Galicia vivió ayer uno de los días más calurosos de todo el verano como punto y final a la ola de calor que ha afectado a la Comunidad en la última semana. Las altas temperaturas, sobre todo en el sur, obligaron a activar la alerta naranja en algunos puntos de las provincias de A Coruña y esencialmente en en los valles del Miño de Ourense y Pontevedra.

Está previsto, tal y como anuncia la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que a partir de hoy bajen las temperaturas en toda la Comunidad, sobre todo en las zonas costeras, donde a última hora de la noche, de hecho, ya se produjeron fuertes precipitaciones. En el interior se espera que se sigan superando los 30º en Santiago de Compostela y Ourense, ciudad que se mantendrá así también en la jornada de mañana.

Galicia comenzó la semana con las temperaturas más altas de todo el año y los ciudadanos sufrieron el intenso calor en el sur de la Comunidad, donde los termómetros superaron los 40º en algunos puntos. En Ourense, por ejemplo, los medidores llegaron a marcar 41º, cerca de los 42,6 que tiene la ciudad como récord histórico desde el año 1990. Precisamente la capital del este de Galicia fue una de las máximas de toda España junto con Toledo y Ciudad Real.

En Leiro, uno de los puntos más calurosos del sur de Galicia se alcanzaron los 42,2º, a tan solo dos décimas de los 42,4º que se lograron hace tan solo tres años. En Vigo, en cambio, las nieblas que acompañaron a la jornada de ayer sirvieron para adelantar la suavización de las temperaturas un día y los termómetros a duras penas superaron los 30º. Además, la brisa que corría por la ciudad sirvió para que la sensación de calor fuera mucho menor de la que se vivió en los días anteriores.

Otro termómetro de la provincia de Pontevedra es el de Ponteareas, donde se alcanzaron los 35º. Algunos turistas presentes en la localidad no daban crédito a lo que han vivido estos días. "Nosotros somos de Madrid y pensábamos que en Galicia se estaría más fresquito pero es agobiante tanto calor, solo salimos a primera hora de la mañana para ir al mercado y luego a la playa" , señalaba Mercedes.

"Estamos casi todo el día en casa, pegados al ventilador, con las persianas bajadas y solo salimos para lo imprescindible, ir a hacer la compra y poco más" , indicaba Raquel Codeseda también en Ponteareas.

En Vigo la gente no estaba preparada para el calor y a muchos les han pillado por sorpresa estos días tan cálidos. "Llevo muy mal este calor porque me tengo que cambiar de ropa dos o tres veces cada día. Además, me suelo duchar por la mañana, después de comer y por la noche porque con estas temperaturas no paras de sudar", apuntó Roberto Rodríguez. Para Aaron Pousa, "el calor pone de mal humor a las personas porque no lo saben llevar y encima les levanta dolor de cabeza". Por suerte para algunos y para desgracia de otros, Galicia vivirá un descenso de las temperaturas en los próximos días que permitirá a los termómetros tomarse un ligero respiro.