Aunque el adjetivo se empleó para referirse a la novela ganadora, "El imperio eres tú", de Javier Moro, lo más "exótico" del LX Premio Plantea fallado este fin de semana en Barcelona fue, justamente, el propio galardón. En tiempos de crisis, recortes e indignación, el 15O sigue siendo en el Palacio de Congresos de Cataluña, el día de Santa Teresa más que un cambio global y de nuevo se reunieron allí mil notables y plumillas, también los Príncipes de Asturias, agasajados hasta el empacho por el grupo editorial de José Manuel Lara: regalos, photo-call, copa vip y lote de libros, sin olvidar, muy importante, la simpar dotación de 601.000 y 150.250 euros para novela ganadora y finalista (esta vez una casi desconocida Inma Chacón con "Tiempo de arena").

Como la cifra era redonda, sesenta años, unas pantallas reprodujeron durante la cena fragmentos de los libros premiados en anteriores ediciones y, de vez en vez, proyectaron declaraciones de otros «Planetas». Precisamente una de las minientrevistas más celebradas (al margen del estupefacto rescate de imágenes de archivo de los fallecidos Montalbán y Moix como entonando el cumpleaños feliz desde el más allá) fue la de Juan José Millás. El autor de "El Mundo" resumió bien esa sensación de derroche, también de ejercicio de poder editorial, de industria cultural pujante que es el Planeta, cuando apareció en pantalla (estaba también entre el público) diciendo "Boris y yo recorrimos España bebiendo champán y comiendo marisco. Fuimos muy felices. Éramos com Batman y Robin".

Cierto, a la ceremonia del Planeta nunca le faltan las burbujas. Esta vez empezaron en la rueda de prensa del viernes a la una de la tarde en el Palace, donde te recibían con una copa de cava que uno tenía la sensación de no posar ya nunca más hasta el desayuno del domingo por la mañana. Allí, en medio de esos cortinajes y paredes estampadas, parecía que el sesenta aniversario del premio iba a seguir por el camino habitual: quinielas y pistas para que todo el mundo sepa de antemano el nombre del ganador por más que se simule hasta una ronda de votaciones eliminatorias en la cena del 15 de octubre. Pero no fue tanto.

A la quiniela de las cinco jotas (Sierra, Reverte, Cercas, Clemente y Moro) que finalmente ganó el último, se le sumaron en horas sucesivas muchos nombres, y la cosa pasó de estar en manos de una mujer sudamericana, Isabel Allende, o de aquí, Elvira Lindo, a confirmase que el sobrino de Dominique Lapierre era el ganador. Cuando el nombre del autor de "Pasión India" empezó a cobrar fuerza, los expertos en planetología dijeron que no era un nombre a la altura de un sesenta aniversario. También hubo hasta un fake (falso rumor) en Internet, y durante todo el sábado la voz "Premios Planetas" de la wikipedia daba como finalista de la edición de 2011 a Matilde Asensi. En todo caso, cosa rara al decir de los veteranos, las quinielas estuvieron mucho más abiertas, o, al menos, el secreto se aguantó un poco más, porque casi antes de mojar los labios en la primera copa de cava del cóctel de bienvenida al Palau, sexagésima del fin de semana, el tandem Moro-Chacón estaba ya casi asegurado. La novelista nacida en Zafra fue la sorpresa de la noche por lo desconocida que resulta su trayectoria. Con Moro no es lo mismo pero casi.

Comparaciones

Por resumir, llama la atención que después de una temporada de premiados muy sólidos (Millás, Savater, Mendoza, Pombo...) en este LX aniversario haya habido casi que tirar de relaciones familiares para explicar los premiados y poner un titular potente: "El sobrino de Dominique Lapierre y la hermana gemela de la fallecida Dulce Chacón ganan el Planeta".

A la hermana, por cierto, no deben de gustarle mucho las comparaciones, porque aunque reprodujo una frase que le repite su sobrina ("Dulce vivía en las nubes y bajaba a la tierra para escribir, tú vives en la tierra y te vas a las nubes cuando escribes") acabó deseando que "este premio me haga más visible con Inma", un expreso "matar al padre" que aquí sirve para la sombra de la hermana fallecida. Chacón pagó, quizá por los nervios, la bisoñez y dijo en rueda de prensa cosas que desmontan un poco este "Rey desnudo" de las letras españolas que es el Planeta, como un "agradezco a mi agente que me recomendó que me presentara". Para redondearlo, la asturiana Ángeles Caso, miembro del jurado, puso el acento en una de las pocas certezas posibles de esta LX edición cuando resumió a ganador y finalista como "una gran pareja de regalo". Efectivamente, Javier Moro no es Eduardo Mendoza, pero sus últimas aventuras literarias hacen sospechar que _"El imperio eres tú" sale preparado para agotar el programa de promoción y ventas. Tanto que cuando tuvo que subir a coger el premio de mano de los Príncipes de Asturias empezó a montar de carrerilla tal discurso promocional sobre su novela que la presentadora tuvo que pararle.

Luego, en rueda de prensa, más comedido, contó que escribir sobre el primer emperador de Brasil, Pedro I, había sido un reto por meterse en "la psique de un personaje masculino" después de tanta mujer india y una liberación tras haber sido perseguido por Sonia Gandhi y sus abogados a raiz de "El sari rojo".