Pese a que el tiempo no está siendo todo lo deseable para estas fechas, muchos turistas siguen eligiendo Galicia como destino preferente para pasar sus vacaciones. Vigo, con el puerto del Real Club Náutico y con el del Liceo Marítimo de Bouzas, se convierte en estos meses de verano en un lugar preferente para ese tipo de personas que no pueden viajar sin sus queridas embarcaciones, que disfrutan surcando los mares con su propia casa flotante y que quieren descubrir, desde otra perspectiva, todas las ciudades en las que paran.

Este es el caso de la "Flotilla de la Amistad". Durante la semana pasada, un total de 17 navíos de todas partes de España (especialmente de Galicia) partieron desde Portosín en una ruta cuyo destino final es Baiona. Copiando un poco a las flotas de navíos que hacen lo propio en la costa levantina, los intrépidos aventureros que forman este grupo se reunieron en un conocido foro de Internet ("La Taberna del Puerto") para realizar una travesía hace ya cuatro años. Sus embarcaciones, con dueños que pertenecen a zonas como Madrid, Zamora, Valencia u Ourense, ocupan casi por completo uno de los brazos que el Náutico proyecta hacia el mar.

En la ciudad olívica hicieron una parada el jueves diez de estos barcos. "Al venir desde Vilagarcía algunos dieron media vuelta porque el mar estaba muy bravo", comenta el patrón del "Colambre", Santiago Fagilde, que añade que van "programando las paradas en los diferentes puertos como si fueran noches de hotel".

La travesía, de una semana de duración (de sábado a sábado), cambia con el paso de los años. En esta cuarta edición se inició Francisco González con su barco "Estelas Dos". "Hay muy buen ambiente entre todos los participantes", explica. Tomando un tentempié a media mañana, González y sus acompañantes, al igual que Fagilde, están preparándose para partir hacia la playa de Arealonga, lugar en el que comerán antes de ir a San Adrián de Cobres.

De Florida a Galicia

Sin embargo, hay otro tipo de viajeros que vienen desde mucho más lejos. Las banderas francesas o portuguesas ondean en varios de los navíos atracados en el Náutico, que este año espera registrar cerca de un millar de tránsitos. Entre ellos destaca un gran velero azul, de 20 metros de eslora, con el atrayente nombre de "Tenacity". Su dueño, Norbert Murray, saluda desde la cubierta con una sonrisa de oreja a oreja.

Junto al capitán del barco (de origen irlandés), Clive Deasy, y junto a su mujer e hijo, Norbert surca los mares buscando destinos apetecibles. En este caso, Galicia.

"Nunca habíamos estado aquí antes. Es la primera vez y la verdad es que la gente es muy amable y simpática", indica Murray, un excomercial de 76 años que reside en Florida.

Durante dos meses (del 12 de junio al 12 de agosto), Clive lleva el barco de puerto en puerto para que Norbert y su familia conozcan A Coruña, Baiona o Santiago de Compostela. "El verano pasado estuvimos en Noruega y este año tocó aquí. Me gusta mucho España", sentencia.

Con siete camas y un interior deslumbrante, el "Tenacity" no es el único barco extranjero que amarra en la ciudad. Robert abandonó el jueves el Liceo en su "Pura Vida", de bandera austríaca, mientras que a lo largo de esta semana, un barco irlandés y otro belga pararán también en Bouzas. El Liceo, que no suele acoger a muchos tránsitos, espera la llega de un total de 50 de estos visitantes tan especiales.