Entre guerras

El conflicto entre Israel y Hamás sobrepasa ya los 20 mil muertos y desplaza el protagonismo de la contienda entre Rusia y Ucrania

El ejército israelí, en uno de los bombardeos previos a la invasión de Gaza.  / FDV

El ejército israelí, en uno de los bombardeos previos a la invasión de Gaza. / FDV / JOSÉ RICO/SALVADOR RODRÍGUEZ

José Rico / Salvador Rodríguez

El día 7 de octubre , la milicia palestina Hamás lanza un ataque sorpresa sin precedentes contra Israel: miembros de la organización terrorista asaltan localidades israelís cercanas a la Franja de Gaza, asesinando y secuestrando de forma cruel e indiscriminada. 

Se temía (y preveía) una contundente respuesta de Israel que, efectivamente, no tardó en llegar.Fuerzas el ejército israelí iniciaron de manera inmediata el bombardeo masivo de Gaza y una posterior operación terrestre para arrebatarle a Hamás el control de la Franja.

Tras una semana de tregua que permitió la liberación de 105 rehenes secuestrados por Hamás, entre ellos 80 israelíes, canjeados por 240 presos palestinos en cárceles de Israel, la ofensiva israelí volvió a ponerse en marcha rebasando, como lo había hecho hasta entonces, todo los límites humanitarios consentidos.

Dos meses y medio después del estallido de la guerra, el número total de muertos en Gaza, Israel y Cisjordania sobrepasa ya los 20.000 -entre ellos alrededor de 8.000 niños palestinos-, a lo que hay que añadir casi 60.000 heridos.

El Primer Ministro isralí, Benjamin Netanyahu, lo tiene claro: “la guerra va a a ser larga”. Es decir, exactamente lo mismo que todos los expertos han pronosticado del conflicto entre Rusia y Ucrania, que se ha enquistado hasta extremos insospechados.

Mientras, de una parte, Vladimir Putin no está dispuesto a retirar sus tropas del suelo ucraniano en tanto en cuanto no se consigan sus objetivos (la anexión parcial de parte del territorio de Ucrania), del otro lado, los aliados de Ucrania, Estados Unidos y las potencias occidentales, se plantean si es pertinente continuar apoyando a un Zelenski que semeja no conformarse únicamente con la expulsión de los rusos.