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Una enfermedad silente

Santiago Vázquez, Jefe de Aparato Digestvo de Povisa, advierte sobre el peligro de cronificación de este tipo de hepatitis provocada por un virus "que no tiene nada que ver con el VIH (sida)"

En torno a 55.000 gallegos padecen hepatitis C y en 300 de ellos la enfermedad ha evolucionado hacia una fase irreversible de su último estadio, la cirrosis que, a su vez, también es susceptible de progresar hacia el cáncer de hígado. Objeto de la polémica en las últimas semanas por el extremadamente caro acceso al "Sovaldi" (un nuevo medicamento que garantiza un alto grado de curación),el doctor Santiago Vázquez, jefe del departamento de Aparato Digestivo de Povisa, nos guía por los entresijos de esta enfermedad cuyo virus causante fue identificado en la década de los 80 del siglo pasado.

>> EL ENEMIGO. Aunque postulada a finales de los 70, hasta 1989 a esta enfermedad se la denominaba Hepatitis No A No B. Se desconocían sus causas. La detección del virus, denominado desde entonces VHC, puso en marcha la investigación de fármacos que lo combatiesen. De todos ellos, el más efectivo fue el Interferón, que garantizaba (y garantiza) una tasa de curación en torno al 50%/60% de los casos, "entendiendo por curación -aclara Santiago Vázquez- la eliminación del virus, es decir, una recuperación parcial del paciente que, no obstante, debe seguir siendo sometido a vigilancia médica".

>> VHC NO ES VIH.La época en que se descubrió el virus causante, y el hecho de que uno de los grupos de riesgo para contraerla fuesen los drogadictos, ha hecho creer a algunas personas que esta enfermedad puede estar directamente relacionada con el consumo de drogas por vía parenteral, como el sida. Pero eso debe matizarse. "Hay que desvincular la Hepatitis C del sida. Son dos virus diferentes -afirma Vázquez-. El VHC sólo se parece al VIH (virus del sida) en que ambos se pueden transmitir por vía sanguínea y en que existen algunos pacientes que han desarrollado los dos. Eso es todo. Un tercio de los enfermos de hepatitis C no han tenido nunca absolutamente nada que ver con la droga. Además, el VHC no se contagia por vía sexual". Los otros grupos de riesgo provienen de transfusiones sanguíneas (sobre todo, realizadas antes de 1992) y el uso y/o contacto con instrumentación médico/quirúrgica.

>> DIAGNÓSTICO. La hepatitis C no se diganostica mediante un análisis clínico general de los que habitualmente encarga un médico de cabecera, sin embargo suele ser a partir de los resultados de esos análisis cuando empieza el historial de casi todos los pacientes. Esos primeros análisis lo que sí descubren son las irregularidades en el hígado, patentes a través de las desmesuradamente altas tasas de transaminasas o bilirrubina. Con esos datos, si el médico considera que su paciente corre el riesgo de tener virus VHC, lo que hace es encargar un análisis específico para la detección de dicho virus. Una vez localizado el "enemigo", se procede a evaluar el grado de afectación del hígado, lo cual se efectúa, además de con análisis clínicos, con ecografías abdominales y, ultimamente, con una técnica denominada elastografía, con la cual se evalúa el grado de fibrosis o, lo que es lo mismo, el nivel de desestructuración de la arquitectura del hígado causada por una inflamación prolongada, en la mayoría de los casos, durante varios años. La elastografía, realizada con un aparato llamado comercialmente fibroscam, ha sustituido a la biopsia, es mucho más sencilla y nada dolorosa.

>> SILENTE Y CON TENDENCIA A LA CRONIFICACIÓN. Aunque el cuadro "oficial" de síntomas de la hepatitis C sea prácticamente el mismo que los de las A y B, en los enfermos de VHC no se manifiestan con tanta "estridencia", son más silentes. "El síntoma más usual en su fase iniciática -explica el doctor Vázquez- es el cansancio, lo que en términos médicos denominamos atasia". Solo en un 15%/20% de los casos la hepatitis C puede ser aguda; en la inmensa mayoría tiende a la cronificación. En ello influyen varios factores y entre ellos radica precisamente el hecho antes mencionado, es decir, que se manifieste en síntomas silentes, lo cual deriva en que, cuando el paciente acude al médico, la enfermedad ya ha entrado en su fase crónica.

>> EVITAR LA CIRROSIS. La primera batalla que emprende el médico ante un paciente con hepatisis C es evitar que la enfermedad progrese hacia la cirrosis, que es su siguiente fase. A la cirrosis se llega por aumento progresivo del grado de fibrosis del hígado que antes mencionábamos, y en ello inciden factores como el consumo de alcohol, la presencia de otros virus (como el VIH) y la obsesidad (síndrome metabólico). "La cirrosis puede tardar en manifestarse incluso hasta veinte años después de que el paciente hubiese contraído hepatitis C". En el caso de que el enfermo ya padezca cirrosis, o no haya sido posible eliminar el virus en su fase anterior, la lucha de los médicos se centrará en "disminuir el riesgo de descompensaciones hepáticas y de cáncer de hígado".

>> EL INTERFERÓN. Fue el medicamento pionero en el tratamiento de hepatitis C y ha sido considerado el más efectivo hasta hace tan solo unos meses, sobre todo en su variante de Interferon Pegilado (que permite una inyección por semana en lugar de las 3 del Interferón propiamente dicho) Este fármaco, en combinación con otros, se prescribía (y prescribe) a pacientes con un grado de fibrosis de moderada a severa y, normalmente, no así a los que presentan fibrosis leve. La principal razón de esta distinción estriba en que es un tratamiento muy largo, con muchos efectos adversos y mala tolerancia.

>> EL "SOVALDI". "Sovaldi" es el nombre comercial del que, a día de hoy, es el medicamento más efectivo para la curación de la hepatitis C. Sus ventajas con respecto al Inteferon son manifiestas: el tratamiento es mucho más corto, sirve para los cuatro genotipos de la hepatitis C, es menos agresivo, más tolerable y muestra una mayor probabilidad de curación (se han llegado a manejar cifras del 90% de los casos, aunque esto no está del todo verificado). Santiago Vázquez quiere incidir en el hecho de que el "Sovaldi", por sí solo, no acaba con el virus VHC ni acaba con la hepatisis ni con la cirrosis, sino que su aplicación debe ir asociada a la de otros dos medicamentos, lo que se denomina "triple terapia". Existe actualmente en el mercado otro medicamento curativo, el Simeprevir (comercialmente denominado Olisio) pero, a diferencia del "Sovaldi" ,sólo es efectivo ante dos de los genotipos de VHC, el 1 y el 4.

>> LOS MEDICAMENTOS QUE VIENEN. El doctor Santiago Vázquez augura "poca vida" al "Sovaldi" en el sentido de que existen ya dos medicamentos contra la hepatisis C aprobados por el Ministerio de Sanidad y el Sergas, y que son tanto o más efectivos que este fármaco. Pero el hecho es que aún no están disponibles en el mercado. Asimismo, hay otros medicamentos que se encuentran en una fase muy avanzada de ensayos clínicos. No obstante, es cierto que, a día de hoy, el "Sovaldi" (en combinación con otros, es importante este matiz) es el más efectivo de todos y además está en el mercado. El inconvenientes es su carestía(se manejan cifras de entre 60.000 y 70.000 euros). Ante la reinvindicación de los afectados, el Gobierno ha optado por la estrategia de la priorización, es decir, por facilitar acceso con coste a la Seguridad Social a los pacientes más graves (medida que choca con la reivindicación de los enfermos).

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