La Guardia Civil sigue estirando la conocida como operación "Walking" cuyo epicentro se encontraba en Ourense. Un total de 101 personas han sido implicadas ya en una red millonaria de falsificación de prendas y perfumes que tenía su almacén en una nave de Xinzo de Limia. Los productos, valorados en más de 2,4 millones de euros, eran distribuidas en lugares de toda España. Los cabecillas, dos de ellos arrestados en Ourense a principios de años en una fase anterior de la operación, captaban a personas en situación vulnerable para la venta de la mercancía.

Se trata de una de las mayores organizaciones afincadas en España, según un comunicado de la Guardia Civil reproducido ayer, de nuevo, tras la conclusión de la cuarta fase del operativo. Los agentes han detenido, hasta el momento, a 76 personas. El número de implicados se eleva a más de un centenar con otras 25 personas a las que se les atribuyen delitos contra la propiedad industrial y la propiedad intelectual.

La mercancía incautada y presuntamente falsificada suma más de 2,4 millones de euros. En los registros, la Guardia Civil intervino más de 20.000 euros en metálico así como un total de dieciocho vehículos. La organización con el almacén en Xinzo de Limia conseguía los productos en Portugal y en Ourense estaba ubicado su centro de operaciones.

La red distribuía los productos a toda España desde las provincias de Cádiz, Sevilla, Huelva, Badajoz, Álava, Ciudad Real y Albacete. Recurrían a empresas de paquetería y centros de distribución. La operación se puso en marcha después de que los investigadores detectaran que varias personas, procedentes principalmente del Magreb y África Subsahariana, se dedicaban a la venta de artículos falsificados de conocidas marcas.

Los distribuidores finales eran tentados por el grupo criminal a cambio de pequeños beneficios que aceptaban por su situación acuciante.

Crimen organizado

Tal y como han podido averiguar los agentes, la red utilizaba un complejo sistema de ingeniería financiera, por medio de testaferros y sociedades interpuestas, con el fin de incluir en el circuito legal los grandes beneficios obtenidos en estas actividades. Los ingresos se utilizaban para financiar de esta manera el crimen organizado.

La Guardia Civil también llama la atención sobre los perjuicios que la distribución de falsificaciones genera, en tiempos de crisis, para los establecimientos comerciales. En el caso de algunos negocios, el porcentaje de las pérdidas económicas ha alcanzado el 85 % o abocado al cierre, tal y como pone de manifiesto el instituto armado en el mismo comunicado.

La operación arrancó de Cádiz, precisamente en el marco de estos controles. La venta en la calle se concentraba en la época de verano y Navidad, sobre todo en las zonas más turísticas. Los investigadores calculan que la red delictiva llegó a distribuir más de 250.000 artículos copiados solo en un año.

El pasado mes de abril, la Guardia Civil consideraba desarticulada la trama de falsificaciones de prendas, perfumes y complementos tras cifrar, por aquel entonces, en medio centenar el número de personas arrestadas. Fuentes de la investigación apuntaban a dos ourensanos como piezas clave de la organización. Una nave de Xinzo de Limia constituía el centro de operaciones para fletar la mercancía que llegaba desde el Portugal aprovechando el carácter transfronterizo de Ourense.