La situación de crisis ha tenido un peso determinante en la decisión del gobierno bipartito de subir la mayoría de los tributos y tasas municipales lo que establece el IPC del último año cerrado, el de 2010, y que se sitúa en el 3 por ciento, además de mantener la totalidad de los beneficios fiscales, como así lo aprobó la Junta de Gobierno del Concello en la reunión extraordinaria celebrada ayer. Un proyecto de ordenanzas fiscales del ejercicio de 2012 que próximamente serán remitidas a pleno para su aprobación definitiva.

A este respecto, el concejal de Economía, Agustín Fernández, explicó, a través de un comunicado con la aprobación del proyectos se concreta el objetivo de "garantizar el equilibrio presupuestario" y la contención de la presión fiscal a pesar de la "caída recaudatoria" en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) como consecuencia de la anulación del PXOM de 2003, junto con las devoluciones que el Concello deberá realizar al Estado, y que el endeudamiento anual no exceda de las amortizaciones efectuadas en ese año.

También señaló la "ausencia" de modificaciones sustanciales en los tributos locales, y que "nos limitamos a actualizarlo, en la misma medida en la que se actualiza el coste de los servicios". Así, en la mayoría se producirá una "congelación" durante 2012, al no modificarse el tipo de gravamen de los mismos.

En cuanto a las tasas y los precios públicos municipales se actualiza el IPC, un 3%, y el de servicio de transporte urbano el billete ordinario queda en 0,80 euros, y la tarjeta milenio ordinaria es de 0,60 euros. En lo que se refiere a la tasa por expedición de documentos administrativos se crea una tarifa por las nuevas placas de "vado laboral", de 42,94 euros por unidad, que considera "muy asumible".