponerle cara, comparte con él. “Se puede aprender mucho simplemente escuchando”, sentencia.

Enviar imágenes por las ondas, también desde el espacio

Porque sí, se pueden enviar imágenes por las ondas. “Esto es como internet, nosotros podemos hacer de todo, también mandar imágenes y vídeos”, expone Vázquez.

A quien, según dice, les encanta enviar fotografías, es a los astronautas de la Estación Espacial Internacional, que “llevan un equipo completo, con todo lo que necesita un radioaficionado y, desde ahí arriba, contactan con la Tierra”.

Un diploma de la Estación Espacial Internacinal

“Si alguien consigue contactar con la Estación Espacial Internacional le envían un diploma especial”, cuenta Vázquez. Es algo habitual en este mundillo, pues también otorgan diplomas por ponerse en contacto con muchos países, con muchas islas o “con Corea del Norte, que está cerrado herméticamente y es un logro conectar con ellos”.

Lo cierto es que, durante la pandemia, Rodrigo Vázquez consiguió ponerse en contacto con múltiples países del mundo y fue capaz de conocer, antes que muchos medios de comunicación, la realidad en lugares como las regiones del norte de Italia, tan golpeadas en la primera ola del COVID, o la India, que tanto está sufriendo la pandemia actualmente.

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